– ¿Qué está pasando con el sistema financiero, según los últimos datos?
– Los números indican que el sistema financiero creció alrededor de unos 12.000 millones de pesos en lo que va del año.
– ¿Esto incluye al sector público?
– Sector público y sector privado. Pero todo el crecimiento lo explica el sector público porque, en realidad, el sector privado cayó 2.000 millones. Esto implica que el sector privado no ha tenido este año generación de caja neta del pago de impuestos. Y este hecho es preocupante, porque indica que está bajando el nivel de capital de trabajo del sector privado.
– ¿Cuáles son los temas económicos que están en la agenda del país en estos momentos?
– El primer punto es la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno ha pedido renegociar con este organismo unos 1.000 millones de dólares que vencen a fin de año. Cuando vino Rodrigo de Rato, Kirchner le pidió específicamente por esto. La primera cuota de ese dinero vence el 20 de septiembre de 2004, o sea ya, y son alrededor de 2 millones de dólares. El FMI se tiene que expedir sin falta esta semana sobre si la va a refinanciar o no, y esta respuesta va a ser muy importante en vistas a la reestructuración de la deuda. Un FMI que esté en contra de la postura argentina de refinanciar esos 1.000 millones, seguramente se va a inclinar hacia los acreedores en el momento de la presentación formal del acuerdo de nuestro país. El otro punto es que el gobierno está tratando, de alguna manera, de endulzar el terreno -en realidad de endulzarse el camino- ante la renegociación con el FMI para diciembre de este año. Las negociaciones están suspendidas, pero en diciembre se estarían reanudando.
– ¿Hay algún indicio de eso?
– Sí. Hasta ahora una de las condiciones que ponía el FMI era un superávit fiscal federal de alrededor del 3%, mientras que el gobierno había mantenido un 2,4%. Sin embargo, en el presupuesto que está por presentarse en el Congreso para el 2005, finalmente, está apareciendo ese porcentaje que reclamaba el FMI. Es decir, están previendo aumentar el superávit fiscal primario en 0,6 puntos básicos. La verdad es que esta acción del gobierno argentino no es muy consistente con su discurso actual, lo que de alguna manera está demostrando que, paulatinamente, va a ir cambiando su discurso hacia fines del año para acercarse más a lo que el FMI quiere.
– ¿Qué pasa con el tema de la reestructuración de la deuda en default?
– Ese, justamente, es el tercer punto. Ha salido en los diarios que los números que está mostrando el gobierno serían muy similares a los de los acreedores. En verdad, esto no pareciera ser demasiado cierto y más bien la propuesta del gobierno tiende a dirigirse hacia un fracaso definitivo, porque está mostrando una actitud muy poco negociadora. Los acreedores están muy insatisfechos -y así lo han manifestado–, sobre todo porque la agenda que ha utilizado el gobierno argentino no es la del uso y costumbre de un proceso de negociación. Lo que se acostumbra hacer en este tipo de casos es sentarse, mostrar los números -que este gobierno lo podría haber hecho tranquilamente porque no fue él quien declaró el default-, tratar de negociar, consensuar y, después, registrar los nuevos bonos de acuerdo al consenso obtenido o, en su caso, firmar el acuerdo conforme a la negociación. Por el contrario, el gobierno argentino lo que hizo fue primero exponer ante los diferentes acreedores su posición, después presentó en Dubai su postura y, sin negociación ni consenso mediante, presentó la registración de los fondos ante la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos y otras comisiones dentro de Europa, sin negociar nada. Esto hace que los acreedores estén de bastante malhumor y no acepten la propuesta del gobierno.
– ¿Y entonces no va haber acuerdo nunca?
– Yo creo que sí, pero no en estas condiciones que se están planteando. Los acreedores saben que, finalmente, por diferentes aproximaciones sucesivas, la Argentina va a tener que acordar. Además, saben que el gobierno también está interesado en hacerlo, porque una baja aceptación del acuerdo le implicaría al país no entrar en el mercado de capitales por muchos años ya que habría juicios pendientes por todos lados. Pero, por otra parte, a los acreedores les interesa acordar porque mantener juicios a largo plazo no es beneficioso para ellos tampoco. Yo diría que el mercado está pensando que va a haber un mejor acuerdo para la Argentina y esto se evidencia en el hecho de que el precio de los bonos se mantiene en un 30%, más o menos. Éste es un valor muy por encima del 22% o 24% del valor presente de la oferta que ha hecho el gobierno argentino. Y que el precio de los bonos en default se mantenga por encima del valor de los bonos nuevos que está ofreciendo la Argentina, hace pensar que el mercado está creyendo que el país va a poner dinero nuevo, va a realizar un pago al inicio y va a mejorar los intereses de los cupones en el acuerdo que finalmente le ofrezca a los acreedores.
– Si uno hace un ranking de deudores, el primer gran deudor del FMI es Turquía, el segundo es Brasil y el tercero es la Argentina con 15.000 millones de dólares, aproximadamente. Es decir, que estamos destruidos. ¿Cómo se sale de esto?
– Y… es complejo.
– Un default de Argentina con el FMI nos complicaría la vida. ¿Ellos lo tienen previsionado?
– No lo tienen previsionado. Sin embargo, el más afectado con toda esta deuda es el Banco Mundial porque la exposición de esa entidad con la Argentina es del 15% de su portfolio. Por eso, yo creo que hay una debilidad por parte del acreedor para llegar a un default. No creo que esa constituya una posibilidad.
– ¿Y con el FMI no se da también un caso similar, la deuda argentina no representa gran parte de su portfolio?
– En este momento no recuerdo exacto como es esa relación. Pero el FMI tiene otro gran problema con la Argentina, que es que Lavagna ha dicho ya que, por lo menos por los próximos 30 años, no se le va a pagar al FMI capital sino intereses. Y la postura del organismo es que para el 2007, a lo sumo 2011, quieren todo el dinero de vuelta o por lo menos llegar a un nivel de endeudamiento que esté en el 300% de la cuota argentina. © www.economiaparatodos.com.ar
Carlos Curi es economista. |