El drenaje de reservas del BCRA: ¿una amenaza al sistema financiero?
El drenaje de reservas del BCRA es un tema que preocupa a especialistas y a funcionarios públicos. Recientemente el gobierno ha tomado varias medidas tendientes a encarecer el acceso del público a los dólares del central (medidas económicas destinadas a encarecer el turismo y la compra de autos importados) y ha salido a endeudarse en busca de dólares (YPF, Cerealeras). El éxito de estas medidas u otras destinadas a defender o aumentar las reservas es vital para la estabilidad del sistema financiero
Al 6 de diciembre pasado, las reservas internacionales del BCRA ascendían a USD 30,467 millones. Parte de estas reservas están atadas a pasivos monetarios de dicha entidad ya que respaldan los depósitos en dólares en el sistema financiero argentino. Si una depositante quiere hacer un retiro en dólares de su cuenta bancaria en esa moneda, su banco se lo paga con los dólares que tiene depositados en el BCRA. Estos son pasivos a la vista del BCRA, al igual que los CEDIN, y ascienden a USD 9,467 millones.
La política anunciada por el tesoro nacional para pagar los vencimientos de la deuda externa pública con las reservas del BCRA también genera un pasivo implícito del BCRA. El mismo está comprometido a cederle dólares al tesoro cada vez que este necesite realizar un pago de deuda. De hoy al fin del mandato de Cristina Fernández de Kirchner en 2015 hay vencimientos por aproximadamente USD12,000 millones.
Sumando los pasivos monetarios del BCRA (USD 9,467 millones) y los pasivos en moneda extranjera del tesoro nacional (USD12,000 millones) llegamos a la conclusión que, en la práctica, el BCRA debe USD21,467 millones. Por lo tanto, las reservas internacionales del BCRA netas de estos pasivos son sólo USD9,000 millones.
Fuente: INFORMACION DIARIA SOBRE RESERVAS INTERNACIONALES Y PRINCIPALES PASIVOS DEL B.C.R.A. Gerencia de Estadísticas Monetarias – Banco Central de la República Argentina
Como puede observarse en el gráfico las reservas han caído a un ritmo vertiginoso en 2013. En promedio, la pérdida de reservas fue de aproximadamente USD100 millones por día hábil.
Hagamos ahora el experimento mental de pensar que pasaría si el BCRA sigue perdiendo reservas al ritmo de USD100 millones por día hábil que vimos en 2013. En 90 días hábiles habrían en el BCRA USD21,467 millones. Las depositantes, viendo el balance del BCRA y los pasivos del tesoro nacional, se darían cuenta que si no se llevan todos los depósitos en dólares de sus cuentas en ese momento pueden quedarse sin nada. Esta corrida a los depósitos en dólares podría contagiarse a los depósitos en pesos generando una crisis financiera.
¿Cuáles son las conclusiones que podemos sacar de este simple ejercicio? Primero, y contrariamente a la visión convencional, la actual situación económica (o financiera) puede tornarse rápidamente insostenible si no se toman medidas que reviertan el drenaje de reservas. El ir “zafando” pateando la pelota para adelante no aparece como un escenario probable ya que, bajo la actual dinámica, la situación económica podría eclosionar en una crisis en pocos meses.
Segundo, la imposición del cepo cambiario no evita una eventual corrida contra las reservas. La presencia de depósitos bancarios a la vista denominados en dólares genera un mecanismo de posible fuga de divisas similar al que ocurriría en un régimen de tipo de cambio regulado y libre movimiento de capitales.
Tercero, la posible dinámica de las reservas en los próximos meses dependerá crucialmente de las expectativas. Si existen motivos para esperar un cambio de régimen (que necesariamente estará asociado a una devaluación del tipo cambio oficial), el sector privado actuará en consecuencia, posponiendo todos los ingresos de divisas y adelantando lo más posible los pagos (al dólar oficial) al exterior. El resultado será un deterioro del balance cambiario y, posiblemente, un freno adicional a la inversión externa.
En este contexto, medidas como el impuesto a los autos y el aumento de las percepciones sobre los gastos de tarjeta en el exterior, no ayudan a mejorar las expectativas. El problema no es en qué gastan los argentinos, sino que el BCRA emite demasiados pesos y el público tiene razones crecientes para pensar que el valor adquisitivo del peso deteriorará rápidamente en un futuro cercano. A menos que el gobierno entienda el mensaje que le está enviando la realidad, la Argentina tendrá una vez más una crisis financiera.
Dado que el problema de las reservas no es más que un reflejo de la falta de credibilidad en el futuro valor del peso argentino, la política ideal para lidiar con este problema, en nuestra opinión, sería dejar flotar la moneda al mismo tiempo que se anuncie un programa monetario y fiscal para combatir la inflación. Veamos qué es lo que elige el gobierno.
Fuente: www.focoeconomico.org