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jueves 30 de octubre de 2008

Cavilaciones de los legisladores peronistas

¿Apoyarán en el Congreso la propuesta del Ejecutivo para reformar el sistema de jubilación? ¿Están de acuerdo con la idea de estatizar las AFJP?

La aprobación, por parte del Congreso Nacional, del proyecto de estatización jubilatoria es bastante dudosa. Se trata de una iniciativa completamente disparatada en términos técnicos y sumamente polémica en el plano político. Si el Gobierno hubiese querido promoverla a través de un decreto, el rechazo hubiera sido unánime y las posibilidades de aprobación se hubiesen tornado nulas. El hecho de que el proyecto haya sido remitido al Congreso ha tenido el efecto de que ha neutralizado los cuestionamientos referidos a la legalidad de la iniciativa. Por ese motivo hasta ahora la propuesta ha generado dudas pero los rechazos categóricos sólo aparecieron del lado de la oposición. En el peronismo, que es el factor determinante, hay cuestionamientos técnicos pero no rechazos frontales aunque el proyecto tampoco despierta grandes entusiasmos. Los legisladores oficialistas están “semblanteando el ambiente” para evaluar, cada uno de ellos, como se posiciona frente a la iniciativa del kirchnerismo.

Este proyecto tiene una significación política que trasciende largamente al tema en sí mismo. Lo que está en cuestión es algo más que la definición del régimen jubilatorio. Está en debate el grado de apoyo que el gobierno tiene dentro del peronismo… Si este proyecto es rechazado, el kirchnerismo quedará en una posición muy desairada porque se trataría de su segundo fracaso grave en pocos meses, después del rechazo de las retenciones móviles. Y de esto, del grado de apoyo que el gobierno obtenga, depende, en definitiva, el rumbo del país. Si el kirchnerismo logra reafirmar su liderazgo sobre el justicialismo, el país continuará encaminándose hacia la profundización del socialismo. Si, en cambio, el peronismo le da la espalda al gobierno, hay perspectivas de un cambio de rumbo. Este análisis, por supuesto, da como cierto que no hay una fuerza en condiciones de gobernar el país que no sea el justicialismo. Las corrientes de oposición, por el momento, son proyectos meramente testimoniales pero no serían capaces de gobernar sin que la situación se les “vaya de las manos”.

Por estas razones es que la actitud de los legisladores peronistas frente al disparate presentado por el gobierno es cautelosa. En general el discurso es “apoyamos el proyecto pero…” y detrás de ese “pero…” vienen cuestionamientos técnicos que, en la práctica, implican poner en cuestión la posibilidad de aprobar la iniciativa, dejándose así abierto el margen de maniobra para apoyar o rechazar la iniciativa según cuadre la situación. Por eso es dudoso que el proyecto vaya a ser aprobado. A medida que los días vayan pasando, la significación real del tema irá quedando en evidencia y la magnitud del despojo que el kirchnerismo está tratando de llevar adelante irá poniéndose de manifiesto. Es sumamente dudoso que los legisladores estén dispuestos a hacerse cargo de semejante desaguisado, en particular, en tanto vayan percibiendo las gravísimas consecuencias que esto traerá aparejado para la situación general del país. ¿Tiene sentido, en términos políticos, apoyar una iniciativa alocada de un gobierno desencaminado para que, dentro de no mucho tiempo, el país se desbarranque? Este es el análisis “in péctore” de muchos legisladores peronistas por estos días. La idea de que el rechazo de los disparates que propone el kirchnerismo es preferible a la aceptación va ganando paulatinamente terreno y abre un interrogante respecto de la posibilidad de que la estatización jubilatoria sea aprobada.

¿Qué efectos tendría el rechazo de esta iniciativa? Esa es una cuestión que despierta preocupación entre los legisladores. Es obvio que un rechazo de esta propuesta –que, íntimamente, muchos legisladores consideran descabellada aunque no lo digan en público- dejará muy mal parado al kirchnerismo. Esa es la médula del problema. Si el gobierno se debilita en demasía ¿qué consecuencias podrían sobrevenir?

Planteado el problema en estos términos, las probabilidades de que el proyecto sea rechazado tenderán a crecer en tanto las evaluaciones que se realicen demuestren que la aprobación de la iniciativa desencadenaría un creciente clima de agitación… Esto fue lo que sucedió en ocasión del tratamiento de las retenciones móviles y éste es un caso análogo. Las iniciativas del kirchnerismo son tan disparatadas que desencadenan severos rechazos de parte de la población y ese clima concluye por influir decisivamente sobre el criterio de los legisladores (lo cual está muy bien porque ellos son, precisamente, los representantes del pueblo).

Hay otro punto importante que los legisladores deben medir: si el proyecto es rechazado, el problema se habrá terminado ahí, como ocurrió con las retenciones móviles; pero si la iniciativa es aprobada, la agitación aumentará porque las protestas, los juicios, el rechazo cobrarán más virulencia… En general, los legisladores –ni siquiera la mayoría de los kirchneristas salvo excepciones- no participan del ánimo de beligerancia que caracteriza a Néstor Kirchner. Por ende, cabe imaginar que no les agrada la idea de aprobar una iniciativa que está desencadenando fuertes rechazos y que provocará aún más complicaciones una vez que sea sancionada. En cambio, la perspectiva de eliminar el problema probablemente sea vista con buenos ojos por quienes no creen conveniente atizar el fuego del descontento popular.

Este conjunto de factores despiertan un gran interrogante acerca del destino que la estatización jubilatoria pueda tener en el Congreso. La cuestión central ante la que los legisladores peronistas están es: apoyar la iniciativa disparatada del kirchnerismo para no dejar al gobierno “pedaleando en el aire” o rechazarla y empezar a pensar en la necesidad de imprimir un cambio de nombres y de rumbo en la orientación política del justicialismo. Del modo en que se dirima esta disyuntiva depende el futuro de la jubilación de millones de personas. © www.economiaparatodos.com.ar

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