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jueves 21 de julio de 2011

CFK: ¿Presidenta o emperadora?

Mientras el común de los mortales tenemos que trabajar para ganar nuestro sustento con bastante esfuerzo y el Estado nos esquilma, CFK se mueve cual emperadora por el país. Mi experiencia en un viaje a Santiago del Estero

El miércoles 20 de junio, por razones de trabajo tuve que viajar a Santiago de Estero. Mi vuelo era el AR 2494 operado por Austral y el horario de salida era a las 13.45 hs. Con tiempo suficiente llegue a Aeroparque, a las 12.20 hs. estaba en la ventanilla para hacer el check in. Grande fue mi sorpresa cuando al llegar al mostrador, la empleada me dijo que el vuelo ya estaba cerrado y a punto de partir. Le dije que no podía ser porque el vuelo salía a las 13.45 hs. y faltaba más de una hora y cuarto. Su respuesta fue que la partida se había adelantado a las 12.00 hs. Se comunicó con embarque, me entregó la tarjeta de embarque y corriendo y pidiendo permiso en la cola de control aeroportuario, corrí hasta la puerta 12 (justo en la otra punta del ingreso a embarque) para abordar el avión por la manga. Subí y cerraron la puerta para despegar.
Estoy acostumbrado a que los vuelos de Aerolíneas y Austral no salgan a hora, ¡pero que anticipen la salida más de una hora sin avisar a los pasajeros es delirante! Pero lo más delirante es que adelantaron la hora de salida y no le avisaron al pasaje. Al menos yo no fui avisado por la empresa.
Sentado en mi butaca le entregué mi documento al personal de cabina y le pedí que el comandante del avión diera una explicación de la salida anticipada del vuelo sin que la compañía avisara. Quiero destacar que la máquina era un Embraer 190 que solo tenía cubierto la mitad de los asientos.
Una vez alcanzada la velocidad de crucero, el comandante tuvo la gentileza de informarnos que el vuelo había sido reprogramado para salir antes porque la autoridad aeroportuaria cerraba el aeropuerto de Santiago del Estero a partir de las 15.00 hs.
Pregunta: ¿cuál fue la causa por la cual de casualidad pude subir al avión y la mitad del pasaje que volaba pudo hacerlo? Porque doña Cristina Fernández iba al aeropuerto de Santiago del Estero a inaugurar un radar. Supongo que son de esos que hace rato que tienen que instalar para combatir los vuelos que llegan cargados de droga. Como la dama iba al mismo aeropuerto a la tarde, se cerraba la terminal y todos los que trabajamos nos embromamos para que doña Cristina, que en vez de trabajar vive haciendo campañas inaugurando un maxiquisco, una alcantarilla o hasta obras no terminadas, llegue con su avión, que pagamos todos, para hacer su discurso de rigor. Es decir, con tal de hacer sus acostumbrados discursos de fuerte y vacío contenido político, le importa nada los problemas que puede ocasionarle al resto de la gente. Este solo comportamiento refleja el desprecio que una empleada pública como Cristina Fernández tiene respecto a sus semejantes.
A ver si nos entendemos de una vez por todas. Cristina Fernández no es la reina o dueña de la Argentina. Es una simple empleada, transitoria, de los ciudadanos cuyo Estado nos mata con impuestos. Esos impuestos que le pagan el sueldo a ella, a los de La Campora y el mantenimiento del avión para inaugurar un simple radar. Si CFK tiene que viajar para inaugurar un radar, eso muestra lo mal que estamos en Argentina.
Insisto, Cristina Fernández no tiene más derechos que el resto de los ciudadanos que trabajamos todos los días para sostener a un Estado ineficiente. El mismo Estado que, encima de meternos brutalmente la mano en el bolsillo, nos complica la vida en el trabajo para que la señora Cristina Fernández, empleada de los argentinos, llegue al aeropuerto de Santiago del Estero complicando la vida de los que trabajamos, como si fuera una suerte de emperador romano que se baja de su carroza mientras los súbditos le tiran la alfombra roja y la aplauden a rabiar en sus reiterativos discursos.
Evidentemente el kirchnerismo es irrecuperable. No le interesa la gente, solo le interesa que Cristina dé sus consabidos discursos por cadena y mientras su ego la lleva a tener un grupo de aplaudidores, diría casi un trabajo denigrante para un ser humano.
Terminada de escribir esta nota en pleno vuelo, prendo la pequeña pantalla que tengo delante de mi asiento y veo qué programación ofrece. Aprieto videos y aparece TV Pública (canal 7), Encuentro y Pakapaka. Ya es demasiado. Apago la pantalla. Cierro la notebook y me pongo a leer mi libro por una cuestión de higiene mental.
PD: Desde la pista, mientras el avión carretea a las 14.50 hs. hacia la plataforma veo los carteles y la escenografía montada para el discurso de CFK. Ya está preparado todo el circo para mostrar a Cristina Fernández rodeada de sus “afectos”. Por lo que veo desde la plataforma, una vez que bajé del avión, en el circo que montaron no deben caber más de 200 personas. Máximo 300 personas, pero seguramente, entre los carteles ya colgados y el juego de cámaras, la televisión mostrará una multitud vitoreando a la emperadora Cristina.