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lunes 3 de noviembre de 2008

Argentina, tierra arrasada

Con problemas de caja y de credibilidad, los Kirchner enfrentan un escenario político y económico muy complicado.

Cuando Néstor Kirchner anunció el pago al contado de toda la deuda al FMI argumentó que Argentina estaba en una política de desendeudamiento, con esta medida, supuestamente, liberaba al pueblo argentino de la opresión del FMI. Hoy no saben cómo hacer para enfrentar los vencimientos de deuda, la que, como siempre digo, la han llevado por encima del nivel que tenía en diciembre de 2005. El resultado del genial manejo de la deuda pública es que Argentina quedo fuera del mercado internacional y terminó en las manos de Chávez que, para ayudar al pueblo argentino, le compró bonos a los Kirchner a tasas propias de default. Dejamos de pagar deuda a tasas bajas para tomar más deuda a tasas más altas. Una forma muy particular de entender la política de desendeudamiento y de ayudar a la población, a la que ahora quieren someter a una nueva confiscación para pagar el supuesto desendeudamiento.

Cuando Cristina se lanzó con la resolución 125, primero argumentó que era para diversificar la producción agropecuaria. Claro que nunca aclaró que la producción ganadera y láctea había sido destruida por los manejos del señor Moreno. Como ese argumento era muy burdo, luego salió la secretaria de medio ambiente a argumentar que había que castigar la producción de soja para conseguir un mejor equilibrio ecológico. Causó tanta gracia el argumento que, finalmente, después de 90 días de ir cambiando de explicaciones para semejante atropello, Cristina dijo que lo que se obtuviera de ingresos adicionales iban a ser destinados a planes sociales. Otra vez, surgía la línea de argumentación de que la expoliación al sector privado era para hacer solidaridad y beneficiar a la población. Para ellos siempre queda bien esconder los atropellos contra los derechos de la población sacando a relucir la bandera de lo “social” y “solidario”.

Ahora, la expropiación a la que pretenden someter a los que aportaron a las AFJP se escuda en el argumento de que es para defender a los jubilados y a los trabajadores del sistema de capitalización, el cual, según el gobierno, ha fracasado. Para los Kirchner el sistema estatal de reparto es superior al sistema de capitalización. Pero viendo que la medida está teniendo muy baja receptividad en la gente, resulta que salen con el argumento que la expropiación de los $ 98.000 millones no es una estatización sino que es un cambio de administrador de dichos fondos. Si esto es así quiere decir que no es que el sistema de capitalización sea malo sino que los malos son los que administran las AFJP. De acuerdo a los nuevos dichos de Cristina, uno debería concluir que no desaparece el sistema de capitalización, solo cambia el administrador de los fondos y, por lo tanto, el sistema de capitalización no había fracasado como dijeron en un primer momento.

Ahora viene un tarifazo en energía que el ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó con las siguientes palabras: “Con las medidas hoy anunciadas estamos siendo justos, promoviendo la redistribución del ingreso. Esto nos permitirá elevar el nivel de vida de la gente y apuntalar el crecimiento de la Economía”. Otra vez el argumento sensiblero de la solidaridad y la justicia redistributiva para esconder la realidad de una caja que agoniza. Además, si la medida es tan solidaria, ¿por qué no la adoptaron antes? Llevan 5 años y medio en el gobierno incrementando los subsidios para no tocar las tarifas, ¿y recién ahora se acuerdan que el camino inverso es el solidario? Y eso que el precio del barril del petróleo bajó, sino los problemas de caja que tendrían serían mucho mayores.

Con esto quiero mostrar que los Kirchner se lanzan a hacer cosas sin medir las consecuencias, y luego, cuando ven que la gente los rechaza, empiezan a enredarse en las argumentaciones hasta terminar en el ridículo, aumentando la falta de credibilidad en que han caído y dejando en evidencia que las medidas que van tomando son para esconder la realidad. Le pagaron al FMI para sacarse al auditor de encima porque de lo contrario no podrían estar dibujando el IPC de la forma en que lo hacen. No pueden transparentar el INDEC porque la deuda les estallaría y descubriríamos que las políticas progresistas de los K han disparado la pobreza e indigencia. Y confiscan los ahorros que son propiedad privada argumentando, primero que no eran propiedad privada y luego que son propiedad privada pero cambia el administrador, cuando en rigor lo que necesitan es plata para mantenerse en el poder.

Antes, subir las tarifas de energía era propio del neoliberalismo salvaje. Ahora el tarifazo es una política de solidaridad social.

Argentina tiene una población sumamente pendular en sus opiniones. A quienes endiosa en un momento, luego los descalifica sin piedad, particularmente cuando llega la época de las vacas flacas. Cuando se acaba la fiesta del consumo artificial, también se terminan la admiración y el apoyo.

Los Kirchner han entrado, a mi juicio, en esta etapa. Ya nadie les cree ni aquí ni afuera. En el exterior han quedado totalmente aislados, al punto que un presidente progresista como Tabaré Vázquez acaba de vetar a Néstor como presidente de UNASUR, mientras otro progre como el presidente Español, está que trina.

Los Kirchner han perdido el respeto de la población y están perdiendo la caja. Y en su desesperación por tener más caja han creado un escenario de pánico en la población. La gente se pregunta si habrá otro corralito, si no irán por las cajas de seguridad. ¿Hasta dónde piensan llegar? se preguntan. Es que ven como quisieron confiscar el ingreso de los productores agropecuarios y ahora los ahorros de la gente. Esas dos medidas han sido letales para el matrimonio gobernante porque no hay economía que pueda funcionar si la gente no confía en sus gobiernos. Y los Kirchner, mal que les pese, han caído en un tirabuzón de desconfianza.

¿Qué podemos esperar hacia delante? Los Kirchner no van a dar marcha atrás y reconocer sus errores, por lo tanto no se recuperará la confianza en los consumidores ni en los inversores. Ante los problemas internos más un escenario económico exterior con viento de frente, seguramente estarán dispuestos a llevar a cabo cualquier confiscación de activos y flujos que puedan. Esto irá agravando la crisis económica hasta niveles insospechados, y dependiendo de cuánto dure esta política, pueden llegar a dejar a la Argentina como tierra arrasada. © www.economiaparatodos.com.ar

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