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lunes 13 de enero de 2014

El clima en Sudamérica, es la variable del mercado

El clima en Sudamérica, es la variable del mercado

En la jornada del viernes se dio a conocer un nuevo informe por parte del USDA. El mismo, era aguardado con singular expectativa, toda vez que aportaría los datos de producción final de maíz y soja en USA para la última campaña, como así también los niveles de existencias norteamericanos al  1 de diciembre – que son muy importantes para el mercado a la hora de estimar el consumo-.

La única sorpresa – alcista – vino por el lado del maíz. Una combinación de menores existencias a diciembre, sumado a una merma de 3 MM toneladas en la producción estimada de la corriente campaña, hizo  que las existencias norteamericanas de fin de ciclo, se vean disminuidas en 6 MM toneladas aproximadamente. El mercado reflejo un incremento de 8 U$S/Ton en CBOT en la última jornada. Luego, en soja los datos estuvieron muy alineados con los que aguardaban el grueso de los operadores. Un producción norteamericana del orden de 89,2 MM toneladas y existencias finales de 4,1 MM toneladas, no hicieron más que reafirmar los valores informados un mes atrás. Por último, tampoco hubo cambios significativos en las estimaciones de producción sudamericana de soja y maíz. En soja, se reportó 54,5 MM toneladas para Argentina, y 89 MM toneladas para Brasil. En maíz, las cifras fueron de 25 MM toneladas para nuestro  país y 70 MM toneladas para nuestro vecino.

Ahora bien, habiendo tomado nota de estos datos, lo que climáticamente suceda en Sudamérica en los próximos días, será crítico en materia de cotizaciones. Si intentamos “tomarle el pulso” al mercado, para determinar lo que nos depara en términos de precios de cara a la cosecha, nos encontramos con lo siguiente:

En soja, en las últimas tres semanas vimos una baja de 20 U$S/Ton para la posición mayo en Chicago, que se tradujo en una baja de 10 U$S/Ton para la soja mayo 2014 a nivel local, quedando esta ultima en 289.5 U$S/Ton. Las causas de esta baja fueron principalmente dos. Por un lado, las lluvias registradas la última semana en nuestro país – con registros bajos – relajaron las cotizaciones, aunque la mayor presión vino por la baja que se produjo en el precio de la harina de soja. Sucede que, China rechazo algunos embarques de DDG norteamericano (derivado de la producción de maíz a partir de etanol usado para la alimentación animal). Como consecuencia de ello, se estima que de ahora en más se incluirá una mayor proporción de este ingrediente en las raciones animales y menor cantidad de harina de soja, lo que evidentemente sería bajista para esta última, y por ende para el poroto también.

Como factor de soporte seguimos teniendo, la fortaleza de la demanda – que nos muestra un saldo prácticamente consumido de exportaciones norteamericanas – y las dudas que genera en materia productiva la ausencia de precipitaciones en nuestra región.

Es importante destacar el diferencial de U$S 37 que existe entre la soja disponible (327,5) y la Mayo 2014 (289,5). Esto nos pone de manifiesto que, si Sudamérica se encamina hacia un nivel de producción de 160 MM toneladas –Brasil 90 + Argentina 55 + Paraguay 9, etc -, al mercado le va a costar sostener los valores actuales a mediano plazo, pero ojo, tengamos presente que esto aplica para el

disponible. ¿Y la soja de cosecha nueva? Ese es otro partido, los valores en torno a U$S 290, tienen  incorporado un buen nivel de producción por nuestras latitudes. Quizás el mercado climático de las próximas semanas, nos permita  ver cotizaciones más atractivas y será ahí donde tendríamos que generar coberturas flexibles, dado que tenemos que tener presente que, de confirmarse un alto volumen de producción en nuestra región, quizás las cotizaciones nos muestren registros más bajos.

En maíz, la historia parece ser otra. El productor se encuentra muy reticente a generar ventas de nueva cosecha  por debajo de U$S160, dado que la ecuación económica, arroja resultados poco atractivos en ese nivel. También existe una cierta preocupación por la ola de calor que afecto a muchos maíces tempranos en el inicio de su floración, y que ponen en jaque las proyecciones de producción actuales.

Aunque, si observamos la capacidad teórica de pago del sector exportador (aquella que surge de restarle los impuestos y gastos comerciales a las cotizaciones internacionales),  vemos que la misma se encuentra en tornos a los U$S 150. Es aquí donde surge la dicotomía de generar coberturas a los valores actuales, capitalizando el premio sobre el FAS, o bien mantener la esperanza de que  el mercado local, ante un escenario de escases, nos muestre valores mejores. Esta última alternativa, se inclina como la de mayor probabilidad de ocurrencia.