Debe ser en la primera vuelta….
Parecería que nosotros tenemos un ADN individualista y egoísta y creemos que la suma de los éxitos personales contribuyen al logro del ‘bien común’, cuando la cosa es exactamente al revés
El ‘Kristinismo’ tiene un claro objetivo y será lograr el mayor número de votos en la primera vuelta de la próxima elección presidencial, con un doble objetivo obtener un buen número de legisladores y senadores que le permitan convertirse en “factor de poder” y como una ‘yapa’ si la oposición continua en esa suerte de limbo en el que todos son virtuales ganadores, hasta triunfar en la elección presidencial con Daniel Scioli.
De ese modo ‘ella’ quedaría como reservorio de todo lo bueno, el ya célebre relato y todos los demás cargarían con el duro peso de la realidad, Scioli incluido si fuera el ganador ‘2015’
Las deudas del ‘desendeudamiento’ pasarían para los próximos dos gobiernos que no tendrían más opción que ajustar el gasto público y recurrir al crédito internacional para reconstruir la infraestructura del país deteriorada por el fanatismo propio del populismo y de la ideología ya fracasada varias veces en los últimos años que llevaron a convertir a la actividad económica en un negocio casi delictual.
Parecería que la preocupación se va generalizando entre la oposición que por su variada composición, luce como minoritaria lo que se refleja en las encuestas que dividen de hecho al electorado en cuatro porciones que salvo la porción “K” migran sin rumbo, como sabiendo desde el vamos que son perdedoras.
La sociedad está pagando la falta de partidos políticos y la consecuente falta de estructuras que imposibilitan o debilitan la lucha contra un partido que no solo usa los recursos públicos para financiar sus campañas sino que además los utiliza para premiar la obsecuencia y castigar la idoneidad ética y profesional de los que osan apartarse del “pensamiento único y exclusivo”.
La UCR mantiene su estructura pero carece de votos, salvo alguna provincia que no alcanza si quiera para competir en la elección presidencial, la cuestión es con quien consensuar, sin con el progresismo socialista que luce como antiguo o el progresismo desarrollista como llamaría al PRO de Mauricio Macri que parece más moderno y más acorde con la “altura de los tiempos”.
Hoy lunes 17 de noviembre en un encuentro en Bahía Punta Chica, en San Fernando, la UCR debatirá si la cuestión está con Massa según lo reflejó la fotografía de Jujuy con Gerardo Morales, con el PRO como lo alentarían Ernesto Sanz, Lilita Carrio (¿?) y Gabriela Michetti o dentro de Unen con esta versión desactualizada de un socialismo quedado en el tiempo y que en la provincia de Santa Fe demuestra que las buenas intenciones no alcanzan para gobernar a la sociedad, serían “the last but no least” una condición necesaria pero no suficiente.
Difícil dilema para este partido añejo que paradójicamente refleja el dilema de la sociedad argentina, una sociedad muy experta en el sacrificio individual y muy inexperta en las obligaciones que impone el sacrificio y el esfuerzo colectivo.
Parecería que nosotros tenemos un ADN individualista y egoísta y creemos que la suma de los éxitos personales contribuyen al logro del “bien común”, cuando la cosa es exactamente al revés.
Por eso lucimos como oportunistas y diría hasta inescrupulosos y siempre exigimos que se haga algo por nosotros.
Las tres alternativas que debate la UCR tienen este componente que llamaría sociológico y la única lección positiva sería que el acuerdo que se logre no fracture a la UCR.
Si la UCR se fractura el “kirchnerismo” habrá sacado una ventaja importante en ese objetivo de lograr en la primera vuelta una diferencia superior a los 10 puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos respecto al segundo.
Dicho en otras palabras la fractura de la UCR dispersaría a toda la oposición que de mayoritaria se convertirá en minoritaria.
Escribimos estas líneas el lunes 17 a las cinco de la tarde cuando aun se ignora cuál será el final de este encuentro de la UCR que esperemos no termine en otro desencuentro que esta vez podría ser trágico para la salud republicana de la nación.