En los últimos meses, la inusual Venezuela de Hugo Chávez parece haber incrementado en forma notoria su abierta intervención en los asuntos internos de varios de los países de Latinoamérica. Sin el menor empacho. Y con algunos éxitos resonantes, como el boliviano, donde Evo Morales hoy parece comer de la mano de Chávez, proclamando abiertamente que éste último es “el tutor de todo el pueblo boliviano”.
Pero también con algunos grandes fracasos que, conforme a las encuestas de opinión, pueden bien estar ya en puerta. Como el resultado previsible de las elecciones en Perú y México, que seguramente será adverso a las pretensiones chavistas. Tanto, que se habla de un negativo “efecto Chávez”, que termina destruyendo a los candidatos que son apoyados por el dictador venezolano, simplemente porque la gente no quiere que su propio país siga el ejemplo del camino bolivariano que propone Chávez, si éste es el mismo que muestra la actual Venezuela, país que no respeta los derechos humanos, ni las libertades civiles y políticas, ni tampoco los principios republicanos, desde que todo -absolutamente todo- el poder está fuertemente concentrado en manos del nuevo déspota en la región, es decir del propio Hugo Chávez, que ha emulado (con mucho dinero) el modelo de Fidel Castro, en cuya intimidad trabaja permanentemente.
La próxima víctima de Chávez puede, no obstante, ser centroamericana. Me refiero a Nicaragua, que tiene elecciones nacionales previstas para el próximo mes de noviembre.
Allí, Chávez está ostensiblemente apoyando al sandinismo de Daniel Ortega y a sus diversos candidatos, con enormes sumas de dinero. Según el venezolano Gustavo Coronel, un ex director de Pedevesa, Chávez habría ya invertido en estas diversas intervenciones en países de la región la friolera de 17 mil millones de dólares. Una avalancha de dinero para tentar a muchos y respaldar a otros.
En Nicaragua, a juzgar por lo informado recientemente desde las columnas del Wall Street Journal, Hugo Chávez provee combustibles a precios promocionales a las autoridades de las municipalidades en las que hoy gobiernan los sandinistas, incluyendo a la capital, Managua.
Además, el propio Ortega ha anunciado que, con los ingresos de los subsidios así obtenidos, capitalizará en el futuro al Banco de Nicaragua.
A ello se agrega que Chávez está asimismo entregando fertilizantes para ser distribuidos a los campesinos por los candidatos sandinistas. Hablamos de unas 20.000 toneladas que ya se han entregado o están camino a llegar, con ese propósito.
Como si todo eso fuera poco, Venezuela está fondeando el accionar de una amplia serie de programas de alfabetización que han sido preparados y son administrados por los cubanos, así como la distribución gratuita de aparatos de televisión (a cambio de votos) que llevan a cabo también los propios cubanos, con financiamiento directo o indirecto venezolano, claro está. En su generosidad, Chávez también ha ofrecido cirugía gratuita de ojos -en Caracas- que ha puesto a disposición de los candidatos sandinistas. Para completar su acción con logística, ha convocado a unos 80 intendentes de ese color político a participar en un “retiro” en la capital, para coordinar cuidadosamente su accionar electoral. No es poco, y todavía faltan meses para las elecciones.
No obstante, las cosas pueden quizás haber empezado a cambiar para Hugo Chávez y los exportadores de crudo. Con la fuerte suba de las tasas de interés acoplada a una creciente inflación, los precios de las commodities (materias primas) pueden, de pronto, bajar fuertemente. Si esto ocurriera, los bolsillos de Chávez dejarían de tener la profundidad de los de los payasos. Y todo sería muy diferente. Veremos qué ocurre y con qué ritmo. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). |