Cuando la limosna es grande, hasta el Santo desconfía
El premio de la tasa de interés respecto del ritmo más bajo de la devaluación del peso
Quienes hayan ejercido la profesión de economista analizando la evolución diaria de la economía argentina durante los últimos 40 años, recordarán perfectamente las veces que se controló el tipo de cambio y, al mismo tiempo, el BCRA puso la tasa de interés como una zanahoria para que los inversores vendieran sus dólares a cambio de pesos, y con esos pesos hicieran depósitos a plazo fijo apostando a que la tasa de interés le ganara a la suba del dólar.
Erróneamente algunos confunden la apuesta y creen que el que apuesta a la tasa compara contra la inflación en pesos. Eso le ocurrió a Milei cuando en noviembre de 2016 tuvimos un debate en Rosario.
En ese momento, Milei era un gran defensor de la política del BCRA que absorbía liquidez colocando LEBACs. Recuerdo que en ese debate (el video está en Youtube) Milei sostenía que como la tasa de interés que venía pagando el BCRA por las LEBACs estaba por debajo de la tasa de inflación observada, el modelo, decía Milei, tendía al equilibrio porque se licuaba la deuda en LEBACs.
En ese momento le advertí que el que apostaba a la tasa no comparaba la tasa con la inflación esperada, sino que comparaba con la evolución del tipo de cambio esperado. La apuesta era que la tasa le ganaba a la suba del dólar.
Obviamente quienes entraban en ese juego, apostaban a salir de los pesos, realizar la ganancia y pasarse a dólares nuevamente antes que el tipo de cambio saltara.
El que salía primero ganaba, el último en salir perdía porque el tipo de cambio ya se había disparado.
Esto ocurrió con la tablita cambiaria en 1978-1981, en el plan primavera, también ocurrió en 1990 cuando el BCRA puso la zanahoria de la tasa de interés y el tipo de cambio se mantuvo estable durante gran parte del año en aproximadamente 5.500 australes (la moneda de ese momento). Ese juego se mantuvo hasta fines de 1990 cuando el mercado de cambios empezó a temblar cuando los inversores comenzaron a realizar las ganancias de la tasa versus dólar.
Esa corrida cambiaria llevó a la renuncia de Erman Gónzalez y asumió Domingo Cavallo como ministro de Economía en febrero de 1991.
Primero ensayó con una especie de convertibilidad móvil con una banda cambiaria inferior que consistía en dividir la base monetaria con las reservas del BCRA en dólares y oro y una banda superior que dividía la base monetaria por las reservas en dólares únicamente.
A su vez, ambas bandas iban aumentando en el tiempo, una especie de crawling peg. Pero ese intento no funcionó y un viernes de marzo se produjo una corrida cambiaria muy fuerte que llevó a que se anunciara la convertibilidad.
Otro de los ensayos de tasa versus dólar se produjo con las mencionadas LEBACs y el juego terminó en abril de 2018.
Si uno mira la evolución del stock de los depósitos a la vista y a plazo fijo desde que se anunció el pase de los pasivos remunerados a las LECAPS, observa que los depósitos a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro) crecieron el 8% en tanto los depósitos a plazo fijo aumentaron el 33%.
En lo que va del año los depósitos a la vista aumentaron el 23,5% y los depósitos a plazo fijo el 113%.
En lo que va de octubre, los depósitos a la vista cayeron en términos nominales el 10% y los depósitos a plazo fijo aumentaron el 7%, por arriba de la tasa de interés a plazo fijo que pagan los bancos.
Si uno observa la tasa de interés que pagan los bancos por un plazo fijo, la misma se ubica en el 51,60% anual según informa el BCRA en su informe monetario diario. Con tipos de cambios “libres” sin variación, o incluso bajando, eso implica un rendimiento estimado del 51,6% anual en dólares.
La pregunta que siempre hay que hacerse para determinar si esta tasa en dólares es consistente en el largo plazo es la siguiente: ¿si el banco me ofrece a mí una tasa anual del 51,6% en dólares, en qué coloca mi dinero para poder pagarme esa tasa y devolverme el capital invertido?
Lo mismo ocurre con las LECAPS que pagan el 4% mensual, es decir, el 60% anual que, contra un dólar quieto, implica un 60% anual en dólares. ¿cómo hará el tesoro para devolverme la plata que invierta en LECAPS si no hay actividad lícita que genere esa tasa de rentabilidad?
Aún haciendo la cuenta contra el dólar oficial, que según el presupuesto aumentaría el 18% en 2025, tenemos rendimientos disparatados en dólares.
Una devaluación del peso del 18% anual implica una suba promedio mensual del dólar del 1,4%, lo que implica un 2,56% mensual de tasa en dólares contra el tipo de cambio oficial o un 36% anual.
Cualquier cuenta que uno haga tomando la tasa versus la evolución del tipo de cambio, da números impagables.
¿Por qué comparar con el dólar? Porque el dólar es la moneda de reserva de valor en Argentina.
Por ahora funciona el carry trade, el punto es: ¿qué pasará el día que los inversores decidan realizar la ganancia, dar vuelta la posición y volver a dólares?
Cuando la limosna es grande hasta el Santo desconfía.
ESTA NOTA FUE ORIGINALMENTE PUBLICADA EN INFOBAE