Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

martes 17 de julio de 2012

Calificación popular

¿Será desmesurada la calificación popular o acaso tristemente parsimoniosa la estimación de los medios? No sabe absolutamente nada de economía pero para suplir esa debilidad se hace asesorar por un barrabrava, un galancito marxista y un relator de fútbol.Cristina Kirchner usa y abusa de “su” cadena nacional para amonestar a un jubilado quejoso por las restricciones al dólar; desde su exasperante reality show amedrenta por TV a un agente inmobiliario que osó decir que bajaron sus ventas; aconseja comer carne de cerdo porque esta produce erecciones peneanas de modo más efectivo que el viagra; regaña periodistas; basurea Ministros; ordena pesificar los ahorros de sus alcahuetes; llama “el pelado ese” a un diplomático extranjero; se quiebra y llora; miente a destajo; improvisa muecas orilleras; dialoga consigo misma; se hace la graciosa con poco éxito; ultraja camarógrafos; denuncia conspiraciones imaginarias; agrede a la prensa; inaugura obras ya inauguradas; declama al vacío; invoca a San Néstor; exhibe sus joyas; muestra su cicatriz; dialoga con supuestos “vecinos” que tienen libreto estudiado y ensayado; respalda a Amado Boudou, a Hebe de Bonafini, a Daniel Reposo y a cuanto maldito atorrante pulule por los hediondos recintos oficialistas. No sabe absolutamente nada de economía pero para suplir esa debilidad se hace asesorar por un barrabrava, un galancito marxista y un relator de fútbol.

La prensa del sistema, si es oficialista nos dice que Cristina es original y elogia su capacidad de discursear sin leer y a su vez, los periodistas “opositores” matizan el enfoque alegando que sus discursos pecan de cierta extravagancia pedagógica y que además ella incurre en alguna desmesura al insistir con la cadena nacional.

Pues bien, aunque con menor elegancia y sin tanto eufemismo académico, en mi barrio se dice que Cristina es una loca bipolar y la tildan de reventada y frívola, agregando que necesita una junta de psiquiatras puesto que está “chiflada” y ha perdido el temor al ridículo.

¿Será desmesurada la calificación popular o acaso tristemente parsimoniosa la estimación de los medios?

Fuente: La Prensa Popular