El Banco Central aumenta la devaluación del peso
La semana pasada el BCRA ajustó el tipo de cambio fijándolo en $ 5,5910, que muestra una suba semanal del 0,9% y de 1,6% en doce días, correspondiendo dicho ajuste a una tasa anual de nada menos que del 46%
Panorama argentino
La presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, participó la semana pasada como expositora en un seminario económico, reconociendo que el país ha perdido parte de su “colchón cambiario” y buena parte de sus reservas, pero aseguró que esas dificultades no se solucionan con devaluaciones. Y agregó: “Cuando hablan de devaluación no se refieren como nosotros a un proceso de adecuación del tipo de cambio sino a un ajuste cambiario de envergadura que sólo apunta a mejorar la competitividad por el lado cambiario”. Sin embargo, la semana pasada, por primera vez en mucho tiempo, el BCRA ajustó el tipo de cambio del peso frente al dólar, fijándolo en $ 5,5910, su nuevo máximo histórico, que muestra una suba semanal del 0,9% y de 1,6% en doce días, correspondiendo dicho ajuste a una tasa anual de nada menos que del 46%. Cabe también aclarar, coincidiendo con Marcó del Pont, que una devaluación no alcanza para mejorar la competitividad del país, sino que los caminos correctos son otros, pero que los gobernantes todavía no han promocionado ni ayudado a recorrer. Mientras, algunos trascendidos dieron cuenta de que la presidenta Cristina Fernández habría ordenado agilizar la aprobación de importaciones industriales pendientes para recalentar la producción, castigada en parte por las trabas impuestas al comercio exterior. Pero también hubo una medida concreta, como lo fue la aprobación del BCRA para poner a disposición del Gobierno, de aquí a fin de este año, unos USD 2.500 millones de sus reservas para pagos relacionados con el Bonar VII y vencimientos con organismos internacionales. Además, hoy vence el plazo dado por Guillermo Moreno a los bancos para que compren el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Energético (BAADE) por unos USD 1.000 millones. Y así el MULC argentino sigue mostrando una actividad intrascendente, al tener que circunscribirse los bancos a realizar coberturas de los saldos que dejan las operaciones con sus clientes exportadores e importadores. Por eso el volumen operado entre entidades continúa bajo, con unos USD 1.262 millones transados en las últimas cinco jornadas, con un promedio diario de USD 252 millones, esta vez un 8% más bajo que en el similar período anterior. Las intervenciones del BCRA en el mercado dejaron un saldo positivo de USD 20 millones, logrando con ello que las reservas se mantuvieran, sumando ahora USD 37.045 millones, con un aumento semanal de USD 16 millones. En el mercado de futuros (NDF) de New York el peso/dólar quedó operado para un año de plazo a $ 8,8993 (59%).
Panorama internacional
El péndulo de la economía global vuelve a oscilar en dirección al mundo desarrollado, mientras parece alejarse de las economías emergentes, que lideraron el crecimiento desde la crisis financiera. Este cambio de rumbo podría redireccionar los flujos mundiales de capital y alterar los pronósticos en los que las empresas habían basado sus esperanzas de cara a los mercados emergentes. Entre las fuerzas que impulsan el cambio se destaca un Japón que resurge tras años de estancamiento y el repunte de la economía de los Estados Unidos ha mostrado una expansión constante aunque leve. Europa se recupera también levemente en el último trimestre, con un tímido crecimiento después de una prolongada recesión. A la vez, los pesos pesados del mundo emergente -como Brasil, Rusia, India y China- están en problemas o se enfrían tras su estelar desempeño de los últimos años. Cabe destacar que desde el comienzo de la primavera europea, Alemania sorprendió con un crecimiento del 0,7%, mientras que la economía francesa también ha mejorado más de lo previsto, pero España e Italia no consiguen dejar atrás la recesión. Sólo Holanda acompañó a aquéllos con un retroceso del 0,2% y hasta Portugal también intenta una recuperación. Mientras, siguen las incógnitas sobre Irlanda y Grecia, que no publican datos trimestrales. Sin embargo, algunos analistas creen que la moneda única no logrará repuntar. La reducción de los déficits será tan difícil como siempre y, a medida que persista la crisis, el compromiso político para afrontar este problema disminuirá. Es cierto que el apetito de los inversionistas internacionales por mayores rendimientos ha ayudado en semanas recientes a reducir los rendimientos de los bonos de países deudores de la región, como Italia y España. Pero el crecimiento en estos países, si es que existe, sigue siendo demasiado débil y el riesgo de una cesación de pagos de deuda soberana seguirá siendo alto durante muchos meses más. Además, ha quedado evidenciado el hecho de que si la inflación estadounidense se mantiene tan baja significa que los rendimientos reales en ese país subirán más rápido. Así las cosas, el dólar es una apuesta aún más atractiva frente al euro y la moneda única tendría menos posibilidades de experimentar un serio repunte basado en sus actuales cifras de crecimiento. Y ese escenario se convirtió en realidad al finalizar la semana, después de que el euro marcara el jueves su mínimo semanal en 1,3210 y el viernes un máximo de 1,3370, mientras los datos sobre la economía estadounidense que se iban conociendo resultaban mixtos. En síntesis, el mercado quedó con la impresión de que todavía no hay un indicio claro que presuponga un pronto cambio de política monetaria en los Estados Unidos y, por eso, el lógico regreso de la aversión al riesgo favoreció al dólar. Al cierre del viernes en el mercado de New York el euro cotizaba a 1,3335 dólares
Fuente: http://www.abcmercadodecambios.com/