– Cada vez queda más al descubierto que tenemos un problema de redistribución regresiva del ingreso. Moyano, que supuestamente es aliado del gobierno, se reunió con Kirchner y acordó un aumento del 19%. Me acuerdo que en la época del Plan Austral, Alfonsín llamó a Lorenzo Miguel, se abrazaron y con ese abrazo, finalmente, se destruyó el Plan Austral.
– Me acuerdo perfectamente.
– ¿No le parece que todos estos privilegios y ayudas que le ha dado el gobierno a Moyano para tratar de calmarlo no van a lograr ese efecto, sino el contrario?
– Yo creo que el gobierno está tratando de moderar la actuación de Moyano, pero por otra parte, él tiene un conflicto sindical interno. Por un lado, los gremios denominados los “Gordos”, que son fundamentalmente los de los servicios, que están ejerciendo una fuerte presión para que Moyano pida cada vez más. Esto ya de por sí va a contramano de la política que busca el gobierno, que tiene que ver con moderar salarialmente algunos sectores y, entonces, aparece un doble juego: uno que negocia y otro que endurece su posición, como se observa claramente en el caso de los camioneros.
– ¿Estaban pidiendo un 28%?
– Sí, el 28% más la incorporación de los $265, que es el último aumento que consiguieron.
– ¿De dónde sale ese 28%?
– Es difícil de saber porque evidentemente muchas veces la negociación no se hace bajo aspectos racionales. Si tomamos en cuenta la productividad del sector o la inflación esperada, que es lo que se suele hacer en otros lugares, no está claro cuál es el motivo por el cual se pide un 28%, con lo cual podría ser un 30% o un 40%.
– Pensé que el pedido guardaba alguna lógica.
– No. Y por otra parte, significa una vuelta a la discusión del convenio colectivo en aspectos vinculados con las condiciones de trabajo y otros temas que también son, por cierto, álgidos. Es decir, lo que se está produciendo es que algunos gremios que tienen mayor poder –como es el caso del de transporte porque ocasionan serios problemas a la población, particularmente cuando se aproxima Semana Santa– usan esa capacidad de presión y consiguen mejoras salariales que no consiguen otros sindicatos que tiene menor posibilidad de presión sindical.
– Si un sindicato con mucha fuerza –en su momento el metalúrgico, por ejemplo– consigue un aumento, ¿cómo sigue el proceso?
– El metalúrgico en su momento era el que marcaba un poco el camino a seguir en la negociación salarial. Ése era el piso. Por encima de eso todos los gremios pedían aumentos salariales, como sucedió por ejemplo en la época del gobierno de Isabel Perón.
– Y en la de Alfonsín también.
– Exactamente. Pero ahí porque había una carrera entre precios y salarios y todos sabemos cómo terminó.
– Entonces, como Moyano logró un 19%, ¿su sensación es que el resto de los sindicatos cuando vayan a negociar van a conseguir como mínimo el 19%?
– Sí, como mínimo.
– ¿O sea que el gremio fuerte es el que hace punta y va marcando cuál es el camino a seguir?
– Claro. Y creo que las recientes declaraciones del titular de la CGT marcan justamente esa tendencia. La punta sería el convenio de camioneros, que, por otra parte, son los que han venido negociando en forma permanente y consiguiendo distintos tipos de conquistas. En ese sector se da que tienen una serie de prebendas del gobierno, como los aportes patronales y el combustible, entre otras. Hay una serie de situaciones que obligan a que el sector empresario otorgue los aumentos y, entonces, luego vaya a golpear la ventanilla del gobierno para conseguir nuevos subsidios. Esto se ha visto muchas veces. En otras épocas, en el gremio de los transportes, empresarios y trabajadores se ponían de acuerdo para subir el salario. Así, el aumento termina pagándose por vía del Estado y, por lo tanto, lo termina pagando toda la sociedad.
– Ahora que Moyano logró el 19% de aumento, ¿qué otras presiones se desencadenarán?
– En este momento, los sindicatos que están negociando aumentos salariales son los de comercio –que es un sector muy importante–, alimentación, metalúrgicos y aeronáuticos Para que tenga una idea, ahora hay alrededor dos millones y medio de trabajadores que están negociando salarios. En el año 2005 negociaron más o menos un millón y medio de trabajadores. Es decir, hay cuatro millones, del total de los cinco millones que están registrados sobre una población económicamente activa de casi once millones.
– ¿Esto quiere decir que en el lapso de uno o dos meses se cerrarían todos los convenios nuevos?
– Hay una cantidad importante de negociaciones abiertas en este momento que seguramente utilizarán el piso que está fijando camioneros.
– Si esto es así, en un lapso de dos meses vamos a tener de nuevo a las empresas discutiendo los precios.
– Por supuesto. Porque el acuerdo de precios estaba asentado sobre una base de moderación salarial, teniendo en cuenta la inflación esperada, que es alrededor de un 11% para el año 2006. Es decir, este aumento de los salarios va a terminar trasladándose a los precios. Y ya hemos visto cómo sigue esta película.
– Con lo cual, según este pronóstico que por cierto no parece para nada ilógico, el gobierno a mediados de año estará en un grave problema.
– Sí, y la verdad es que es un pronóstico razonable, dadas las circunstancias. Esto es un espiral. Si en un mes se aumentan los salarios, en dos meses se están sentando a renegociar el congelamiento de precios que iba a durar hasta fin de año. Luego, ¿qué harán los sindicatos una vez que vuelvan a negociar los precios?
– Claro, porque no tienen que esperar un año para volver a negociar aumentos salariales.
– No. Porque los convenios no tienen, por ejemplo, cláusulas de paz social, que es algo que racionalmente deberían incluir en estas situaciones de conflictividad creciente. De hecho, hay algunas consultoras que miden la conflictividad laboral y el año pasado fue el de mayor índice, en este sentido, comparado con los últimos años. Es decir, que esta política que es regresiva en cuanto a la distribución del ingreso, está generando que el ingreso se concentre en los trabajadores formales, mientras alrededor de un 45% de gente que está en negro solamente ha tenido un aumento del 30% de su salario. Esta gran parte de la población no ha podido recuperar su poder adquisitivo en relación con la inflación. © www.economiaparatodos.com.ar |