Aquí complican todo y aumentan la devaluación
Cada día que pasa resulta más complicado operar en el MULC argentino
Panorama argentino
Es cierto. Cada día que pasa resulta más complicado operar en el MULC argentino. Y no sólo los operadores del mercado son los que sufren por ello sino que también lo padecen los funcionarios responsables del manejo del comercio exterior en las empresas exportadoras e importadoras en general. Desde el BCRA y hasta el propio Guillermo Moreno en persona utilizan el teléfono para dar órdenes relacionadas con la operatoria cambiaria o reclamar que no se realicen o se posterguen determinadas operaciones y hace gala de un poder absoluto cuando se reúne con operadores que él mismo califica como “cueveros” para, asimismo, tratar de controlar el funcionamiento del “mercado paralelo” y de las operaciones denominadas “contado con liquidación” que tienen lugar en la Bolsa de Comercio. Y como si todo lo enumerado fuera poco, también Moreno se permite hasta la inmoralidad de querer fijar tipos de cambio que se le ocurren a él para ciertas transacciones, pone límites arbitrarios y haciendo gala de un poder omnímodo declara “feriados cambiarios” parcializados y amenaza a las diversas entidades, a los gritos, con quitarles las autorizaciones otorgadas por el BCRA para funcionar como tales si desoyen sus órdenes. Por otro lado, el titular de la UIF, José Sbattella, les pidió a los bancos que evitaran utilizar los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) en los casos de blanqueo de capitales dispuesto por el Gobierno. Pero ante tan tremendo dislate parecería que nadie se anima a poner freno a la arbitrariedad y la ineptitud. Insistimos: todos los problemas cambiarios actuales no los padeceríamos si en el 2003 hubiéramos sumado a nuestro país al mundo civilizado, al que ya pertenecen la gran mayoría de nuestros vecinos latinoamericanos. Y con relación al MULC argentino debemos destacar dos hechos importantes. La semana pasada se confirmó que el Gobierno habría iniciado un ajuste al alza de la devaluación de nuestro peso, cuando el BCRA, a través del Banco Nación, dispuso subir el tipo de cambio vendedor de transferencia a $ 5,4620, un 0,7% más alto que el cierre de la semana anterior. La otra novedad es que después de mucho tiempo el BCRA parece haber iniciado este mes un lento proceso de recuperación de reservas. En efecto, al cabo de la semana pasada aquéllas sumaron USD 37.457 millones, mostrando un incremento de USD 12 millones, pero en lo que va del mes ese monto sube a USD 452 millones. Mientras, el volumen operado entre entidades vuelve mostrarse flojo, con un total en las cinco jornadas de sólo USD 1.305 millones, con un promedio diario de USD 261 millones, un 11% menor al del similar período anterior. En el mercado de futuros (NDF) en New York el peso/dólar quedó operado al plazo de un año a $ 8,4483, precio que muestra una tasa implícita del 55% anual.
Panorama internacional
Al comienzo de la semana pasada la atención de los operadores estaba puesta en la presentación que haría el presidente de la Reserva Federal el miércoles y el jueves ante el Congreso de los Estados Unidos. Lo más importante fue que Ben Bernanke ratificó claramente que los plazos están abiertos, como así también el ritmo de la retirada del programa de compra de deuda, lo que dependerá de la evolución económica. Los mercados se tranquilizaron tras el discurso del titular de la Fed y la primera respuesta fue moderadamente positiva. Los datos de empleo y de inflación determinarán si la Fed frena o acelera la retirada de estímulos este año, pero dentro de esas variables, las referencias sobre el mercado laboral tendrán un papel clave. La situación del empleo está lejos aún de ser satisfactoria, destacó el presidente de la Fed, antes de añadir que las compras de bonos probablemente finalicen cuando la tasa ronde el 7%, siendo posible que recién a finales del próximo año pueda bajar al 6,5%. La inflación será otro factor clave, aunque también no se descarta la posibilidad de una deflación. Ben Bernanke reconoce que es consciente de que unas tasas de inflación muy bajas aumentan aquel riesgo, por lo que prometió que vigilará la evolución de los precios atentamente. Finalmente, el jueves, Bernanke cerraba su comparencia ante los legisladores señalando que el país se encontraba en un entorno financiero difícil, pero pese a lo complicado que resulta comunicarse con los mercados, éstos han comenzado a entender el pensamiento de la Reserva Federal. También señaló que la política fiscal se centra demasiado en el corto plazo. Y casi al mismo tiempo se conocía el dato sobre los pedidos semanales de subsidio por desempleo en los Estados Unidos que, sorpresivamente, mostró una sensible caída. El mercado reaccionó favorablemente para el dólar, que así logró mantenerse hasta el cierre del viernes negociándose contra el euro en la figura de 1,31, tras haber marcado el lunes un máximo de 1,30. El yen también resultó otro protagonista importante de la semana pasada, al mostrar una devaluación frente al dólar de casi un 2%, quedando al cierre del viernes a 100,34 unidades. El motivo fue que los operadores apostaban fuertemente a que el resultado de las elecciones para la Cámara alta del Parlamento japonés, que se realizarían ayer, fortalecerían la posición del primer ministro Shinzo Abe y sus planes de estímulo monetario para reactivar la alicaída economía nipona. Según los analistas técnicos el recorrido del euro en los próximos días será con soportes en 1,3057 Y 1,3024 y resistencias en 1,3152 y 1,3185. Entonces, hay que tener en cuenta de que nada ha cambiado mucho en el ámbito internacional como para que la moneda estadounidense parezca menos atractiva. Al cierre del viernes en NY el euro se negociaba a USD 1,3140.