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martes 6 de agosto de 2013

Cristina no sabe gobernar…

Cristina no sabe gobernar…

La campaña electoral ha comenzado y a pesar de que nuestra Presidente tiene todos los medios que le da el Estado no puede  mejorar su imagen ante los sectores que ya conocen que lo único que puede dar a la sociedad son “paroles” y, para colmo, por cadena nacional, por lo cual solo apagando el televisor podemos dejar de escuchar mentiras

Lo que sí ella ha intentado, con bastante éxito, es desmejorar el sistema democrático hasta el punto que es difícil reconocerlo. Hay  personas que por creer que es una democracia empiezan a descreer del único método pacífico para resolver el conflicto político.

Cristina Kirchner ha avanzado considerablemente en debilitar a las fuerzas sociales que ponen barreras al avance del Estado sobre la sociedad civil.

Por medio de la compra, presión, e intimidación, ha enmudecido la crítica de los medios de comunicación. Solo quedan dos o tres que se animan a luchar por la prensa libre. Gracias a ello y a algunas otras fuerzas que, aún debilitadas, siguen oponiéndose a los desmanes del Gobierno,  podremos llegar a las elecciones (PASO) que indicarán el grado de fuerza que tiene Cristina Kirchner para avanzar hacia el proyecto de limitar aún más a la sociedad civil.  Por otro lado, sabremos cuales son los candidatos que la sociedad ve con más posibilidad de éxito para oponerse.

Una vez que pasen las elecciones  se tendrá que realizar un debate de ideas sin lo cual es difícil pronosticar hacia donde iremos después que Cristina pierda el poder.

 Este gobierno ha ampliado los limites de dominación, estatizando, interviniendo indebidamente  en todos los mercados, limitando y aún coartando la  libertad de comerciar y producir. Ha congelando precios, afectando y, muchas veces, vulnerando el derecho de propiedad.

No le importa pasar por encima de las leyes, tal el caso de las ahora  estatizadas Aerolíneas Argentinas,  YPF y la empresa Ciccone,  a las cuales les confiscó  acciones que detentaban sus anteriores propietarios. Decimos confiscación y no expropiación, porque eso es lo que ocurrió en la práctica ya que la expropiación requiere, según la Constitución,  declarar de utilidad pública la empresa que se pretende apropiar y que se efectúe el pago de  una previa indemnización.  Además la confiscación está expresamente prohibida por la Constitución Nacional.

También fue confiscación la apropiación del dinero y otros activos  que los futuros jubilados tenían en sus cuentas particulares en las AFJP. Fueron volcados a la ANSES para que luego este organismo  malversara los fondos que tenían un destino específico (los jubilados)  para aplicarlos a subsidiar y otorgar préstamos a empresas particulares o contribuir a  financiar el ya pavoroso déficit del Tesoro. También para adueñarse, ilegítimamente, de grandes porcentajes del capital accionario de las principales empresas del país y con ello de sus derechos políticos.

 La Presidente en su afán hegemónico de concentrar  la «suma del poder público» fue asumiendo funciones legislativas que son de competencia exclusiva y excluyente del Congreso de la Nación, realizándolo a través de innumerables decretos de necesidad y urgencia  que distaron de ser  «necesarios » y «urgentes» según la cabal interpretación de estos términos.

Se ha violado el derecho de propiedad, al reglamentar la ley de Mercado de Capitales donde hay un articulo que permite a la Comisión de Valores dar permiso al Estado, teniendo un mínimo del  dos por ciento de las acciones, a intervenir en la empresa desplazando a  los directores y asumiendo sus funciones. Antes se acudía a la Justicia no a la Comisión de Valores, para mostrar  pruebas que avalaran el mal desempeño y pedir así un veedor o interventor..

Con la  destrucción del Mercado de Capitales, una de las `principales fuentes de financiamiento de las empresas, será cada vez más difícil que alguien quiera  invertir en el desarrollo de las empresas.

Estas y otras arbitrarias medidas generaron efectos nocivos en lo político y en lo económico demostrando que  un gobierno dirigista e intervencionista  siempre es peligroso para el desarrollo de una república .

En una democracia que funciona el gobierno como todos los habitantes deben respetar las leyes. En la Argentina el gobierno las cumple solo si le conviene. Demuestra que no tiene responsabilidad ética, por lo tanto cree que puede hacer lo que quiere.

En las próximas elecciones y más aún en las de octubre, la gente tendrá la oportunidad de un cambio. Esperamos que sea saludable para que en un futuro cercano Argentina pueda regresar al rumbo perdido de la Constitución y terminen los avances de la arbitrariedad del gobierno.