¿Contubernio o coalición?
La RAE tiene dos acepciones para la palabra “contubernio”: Cohabitación ilícita. Alianza o liga vituperable.
El 2015 está cercano y lejano a la vez. Está cercano porque solo restan 20 meses para el 10 de diciembre de ese año, las elecciones serán en octubre, el plazo se reduce a 18 meses y el cronograma electoral se definirá a principios del próximo año, faltan apenas ocho o nueve meses.
En otro aspecto el plazo puede estar muy lejano, si lo medimos en lo que llamaría “tiempo político” o el “tiempo litúrgico de la política” ya que hasta ahora tenemos potenciales candidatos, pero ignoramos sus propuestas.
Por ejemplo los ciclos del campo tienen un tiempo mínimo de dos años lo que significa que para poder estimar cuantas cabezas de ganado podríamos tener el 2017, y si comenzará la recuperación de los 10 a 12 millones que nos hemos consumido en la “mesa de los argentinos”, habría que saber ya, hoy, que políticas ofrecen los políticos a ese sector.
Lo mismo ocurre con los cereales, ¿que es necesario hacer para recuperar los niveles de producción de trigo?, por ejemplo, cereal que estuvo a punto de ser importado para satisfacer nuestras necesidades de consumo.
Lo mismo ocurre con todas las restantes actividades económicas, nadie sabe a ciencia cierta cuál será el escenario en el que habrá que trabajar.
Cuando escuchamos a diversos políticos, especialmente a los que tendrían mayores chances para competir con éxito, solo oímos vaguedades que expresan buenas intenciones, pero ninguno nos dice cuáles serán sus prioridades, como se invertirán los escasos recursos disponibles, que política fiscal propugnan, como será la coparticipación entre la Nación y las Provincias, como se administrará el gasto social, dado los bolsones de indigencia y pobreza existentes, incluso a metros o algunos pocos kilómetros de la casa de gobierno.
Los límites entre las diferentes “facciones” se centran en apellidos, el límite de unos puede ser Macri y el de otros Carrio o Scioli o Sutano, como si se tratara de conformar un gran contubernio.
Más bien se comportan como “patrones de diferentes carteles” que buscan cada uno definir los límites de su mercado.
No advierto que haya vocación genuina para conformar alianzas en su sentido más genuino, en torno a propuestas claras y a sus ejecutores más idóneos.
Tenemos los argentinos problemas cruciales que llamaría “cuestiones” que la dirigencia política debe enfrentar sabiendo que los buenos resultados quizás se produzcan con el transcurso de los años, pero será imprescindible que todos seamos convocados a una tarea según las posibilidades de cada sector social.
La sociedad necesita que ya se exponga claramente un menú de opciones y prioridades y los esfuerzos que requieren de nosotros si realmente pretendemos recuperar la senda del desarrollo y del crecimiento.
También sabemos que debe ser una tarea de mayorías y como ya lo dijimos estas se pueden conformar como contubernio o alianza.
Esa es la primera cuestión que aun nuestros políticos no han respondido pero hasta ahora parecería que el contubernio luce más atractivo, el camino de la alianza es mucho mas trabajoso.
En el primero se comparten beneficios, en el segundo esfuerzos.