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jueves 7 de diciembre de 2006

Castigo para propagadores de virus informáticos

Marruecos condenó en forma severa a los responsables de propagar a través de Internet al virus conocido como “Zotob”, que causó importantes pérdidas comerciales a numerosas empresas de todo el mundo.

Una de las maldades más incómodas, propias de la era de la tecnología en materia de comunicaciones, es la infectar con diferentes virus la maravillosa red que hoy conecta a toda la humanidad, a la que comúnmente nos referimos como Internet.

Cuánto tiempo perdido, frustraciones, dolores de cabeza y daños y perjuicios de todo tipo pueden atribuirse a los modernos “vivos” que se dedican a ver cómo pueden perjudicar a los demás, escondiéndose detrás de un pretendido anonimato.

En rigor, a juzgar por la información pública suministrada por Sophos, una empresa dedicada a la comercialización de antivirus, el número de virus enviados al azar se ha más que triplicado entre 2000 y 2006.

Pero no todos necesariamente se la llevan de arriba. Algunos pagan por sus fechorías.

Marruecos acaba de dar el ejemplo, con el castigo a dos muchachitos (“vivos”) que lanzaron a Internet un virus al que bautizaran “Zotob”, que infectó a centenares de computadoras el año pasado.

Según informa Cassell Bryan-Low, desde las columnas del Wall Street Journal, un tribunal de Rabat sentenció, por ello, a Farid Essebar (un estudiante marroquí de origen ruso de apenas 19 años, cuya dirección de e-mail era nada menos que “diab10”) a dos años de prisión.

Otro estudiante, Achraf Bahloul, como cómplice, recibió, por su parte, una condena a un año detrás de las rejas, en las tradicionalmente poco confortables cárceles del bonito país árabe norafricano.

Las acusaciones contra los ahora condenados incluyeron: defraudación con tarjetas de crédito, acceso ilegal a computadoras de terceros y daños. El virus que enviaron afectó a varias empresas importantes que operan desde medios de comunicación masiva, a empresas alimenticias y automotrices, entre otras. Y aprovechó un defecto de Windows 2000, luego de que éste fuera reconocido por Microsoft.

Aparentemente, los detenidos tienen alguna suerte de vinculación con un conocido grupo de activos falsificadores de tarjetas de crédito (denominados, pomposamente, ciber-criminales) que opera desde Turquía.

En este caso, los servicios de inteligencia marroquíes contaron con la activa cooperación del FBI norteamericano. Por esto, el caso continúa ahora en otro ámbito. Contra Atilla Ekici, un ciudadano turco, que trabajaba en complicidad con los marroquíes, que está siendo investigado por las autoridades turcas en los tribunales de ese país.

Algún día algo parecido ocurrirá entre nosotros, para bien de todos. Ojalá sea pronto, porque el problema crece en intensidad y magnitud, sin que muchos de los filtros normales, que se comercializan públicamente, tengan una eficacia realmente satisfactoria. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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