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jueves 23 de diciembre de 2004

Alfa Romeo renueva su línea con la llegada del Alfa 156 serie 3

Con la llegada de los nuevos Alfa 156 fase 3 en las versiones 2.0 TS, 2.0 TS Selespeed y 2.5 V6, la marca italiana confirma la vitalidad y vigencia de un modelo de éxito.

En la historia reciente de Alfa Romeo hay una fecha que señala el giro de la imagen de la Marca. Fue el 9 de octubre de 1997, día en el que se presentó en Lisboa el Alfa 156 ante la prensa internacional. En ese momento, Alfa Romeo recobró por completo su tradición, así como el lugar que le corresponde en el restringido círculo de los fabricantes de coches deportivos de prestigio.

Después llegaron otros modelos que confirmaron el relanzamiento de la Marca: desde el buque insignia 166 hasta el brioso Sportwagon, llegando al más reciente y apreciadísimo compacto Alfa 147. Pero el nuevo curso de Alfa Romeo se inició con la aparición en el mercado del 156, una berlina media que volvía a proponer todo el patrimonio de deportividad y excelencia motorística de la marca en una línea limpia y elegante de escuela italiana.

Los resultados no se hicieron esperar. Apreciado por los profesionales que lo eligieron “Auto del año 1998” (premio al cual se añadirían, posteriormente, otros 35 reconocimientos) y por los conductores, el nuevo automóvil hizo escuela rápidamente en las demás casas automovilísticas. En poco tiempo, todas adoptaron los motores turbodiesel realizados con esa tecnología “common rail” aparecida por primera vez en la berlina Alfa.

Puesto que el Alfa 156 nació como un ejemplo de la creatividad estilo y elegancia deportiva, con pureza de líneas que merecen preservarse, aún ni Giorgetto Giugiaro quiso alterar las líneas básicas en esta tercera serie del modelo. Los cambios son sutiles: dotarlo de nuevas ópticas, incorporar la trompa que lo emparenta con el Alfa 147, rediseñar el sector interior del paragolpes con una toma de aire más generosa y un pequeño toque de estilo en el remate del baúl y en el portapatente. En definitiva, pequeños retoques que contribuyen a reforzar un diseño elegante y vigente en línea con el concepto la “belleza necesaria”.

Con la adopción del formato de trompa que lo remite al 147, ahora el diseño frontal de los nuevos Alfa 156 tiene más carácter y personalidad.

En cuanto al interior de los Alfa 156 serie 3, se advierten sutiles modificaciones que suman para hacer más agradable la conducción del modelo. En orden a ello, se redistribuyeron algunos controles y se utilizaron materiales que denotan una calidad superior.

El Alfa 156 fase 3 que se incorpora a la oferta de la marca en la Argentina se nutre de las versiones Alfa Romeo 156 2.0 TS, con la variante Selespeed y el 156 2.5 V6. El motor 2.0, sobre todo en conjunción con el cambio Selespeed, convierte a esta versión berlina del Alfa 156 en un coche de altas prestaciones, pero muy confortable. Es la opción ideal para aquellas personas que no renuncian al confort en ningún momento, pero que a su vez quieren experimentar una aceleración poderosa y unas recuperaciones más que suficientes con un interesante ahorro de combustible sobre todo en ruta, a velocidad crucero.

Otra novedad en las motorizaciones de los nuevos 156 es la que atiende a un aumento de potencia. Básicamente se retocó la central de inyección optimizando las prestaciones, emisiones y consumos. El coche alcanza una velocidad de punta de 212 kilómetros por hora sin aumentar los consumos.

Uno de los cambios centrales que define el modelo que ha recibido el restyling es el dispositivo VDC: el Vehicle Dynamic Control actúa en las situaciones extremas cuando el coche puede perder su estabilidad ayudando al conductor a controlar el vehículo. Este dispositivo siempre está activado, no existe la posibilidad de desconectarlo a voluntad. El VDC actúa como un vigilante del deslizamiento incorrecto del vehículo. Aparece cuando detecta que el coche está derrapando. En estos casos el dispositivo genera un movimiento de deslizamiento contrario al que causa la inestabilidad frenando la rueda adecuada y reduciendo la potencia del motor.

Para hacer bien su trabajo, el VDC está conectado no sólo con los sensores de los frenos y la centralita del motor sino también con el llamado “Body computer”, que constantemente intercambia información con el sistema ABS que a su vez está en contacto con la parte electrónica, el volante y la columna de dirección (mediante el sensor de dirección) y con el sensor giroscópico que, instalado en el piso del habitáculo, registra el derrape y la aceleración lateral del automóvil.

Además, Alfa Romeo 156, en sus nuevas versiones, suma los airbags laterales en las ventanillas. Este dispositivo protege la cabeza de los ocupantes en caso de choque lateral. © www.economiaparatodos.com.ar




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