Cepo: el gobierno defiende un título mediático!
El kirchnerismo es bastante confuso al momento de difundir sus ideas y defender sus políticas
Las declaraciones de Mauricio Macri afirmando que si él es presidente al otro día quita el cepo cambiario, generaron una serie de reacciones descontroladas tanto desde el gobierno como en algunos economistas del massismo.
Para Aldo Ferrer, «decir que van a liberar el cepo cambiario es una expresión de un populismo neoliberal». Le faltó hablar de marxismo capitalista y completaba un nuevo capítulo de la historia del pensamiento económico.
El presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, sostuvo que si se elimina el cepo habría «devaluación, inflación y caída de reservas, una crisis», mientras que Kicillof lanzó esta frase: “Cuando dicen que van a abrir el cepo el 11 de diciembre yo leo más bien que están armando un plan de sobreendeudamiento para el país«.
Lo primero y más delirante, casi anecdótico, es que la presidente sostuvo en un discurso en la universidad de Harvard que no existía el cepo. Afirmó que el cepo cambiario era un título mediático, en consecuencia o no se ponen de acuerdo entre ellos o están en contra de eliminar algo que la presidente dice que no existe. Realmente el kirchnerismo es bastante confuso al momento de difundir sus ideas y defender sus políticas.
Las declaraciones de Vanoli resultan realmente sorprendentes porque hoy día la confianza en una moneda depende de la confianza que la gente tenga en las instituciones jurídicas, políticas y económicas de un país. Como todo el sistema monetario es puro papel, solo la confianza en las instituciones puede darle valor a la moneda emitida por un gobierno. Cuando la gente se refugia en el dólar como reserva de valor, no es porque haya analizado el balance de la Reserva Federal, sino que confía más en las instituciones norteamericanas para sostener el valor de la moneda que en las instituciones argentinas para lograr el mismo fin. En definitiva, cuando la gente huye del peso y se refugia en el dólar es porque desconfía de las instituciones argentinas (leyes, códigos, normas, costumbres que regulan las relaciones entre los particulares entre sí y entre los particulares con el estado). Curiosamente lo que dice Vanoli es que si quitan en el cepo quedaría evidencia esa falta de confianza de la gente en las instituciones argentinas. El mismísimo presidente del BCRA está reconociendo que la gente no confía en la moneda que emite la institución que él dirige porque pronostica una corrida contra el peso.
Las declaraciones de Kicillof son más complicadas de entender porque no se comprende qué relación tiene liberar el mercado de cambios con el endeudamiento externo que dice que va a ocurrir. En primer lugar, es este gobierno el que se está endeudando con los chinos para sostener el cepo. En segundo lugar, no sé si Macri estará pensando en lo mismo pero liberar el mercado de cambios significa quitar el cepo y dejar que el tipo de cambio flote libremente. El Banco Central no tiene que venderle dólares a nadie. Flotación limpia es que actúa la oferta y la demanda en un contexto de equilibrio fiscal y la consecuente disciplina monetaria. Si hay disciplina fiscal y monetaria no veo la razón para que explote el tipo de cambio y sea una tarea complicada eliminar el cepo. En cambio, sí es complicado salir del cepo con la falta de confianza que hay hoy en día en el gobierno y con los desequilibrios fiscales y monetarios que día a día agranda el kirchnerismo.
Para los funcionarios del gobierno se les hace difícil salir a defender el cepo. Primero porque CF negó que existiera, de manera que la hacen quedar en ridículo a ella o ellos quedan en offside con su jefa. En segundo lugar, porque no es que faltan dólares en el mercado, faltan dólares a $ 8,70, un precio artificialmente bajo puesto por el gobierno en un contexto de desconfianza y grandes desequilibrios macroeconómicos.
El definitiva, el cepo no es otra cosa que un parche que puso el gobierno ni bien ganó las elecciones de 2011 para disimular los destrozos económicos que había heredado de sí misma. Es decir, si se eliminan el cepo en un contexto de reformas económicas y confianza política, habrá alguna suba inicial del tipo de cambio, pero no tiene por qué ser igual a la desordenada devaluación del 2002. Todo depende de cómo se hace y si el ministro de economía que lo haga genera la suficiente confianza en los agentes económicos.
Todo el resto es el típico relato del oficialismo y los eternos devaluadores del 2002 que creen que una devaluación sustituye las reformas estructurales.