Y también el mundial 2014 llegó a su fin, aunque debemos reconocer que en nuestro medio no tuvo el poder anestésico para la política que muchos habían previsto

Boudou no pudo presidir una reunión del senado y es difícil que lo pueda continuar haciendo; despidos y suspensiones provocaron la reacción del gremialismo más extremo y los cortes de diversos accesos fueron reprimidos para garantizar la libre circulación; el 9 de julio, justo el día de la Independencia, el gabinete de ministros  no ocultó su desagrado por la presencia de Boudou y cada día los procesos judiciales lo va cercando de modo tan concluyente que la tenacidad de Kristina para sostenerlo, solo se puede entender como su único y último recurso para que no hable y no cuente lo que llamaría la trama desconocida del caso “Ciccone” que según algunos analistas y políticos informados, no sería tan desconocida ni tan difícil de desentrañar.

El caso judicial en manos del Juez Griesa solo admite algún tipo de negociación sobre el modo y la forma de cumplir la sentencia condenatoria y al momento de escribir estas líneas, las sombras de un nuevo default está siendo agitada bajo esa hipócrita consigna que dice “No nos dejan pagar”

Como vemos el mundial de futbol no tuvo el poder  ni la capacidad para distraernos de todos estos hechos que configuran problemas convertidos en cuestiones y que cada día generan mayores costos de dinero y de desgaste político para “todas y todos”.

En este panorama comienza esta larga campaña electoral que mas allá de los sondeos actuales que varían según los diferentes encuestadores diría que presenta dos escenarios posibles.

En uno de ellos la elección del próximo presidente se limitará a Sergio Massa y Mauricio Macri y en torno a esas figuras habrá que ver como se acomodan “o desacomodan” los integrantes de UNEN, el peronismo que según Jorge Giacobe  no superaría un 20% del electorado y el “Kirchnerismo” que obvio es la fracción política a vencer.

En este escenario la “suerte” del ganador estará en manos de quien sea visto por la ciudadanía como el más noble, puro y confiable “antikirchnerista” y es posible que al final Macri con su PRO obtenga alguna ventaja.

En el otro escenario posible el electorado estaría dividido en cuatro franjas que como todos sabemos son el propio Kirchnerismo, el Sciolismo, UNEN y el PRO.

En este escenario posible, todos podrían  llegar a una segunda vuelta, obvio solo llegarán dos, pero a su vez uno de ellos aparece en esa segunda vuelta como seguro perdedor que sería el Kirchnerismo.

Este escenario, en mi opinión hoy sería el más probable, se plantean para las fuerzas no “K” como compiten y si las Alianzas conviene armarlas antes de la primera vuelta o en el lapso que va de la primera a la segunda.

En este último escenario más probable que posible, las eventuales alianzas se configurarían en torno a especulaciones políticas y ambiciones personales ya que quien obtenga el mayor porcentaje de votos en la primera vuelta hará valer su preponderancia.

En mi opinión y siempre en este escenario de cuatro fuerzas políticas, las opositoras deberían elaborar un programa mínimo y una vez acordado ese programa proponer a sus ejecutores, para ello tienen tiempo desde ahora hasta las próximas PASO ya que en estas sería elegido por la ciudadanía el que consideren  el más confiable y mejor ejecutor de ese programa.

Este seria para mí el mejor síntoma que podría indicar el inicio de  una nueva política.