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lunes 14 de febrero de 2011

Discurso de Cristina Kirchner: mejor callar y pasar por tonto que…

La última “clase” de Economía que dio la presidenta desde el atril de la Casa Rosada está tan plagada de horrores económicos que sirve como muestrario de aquello que no hay que decir para evitar el ridículo.

El miércoles de la semana pasada Cristina Fernández de Kirchner dio otro de sus largos discursos en la Casa de Gobierno ante el habitual auditorio de incondicionales dispuestos a aplaudir todo lo que dice. Es llamativa la necesidad que tiene la presidenta de tener un auditorio preparado ante cada tema que quiere comunicar: su incapacidad para dialogar ha quedado demostrada en infinidad de oportunidades; sin embargo, asombra su avidez por pronunciar discursos, no recibir preguntas y ser aplaudida incondicionalmente. Pero como no son mi especialidad ni la psiquiatría ni la psicología, ese curioso comportamiento queda para el análisis de las ciencias correspondientes.

Sí me interesa repasar algunos de los curiosos conceptos económicos que lanzó CFK en lo que podríamos denominar su anuncio del “Plan Milanesas para Todos”, porque ese discurso está tan plagado de horrores económicos que sirve para dar una pequeña clase de lo que no hay que decir en economía para no hacer el ridículo.

Por un lado, negó que haya inflación y defendió el curioso argumento del ministro Amado Boudou de que hay dispersión de precios. Además, se quejó de que los empresarios suben los precios en vez de aumentar la oferta. Si no hay inflación, ¿cuál es su queja con los empresarios? La verdad es que no se entiende.

Dijo CFK: “Debería terminar con la costumbre yo digo consuetudinaria de algunos sectores de querer mantener o apropiarse de rentabilidad vía precios y no vía aumento de la oferta, vía aumento de la inversión”. Curiosa afirmación la de CFK porque ella y sus ministros se la pasan hablando de las grandes inversiones que se están haciendo en el país. Es más, pocos días atrás el arquitecto Julio De Vido incursionó en el tema económico afirmando textualmente: “La inflación, en términos técnicos, cuando hay una baja de la inversión -cosa que en Argentina no la hay porque la inversión está en permanente crecimiento- o cuando hay déficit fiscal, puede ser un tema preocupante (…) No habiendo estas dos variables centrales de preocupación, como decía el ministro (por el ministro de Economía, Amado Boudou), puede haber dispersión de precios, puede haber tensiones de precios, pero de ninguna manera el fenómeno inflacionario que tan erróneamente plantea la oposición". Vaya uno a saber de qué manual de Economía sacó esta definición de inflación el arquitecto De Vido, pero lo concreto es que negó que ésta exista en la Argentina y afirmó que hay inversiones en permanente crecimiento. Sobre el déficit fiscal que desconoce el ministro no voy a opinar, porque todos los economistas sabemos que hay un fenomenal agujero fiscal.

Mi punto es que CFK y De Vido tendrían que ponerse de acuerdo en el discurso, porque uno afirma que hay inversiones en continuo crecimiento y CFK se queja de que no las hay. Tanto es así que en ese discurso de Milanesas para Todos dijo: “Es necesario que quienes tiene capital y quienes tiene la oferta aumenten la inversión”. Por favor, si nos van a tomar el pelo, al menos háganlo hilvanando algo lógico. Tenga un mínimo de consistencia y no que uno se queje por falta de inversiones y el otro diga que nos llueven las inversiones.

En otra parte de su discurso, CFK afirmó: “Siempre nos contaron que la inversión debía estar antes de la demanda, yo nunca creí en eso porque tengo la lógica del que quiere invertir, el empresario invierte cuando tiene la certeza de que le van a comprar el producto…”. Empecemos el análisis por la última parte del párrafo. Salvo que alguien tenga asegurada la demanda porque el Estado le otorga algún curro (corrupción), en una economía competitiva ningún empresario invierte porque tiene la certeza de que le van a comprar el producto, invierte porque espera que le van a comprar el producto. Justamente el mercado es un proceso económico por el cual hay que descubrir dónde hay una demanda insatisfecha. Y ese proceso de descubrimiento implica asumir riesgos empresariales, donde el que invierte no tiene la certeza de vender hasta que pone el producto en el mercado. Invertir es incertidumbre por definición. No certeza como dijo CFK. Si la economía funcionara como dice CFK ninguna empresa que nace podría fracasar. De acuerdo a CFK todo nuevo emprendimiento sería un éxito porque el inversor tendría la certeza de poder vender.

Respecto a la primera parte de la frase, hay que recordarle a CFK que la ley de Say nunca pudo ser refutada y dudo que ella esté en condiciones de lograrlo. ¿Qué dijo Say a principios del siglo XIX? Que la oferta crea su propia demanda. Dicho en castellano básico: que antes de poder demandar bienes hay que haber producido otros bienes para intercambiarlos por los bienes deseados. ¿Y cómo se producen esos bienes para poder demandar otros? Invirtiendo, ya sea capital o trabajo. Pretender que se puede incrementar la demanda sin producir previamente es como decir que puedo comprar sin tener recursos. Evidentemente CFK no nació para la economía.

