El conflicto entre el campo y el gobierno nacional va tomando unas dimensiones que nos llevan a plantear y analizar qué se encuentra en el fondo de la disputa y como se respaldan las posiciones de ambas partes.

Guiándonos por los preceptos de la novela “La Rebelión de Atlas” de Ayn Rand, encontramos un paralelismo significativo para entender la filosofía que se haya detrás de este choque sin solución. El mismo se da entre dos visiones que la obra de Rand distingue claramente.

Unas es la que tiene a los emprendedores y verdaderos empresarios como los generadores y creadores de riqueza de una nación, y que piensan que e fruto de su trabajo no debe ser mal visto, sino que el aporte que se hace a la sociedad es algo valorable, y por ende se debe incentivar a que se produzca cada vez mas.

La otra visión, de tinte colectivista, piensa que hay que apropiarse de parte de la producción y renta que generan los empresarios, para así poder repartirla y distribuirla frente a las necesidades de la sociedad.

El campo y el kirchnerismo son hoy esos sectores con visiones diferentes. ¿Cómo sigue entonces la relación con Atlas? En dicha historia, los empresarios creadores de riqueza deciden realizar una “huelga de cerebros”, ante la cada vez mayor hostigación gubernamental en materia regularoria e impositiva.

De esta manera quieren hacer destacar el peso e importancia que ellos tienen para la sociedad, señalando lo fundamental que son para su desarrollo y prosperidad. Pero el gobierno, ante una situación que se va descontrolando cada vez más, decide intensificar la presión en materia intervencionista. Así, contribuye a generar un círculo vicioso que deteriora continuamente la situación económica y social.

Hoy el campo argentino, sin dudas los cerebros y el sector mas competitivo del país, parece emular lo descrito en Atas. No están dispuestos a seguir generando riqueza si el gobierno decide apropiarse cada vez más de la renta que aquella genera.

En ese sentido, interesante son los planteos de la Presidenta Cristina Kirchner, cuando afirma que si se puede no trabajar por noventa días es porque se ha acumulado mucha renta. Justamente allí radica un punto fundamental. El campo puede estar noventa días sin trabajar porque “sabe” como generar la renta, en una concepción dinámica de la creación de riqueza.

La renta no es algo estático que se produce una sola vez y se vive de ella. Eso es algo que hasta el propio matrimonio Kirchner sabe a la perfección, ya que si existen dos personas conocidas que viven de rentas son justamente el ex Presidente y la actual Primer Mandatararia.

En Atlas, la huelga dura mucho más que noventa días, sino que varios años más, y sin embargo los “cerebros” encuentran la manera de sobrevivir. Uno de ellos, Francisco D’Anconia –paradójicamente un argentino-, sostiene que el dinero es la fuente de todo lo bueno, ya que refleja la riqueza generada por los emprendedores de manera legítima, y que termina satisfaciendo los intereses de la sociedad.

Para el Gobierno Nacional, el interés y el egoísmo que implica la posesión y ganancia de dinero de otras personas es la fuente de todo lo malo. Pero cuando se la apropian, toma entonces la forma de todo lo bueno, en términos de corrupción, negociados, clientelismo y falsa distribución de la riqueza.

Atlas también nos deja un postulado que refleja el peso de los gobiernos para la sociedad, al afirmar que “lo único seguro en la vida son dos cosas: la muerte y los impuestos”. Pero el kirchnerismo modifica el postulado, dándole forma de opción: “la muerte o los impuestos”, y que muestra hasta que punto sus sistema se basa en una permanente y abusiva presión impositiva sobre el sector mas emprendedor y dinámico del país.

¿Ello quiere decir que el kirchnerismo o logra someter al campo o termina abandonando su cruzada apropiadora alejándose del gobierno? No lo sabemos. Lo que tenemos en claro, y nada menos que la propia Presidenta lo ha manifestado, es a lo que están dispuestos a llegar desde el Gobierno con tal de prevalecer en una disputa que tiene carácter de épica.

El conflicto en si mismo evidencia las posturas filosóficas de ambos contendientes, y muestra la gravedad del mismo, en una semejanza con una novela que destaca los valores individuales y de satisfacción de intereses propios. Ello puede beneficiar a la sociedad sin apelar a sofismas o inventos distribucionistas.

El lema de “la muerte o los impuestos”, tiene hoy para la Argentina un significado especial. Con el kirchnerismo en el poder, seguramente el campo y la mayoría de los argentinos nos moriremos de tanto pagar impuestos. © www.economiaparatodos.com.ar