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jueves 24 de mayo de 2007

El valor de la pareja humana

La constitución de la pareja humana, basada en una relación amorosa, da nacimiento a la institución familiar y, en consecuencia, a un proyecto de futuro compartido y ampliado en los hijos.

“…El Amor de enamoramiento -que es, a mi juicio, el prototipo y cima de todos los erotismos- se caracteriza por contener, a la vez, estos dos ingredientes: el sentirse encantado por otro ser que nos produce ilusión íntegra y el sentirse absorbido por él hasta la raíz de nuestra persona, como si nos hubieran arrancado de nuestro propio fondo vital y viviésemos trasplantados a él, con nuestras raíces vitales en él…” (Ortega y Gasset, J. “Estudios sobre el amor”. Revista de Occidente, Madrid 1941).

Erich Fromm, en su libro “El Arte de Amar”, plantea al amor como la respuesta al problema de la existencia humana. El ser humano, definido como “animal racional”, tiene conciencia de sí mismo, de sus semejantes, de su pasado y de su futuro. Es esta misma conciencia de sí mismo como entidad separada, finita y desvalida frente a las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad lo que le provoca angustia y lo impulsa a buscar una respuesta para dejar de sentirse así; esta respuesta frente a la necesidad de superar su “separatidad”, su soledad, su aislamiento es el amor entendido como un poder creativo en el hombre, como una actividad. El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos.

Entre las variadas expresiones de amor se encuentra la del amor de pareja. El poeta y místico musulmán Rumi dice: “nunca el amante busca sin ser buscado por su amada”; “sólo la luz del amor ha penetrado en este corazón, sabe que también hay amor en aquel corazón”; “sin la otra mano, ningún ruido de palmoteo sale de una mano”.

En la constitución de una pareja bien integrada, ambos participantes asumen una dimensión superior de sí mismos, se complementan en lo físico, lo mental, lo cultural y lo social.

Afirma Kahlil Gibran acerca del matrimonio: “… Canten, dancen y sean felices, pero dejen que cada uno de ustedes esté solo. Como las cuerdas del laúd que están separadas y, sin embargo, vibran con la misma música (…) Estén juntos pero no demasiado cerca. Porque los pilares del templo están apartes, y las encinas y los cipreses no crecen uno a la sombra del otro”.

El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad.

La constitución de la pareja humana, basada en una relación amorosa, da nacimiento al concepto de familia, ya que persiguiendo el fin de superar su “separatidad” construye un proyecto consolidado a través de un tiempo de vida familiar compartida, que genera sentimientos de pertenencia, apoyo y unión.

La institución familia comienza con la constitución de la pareja y se continúa con la presencia de la prole. La relación de amor de la pareja humana determina la fortaleza y solidez de todas las relaciones al interior del grupo familiar y contribuye a la salud mental y el bienestar de todos sus integrantes.

“Si te quiero es porque sos, mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.” (Mario Benedetti) © www.economiaparatodos.com.ar

Jorgelina Hernando es licenciada en Psicología y miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres (www.proyectopadres.org).

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