En otra parte de su extenso discurso, en el cual abundaron los autoelogios a su gestión y la de Néstor Kirchner, dijo CFK: “Creo que podemos decir que hemos logrado mejorar la calidad de vida que los argentinos tenían en el año 2003”. Casualmente la semana pasada estaba viendo un programa que se llama Palabras + Palabras – donde mostraban cómo la gente de una villa iba a un basural a revolver la basura para buscar nylon que luego lavan y venden e incluso a buscar alimentos vencidos que se tiran para ellos comerlos. Es decir, sacaban alimentos vencidos de la basura para llevarlos a sus casas. El programa citado no es, justamente, un programa de periodistas liberales, y mostraban el horror de esa gente (niños, mujeres, mujeres embarazadas y hombres) revolviendo la basura para poder encontrar algo para comer y vender. Si este es el modelo de inclusión social del que tanto se llenan la boca y la mejora desde el 2003, la verdad es que los kirchneristas tienen una visión muy particular de la inclusión social y lo que es mejorar. Es más, la gente de la villa que entrevistaban decían que hacían eso porque no tenían trabajo y que los jóvenes no tenían oportunidades. Pero CFK de eso no habla.

En otro párrafo, defendiendo los subsidios a las tarifas dijo: “Porque la gente si le aumentan demasiado los servicios restringe el consumo…”. Una vez más, los subsidios, que este año superaron los $ 48.000 millones, salen de impuestos y del impuesto inflacionario. Como hay un déficit fiscal del orden de los $ 30.000 millones, la emisión que genera el Central hace que la gente pague los servicios baratos con la boleta y el resto con caída del salario real. Aquí no hay magia posible. Lo que no le cobran a la gente por un lado se lo cobran por el otro.

También dijo la presidenta: “Ya que hablamos del sistema financiero, sería bueno que con la solvencia que tiene el sistema y con el nivel de rentabilidad que tiene, se orientara más a la producción y al aumento de la oferta y no tanto al consumo”. La verdad es que es delirante. Primero quiere mucho consumo y después se queja que los bancos financien el consumo. Pero CFK se olvida de un tema importante. Para que los bancos presten para invertir tiene que haber un mercado de capitales que compre se esos créditos de forma tal que los bancos puedan recuperar liquidez. El problema es que ella y su fallecido esposo destrozaron lo que quedaba del mercado de capitales cuando expropiaron el ahorro de los que teníamos la plata en las AFJP. ¿A quién le van a vender los bancos sus carteras de créditos si no hay mercados de capitales? Con toda la furia el mercado de capitales debe haber comprado carteras por no más de U$S 2.500 millones en todo el año. Es decir, se hicieron operaciones a razón de U$S millones diarios. Una cadena de hamburguesas factura más que el mercado de capitales de Argentina.

Afirmó también CFK: “Si no quieren rentabilidad de ganancias, discutamos entonces cómo se forman los precios”. Tema de introducción a la economía: no son los costos los que determinan los precios sino que son los precios los que determinan los costos. ¿Y cómo se determinan los precios? Mediante las expresiones de valor que cada consumidor vuelca al mercado diciendo qué quiere que se produzca. Los precios no son otra cosa que manifestaciones de valores subjetivos de la gente. Cada persona tiene determinadas necesidades que satisfacer y recursos limitados. Esos recursos los vuelca en forma de demanda de acuerdo a qué bienes valora más que otros. Así se forman los precios del mercado y esos precios que la gente está dispuesta a pagar por cada producto es la referencia que tiene el empresario para saber en qué costos puede incurrir para producir. Dicho en otras palabras, el salario del obrero automotriz no lo fija la empresa, sino el consumidor cuando define hasta cuánto está dispuesto a pagar un auto. ¿Por qué Messi gana más que un filósofo que ejerce su profesión? Porque la gente valora más verlo jugar a Messi que escuchar una conferencia de filosofía. Por eso Moreno pierde el tiempo analizando las estructuras de costos, porque nada tienen que ver con la formación de los precios, que es el resultado de un proceso de valoración subjetivo de cada uno de los millones de consumidores.

Y la frutilla que coronó esta ensalada de frutas de dislates fue la siguiente: “Pero no se puede seguir con la ridiculez de leer el diario y ver a los comerciantes y empresarios quejarse porque aumentan los precios y echarle la culpa al Gobierno. Yo no vendo nada, no produzco tomates, no vendo autos, no produzco acero, no produzco cemento, los gobernadores tampoco tengo entendido, aunque alguno tenga alguna cosa que yo no sé pero la verdad…” Habría que avisarle a CKF que ella FABRICA MONEDA. Que el BCRA está inundando el mercado de billetes que pierden su poder de compra. CFK no produce tomates, ni autos, ni acero pero produce inflación fabricando billetes en cantidades industriales. Y es esa fabricación de billetes es la que produce esa inflación que ella se niega a aceptar que existe como si la gente no fuera a un supermercado, no comprara ropa, no pagara remedios, seguro de autos, expensas, artículos de ferretería, etc.

Obviamente, el extenso discurso tiene muchos más horrores conceptuales que los señalados en esta nota. Lo que sí queda en claro es que alarma ver el grado de ignorancia sobre temas económicos que tienen muchos de los integrantes del Gobierno. Y cuando se dice una barbaridad económica, por más aplausos que uno reciba, la misma sigue siendo una barbaridad.

Por eso, cuando uno no es experto en la materia, en vez de usar el atril para que lo aplaudan, siempre es bueno recordar que quienes saben del tema y también escucha. Y como hay gente que no es clapper profesional, no estaría mal seguir a Groucho Marx cuando dijo: “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”. Aunque pensando en las “Milanesas para Todos” también aplica esta otra frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. © www.economiaparatodos.com.ar

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