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martes 20 de mayo de 2014

Cierre de campaña gruesa: ¿vender o retener?

Cierre de campaña gruesa: ¿vender o retener?

Recta final de la cosecha gruesa  en nuestras tierras y una nueva historia parece llegar a su fin

Las instituciones siguen elevando sus apuestas respecto  al número final de producción. Esta semana la Bolsa de  Comercio de Rosario señaló que los mejores rendimientos de Córdoba y la región del NEA permiten aumentar el rinde  nacional promedio a 2,830 tt/ha. totalizando unas 55,7  millones de tt. Estimaciones en línea con las expectativas  de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, 55,5 millones de  tt, luego de que la cosecha avance hasta el 67% del área con demoras  a nivel nacional del 22,3%, razón por la cual  todavía no está dicha la última palabra.

Ahora bien, en relación a los valores de la  oleaginosa a lo largo de la semana los mismos se mantienen  firmes, motivados tanto por factores externos -como la  escasa disponibilidad en EE.UU-, como internos, dados por necesidades específicas de la exportación. Valores que  permitieron un mayor dinamismo en la concreción de negocios. Para quienes todavía no cerraron negocios y  buscan mejorar la rentabilidad de la campaña es necesario  considerar que el precio final tiene dos componentes: por un  lado el precio internacional donde si bien la demanda se  mantiene firme, se espera una superficie record de  siembra en EE.UU, claro que para que esto se concrete deberá transcurrir todo el mercado climático del hemisferio  norte.

Por otro lado, el tipo de cambio que luego  de varias semanas sin variaciones, ajustó a $ 7,9540/8,0540. Recordemos que según el promedio de consultoras privadas y  bancos, el dólar en diciembre se ubicaría en $ 9.83, todavía  lejos de los valores actuales. Así, sin actuar sobre las expectativas, los precios y el tipo de cambio estarán  nuevamente bajo ataque a partir del segundo semestre,  cuando el Estado deberá nuevamente entrar en un raid de  pagos de importaciones de energía con el ingreso de las  temperaturas invernales. Por cierto, el “blue” mostró sus  garras al iniciar mayo. La pregunta del mercado es si se  acortan los tiempos y ¿estaremos próximos a un nuevo salto  cualitativo del tipo de cambio oficial?

En relación al maíz, la trilla apenas alcanza un tercio de la superficie cubierta, con escasos  avances en los labores de los campos de los últimos días,  consecuencia de las condiciones climáticas y de la prioridad  de los productores por avocarse a recolectar el poroto principalmente. Esto se desprende de cotejar las cifras  de ingreso de camiones acumulado en lo que va de este año  que representa la mitad del reportado un año atrás y en las  compras informadas por los exportadores que totalizan 8 millones de tt frente a más de 15 millones reportadas el año  anterior.

Esta situación, con la demora en la recolección induce a los compradores a mejorar la prima  sobre el precio para los productores dispuestos a asegurar  mercadería en el corto plazo. Según los números de la BCR “la carga programada para el próximo mes en esta región  asciende a casi 750.000 tt y compromete el stock de algunos  exportadores”. Para quienes puedan disponer de mercadería,  los precios ofrecidos durante principios de la semana hasta $ 1.500 sobre los puertos de la zona norte de Rosario parecen una excelente oportunidad. En contraste con esto los meses siguientes auguran una fuerte entrada de  mercadería reflejada en los valores bajistas para las  posiciones de junio a agosto. En tal sentido realizar  coberturas con negocios forward para U$S 165 junio/julio  parecen acertadas.

Por último, una breve mención al desafío de inverno que este año tendrá como principal  protagonista al trigo, en detrimento de la cebada que había  ganado terreno en los últimos años. Recordemos que esta  semana trascendió en los medios que próximamente se hará  efectiva la devolución del fideicomiso CEPAGA mediante el  cual se reintegrará parte de los derechos de exportación  que se les descontó. Guiños que si bien podrían  incentivar a algunos a sembrar, sobre todo para aprovechar  las buenas condiciones hídricas y los mejores márgenes del  cultivo, -las estimaciones de la BCBA proyectan una  superficie a sembrarse de 4,3 millones de hectáreas, es  decir, un incremento interanual de 18,8% – lo cierto es que  para revertir la crítica situación de fondo es fundamental  un cambio en los mecanismos comerciales, como mayor apertura  de las exportaciones y la eliminación de las retenciones.  Sencillamente, el futuro del cereal claramente depende  más de factores políticos que de oferta y demanda.

 

Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria – Fundación Libertad