El colmo de las economías regionales
Efectos cambiarios y fiscales: la situación de las economías regionales se complica día a día. No las acompaña la macro, como tampoco la evolución fiscal. Existen producciones regionales afectadas mayormente, por la marcha de las variables macroeconómicas. Y la situación fiscal empeora en todo el sector público, pero el Gobierno Nacional se reservó grados de libertad diferenciales.Veamos qué ocurre en cada caso:
El nivel que muestra el tipo de cambio real tiene impacto sobre las producciones regionales. Y el tipo de cambio peso-dólar en la Argentina ya se ubican en los niveles de diciembre de 2001. Un tipo de cambio real bajo beneficia en mayor medida a la producción de no transables, que se ubica preferentemente en las grandes urbes, y desalienta la producción de bienes transables, muchos de ellos ubicados en el interior del país. La inflación en dólares derivada del modelo de permanente expansión monetaria y fiscal afectó la competitividad en la producción de exportables y para los que compiten con las importaciones.
Para estos últimos se intentó compensar con las trabas a las importaciones, pero ello “desprotege” a los productores de exportables, especialmente aquellos que no han resultado tan beneficiados por los buenos precios internacionales (frutas, aceite de oliva y vinos, entre otros). ¿Cuál es el colmo de las producciones regionales? El hecho de que además de haber sido perjudicadas por la pérdida de competitividad que generan las características del modelo y la posterior implementación de trabas a las importaciones, que aumentan adicionalmente sus costos, se ven ahora también afectadas negativamente por las trabas a las exportaciones que nos imponen otros países, como Brasil, probablemente como represalia a la estrategia proteccionista de la Argentina, que fue instrumentada en nuestro país para disimular los problemas que genera la pérdida de competitividad inherente a las características del modelo.
El colmo fiscal de las provincias
Desde el año 1991, las provincias aportan masivamente a financiar la Anses, a través de las detracciones a la coparticipación federal que tienen ese destino. Sólo en 2011, el conjunto de provincias aportó alrededor de $42 mil millones para financiar las jubilaciones nacionales. Tales detracciones siguen presentes aún después de la estatización en 2008 de los fondos de pensión que administraban las AFJP.
Aun así, la Nación no cumple con los envíos que Anses debiera realizar a algunas provincias por convenios para financiar sus déficit en los sistemas locales de pensión. Por caso, la provincia de Córdoba aportó $3.500 millones a la Anses en 2011, pero no recibió de vuelta los $1.040 millones que según convenio suscripto debían ingresar ese año a la Caja de Jubilaciones local. Como agravante para la discusión política, ahora la Anses anuncia que financiará viviendas con sus fondos ahorrados.
Es conocido que ante la desaceleración económica una buena cantidad de provincias y municipios se hallan con problemas fiscales crecientes. Ante la muy escasa disponibilidad de ahorros acumulados en años de vacas gordas, han recurrido a dos instrumentos desaconsejables para la actividad económica local: subir impuestos y/o acrecentar sus deudas flotantes, complicando en extremo las cadenas de pago a proveedores y contratistas de obras, propagando los inconvenientes aguas arriba y abajo y hacia otros sectores económicos. El monto de servicios a pagar por las jurisdicciones provinciales en el año que corre no resulta muy diferente al afrontado el año previo, en torno a los $16 mil millones. Los inconvenientes financieros derivan, en cambio, de estas otras dos situaciones. Por un lado, el hecho de que el déficit primario consolidado en provincias muy probablemente resulte mayor en 2012 ($15 mil millones) que en 2011 ($8 mil millones), con suba de ingresos en torno al 28% y de erogaciones del 30%; por el otro, en 2012 se visualizan menores posibilidades de financiamiento para provincias que en años recientes, ya sea por que los propios problemas fiscales nacionales no dejan mucho margen para las ayudas al interior, como por el menor acceso al financiamiento voluntario de que disponen las provincias, agravado tras los acontecimientos en torno a YPF y la posterior suba del riesgo país.
En materia fiscal a las provincias les surgió un “colmo” similar al mencionado para sus producciones reales: como reacción a los problemas fiscales y comerciales el Gobierno Nacional ha recurrido a ampliar sus posibilidades de financiamiento a través del BCRA. Esta posibilidad más probablemente generará mayor inflación, que complica fiscalmente más a las provincias, que gastan mayores porcentajes que Nación en salarios y, por su parte, no tienen acceso a la emisión directa a través del BCRA. ¿Recurrirán a su propia generación de cuasidinero?
Autor: Marcelo Capello
Fuente: El Economista.com.ar