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jueves 21 de septiembre de 2006

Chávez continúa con sus alianzas estratégicas

El presidente venezolano continúa con sus acercamientos a Irán y Siria. Y anunció una próxima visita a Corea del Norte. En todos los casos, selló preocupantes acuerdos de cooperación y de provisión de armamentos a cambio de petróleo.

Hugo Chávez sigue gastando, cual pródigo, sus pilas de petrodólares en lo que parece una tarea prolija de promoción personal en busca de constituirse en el líder no sólo de la región (en desafío abierto a Brasil, que reclama esa condición para sí) sino de todos aquellos países que, por la razón que fuere, desafían o enfrentan a los Estados Unidos.

Primero, el “bolivariano” selló una alianza estratégica y militar con Irán, país que él y sus ad láteres principales han visitado oficialmente una media docena de veces en los últimos siete años. Luego lo hizo con Bielorrusia, país al que le comprará nada menos que un sofisticado “escudo misilístico”. Más recientemente, hizo exactamente lo mismo con la antipática Siria de Bashar al-Assad. Es posible, se sabe, que Siria le venda misiles de varios tipos. Entre ellos, los RPG-29, conocidos como “vampiros”, con cabeza antitanque “Heat”, y los misiles “Kornet-E” guiados por rayos láser, ambos de fabricación rusa, que han sido intensamente utilizados por Hezbollah contra las fuerzas militares de Israel. Ahora, Chávez anunció una próxima visita a Corea del Norte, lo que obliga a pensar en su posible adquisición de armas de destrucción masiva, lo que sería toda una pesadilla. Cada una de estas “alianzas estratégicas” preocupa a los Estados Unidos, a la Unión Europea, y a cualquiera que sea sensato.

Camino al Consejo de Seguridad (por dos años)

Venezuela, cabe recordar, acaba de ser endosada por los países del MERCOSUR para ingresar como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por dos años (2007 y 2008).

Desde que el Consejo de Seguridad tiene responsabilidad primaria por la paz y seguridad del mundo, la elección de Venezuela no parece ser muy feliz. Más bien todo lo contrario: el endoso puede lucir hasta como una provocación, con el costo consiguiente. Particularmente para nuestra comunidad judía, que no puede, ni debe, olvidar no sólo que Irán estuvo detrás de los atentados terroristas de 1992 y 1994, sino que entrenó, financió y armó eficientemente a los milicianos de Hezbollah, entre otras cosas con los misiles que hace apenas semanas llovieron sobre civiles inocentes en Haifa y otras ciudades de Israel, lo que desplazó de sus domicilios a un millón de personas que debieron retirarse hacia el sur.

Por otra parte, Chávez y el sirio Assad anunciaron recientemente al mundo que “comparten el mismo enfoque político” y que han decidido “combatir juntos” contra los Estados Unidos.

Esto ocurrió en Damasco, donde el bolivariano recibió además un doctorado “honoris causae” de la Universidad de Damasco. No se sabe bien por qué motivo. Hace unos meses lo mismo le había curiosamente ocurrido en La Paz, Bolivia, lo que sugiere que Chávez tiene una rara debilidad por los doctorados. Pese a la cual, al comentar verborrágicamente acerca de su reciente acuerdo con Siria, dijo que el mismo suponía reforzar “la cooperación sur-sur”. Obviamente, la geografía no es el fuerte del bolivariano, más allá del cúmulo de “espontáneos” doctorados que está acumulando sobre sus hombros con motivo de sus giras por el mundo, desde que tanto Siria, como la propia Venezuela, están –ambos– geográficamente ubicados, claramente, al norte de la línea del Ecuador. Bien al norte.

Continuando con sus reiteradas alusiones ofensivas a Israel, Chávez dijo en Damasco: “Israel, en su estado actual, nos recuerda al nazismo”. Increíble, por insultante a un pueblo que sufrió el Holocausto. Y nadie, absolutamente nadie, en el MERCOSUR sintió la necesidad de corregirlo. Lo que es grave, por aquello de que “el que calla otorga”. Y, es más, también por el conocido “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Gravísimo, porque este tipo de agresivas “reflexiones” de Chávez alimenta la creciente y preocupante ola de antisemitismo en los países de la región.

Una reacción acertada

Seguramente avergonzado hasta el tuétano, como buen venezolano, por el lamentable espectáculo que Chávez está brindando al mundo, el candidato único de la oposición para las elecciones presidenciales del próximo mes de diciembre, que se aproximan, me refiero al buen gobernador del estado de Zulia, Manuel Rosales, dijo estar dispuesto a “revisar todos los acuerdos internacionales recientemente suscritos por Venezuela”. Haría bien.

Esa reflexión fue seguida de una crítica directa al acuerdo solidario de la Venezuela de Hugo Chávez con Cuba, que está en operación desde el año 2000, el que –según Rosales– implica “regalar 100 mil barriles diarios de petróleo a Cuba, para que mantenga una tiranía”, la más antigua de América.

¿Opera ya Hezbollah en Venezuela?

Mientras esto sucede, comienzan a llegar algunas inquietantes (aunque no sorpresivas) informaciones, que sugieren que Hezbollah está ya operando en suelo venezolano. Concretamente, en la Península de Guajira, con la tribu indígena de los “Wayuu”, que vive en un sector desértico de la misma.

A través de Internet, los fundamentalistas han comenzado, además, a diseminar activamente sus mensajes e ideas, para cambiar a Venezuela e instalar allí una teocracia militar-religiosa.

Así como en las canchas de fútbol argentinas, la bandera amarilla del Hezbollah, con el AK-47, que también flamea en las marchas de Quebracho, aparece cada vez más en las manifestaciones que el oficialismo organiza en Venezuela.

Para algunos, Chávez tiene sueños de grandeza muy poco realistas. Para otros, propone, en rigor, una agenda ya obsoleta. Puede ser, pero es un hombre especialmente peligroso, por mesiánico, al que no hay que perderle pisada.

Lo cierto es que Chávez está lanzado en una carrera armamentista, que seguramente contagiará a la región, tarde o temprano. Además, está extorsionando a algunos y seduciendo a otros con sus frecuentes acuerdos asistenciales en materia de hidrocarburos. Su reciente visita a Angola, que provee a los Estados Unidos con unos 600.000 barriles diarios de crudo, podría –eventualmente, según algunos– tener efectos adversos para las importaciones norteamericanas de crudo angoleño.

Pensando en un futuro complicado

En el escenario descripto, es factible pensar que el futuro puede depararnos una crisis de magnitud que gire en torno de Chávez y su régimen, muy a la manera de la crisis cubana de los misiles de la década de los 60.

Esto sería complicado para los socios de Venezuela. Y particularmente para la Argentina, cuyo presidente sintió la necesidad de explicar a los parlamentarios españoles, en oportunidad de su último viaje a la Madre Patria, que tanto Hugo Chávez como Evo Morales son, ambos, “buenas personas”, confiables, sobre los que los medios se empeñan en hacer flotar una inmerecida mala imagen. Increíble, pero sucedió. Y muchos suelen recordar bien las cosas que se dicen. En España y en todas partes, porque en este mundo nuestro la información no se diluye, ni se evapora: se conserva. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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