Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

viernes 3 de agosto de 2012

¿A quién le habló la presidente?

El tsunami de datos y gráficos distorsionados del discurso de la presidente lleva a preguntarse: ¿a quién le habló CFK?

Analizar el tsunami de gráficos y datos que la presidente presentó en la Bolsa de Comercio podría llevar casi un libro porque hasta habría que explicar conceptos básicos de economía, matemáticas y estadísticas. A modo de ejemplo, ignorando la inflación, Cristina Fernández presentó una serie de gráficos y datos a valores corrientes que no tienen ningún sentido. Hablar de la suba del MERVAL, salarios, jubilaciones o recaudación impositiva en valores corrientes carece de todo sentido y seriedad.
Decir que el mundo se nos cayó encima implica intentar quitarse de encima la responsabilidad de lo que ocurre con la economía argentina. Si uno observa la evolución del PBI de los países desarrollados, es obvio que el mundo está complicado, pero no se observan caídas del PBI brutales. China sigue creciendo al 7%, en Europa las economías francesas y alemanes también crecen, y caen las española, italiana y británica, mientras el resto del mundo no podemos decir que está en una depresión al estilo 1930 como para afirmar que se nos cayó el mundo encima. En todo caso el mundo ya no empuja como empujaba hasta el 2007, pero lejos puede argumentarse que la economía mundial se nos cayó encima. Lo que se nos cayó encima es el peso de la madeja de regulaciones e inconsistencias del famoso modelo.
Plantear como un logro que los jubilados pasen a ganar $ 1924,67 implica decir que cada jubilado tiene que arreglarse con $ 64 por día. ¿Eso es un logro para el gobierno?
La pregunta que me formulo cuando veo a la presidente mostrar gráficos y dar datos distorsionados, es: ¿a quién le habla Cristina Fernández? Porque los que no entienden de números no le prestan atención y solo entienden si tienen trabajo o no  y cómo la inflación les corroe los ingresos. Y los que entendemos de números solo podemos reírnos de cómo tortura los datos para mostrar que estamos en el mejor de los mundos.
Aquí caben, mi juicio, dos posibilidades: a) que CFK sepa que los números son ciertos pero quiera construir un relato que no sabemos muy bien a quien va a convencer o b) CFK cree que los datos que muestra son reales, con lo cual vive en un mundo irreal.
De las dos posibilidades, la que más me preocupa es la b), es decir, que realmente crea que los datos son reales. En ese escenario, la piña que nos vamos a pegar va a ser impresionante.