Durante las recientes Jornadas de Economía organizadas por el Banco Central del Uruguay, el subsecretario oriental de Industria y Energía, el ingeniero Martín Ponce de León, tuvo a su cargo una interesante disertación. Rescatamos, a continuación algunos de sus agudos comentarios:

• Los gasoductos entre Argentina y Uruguay están prácticamente inactivos. En efecto, con una capacidad de transporte de unos 7 millones de metros cúbicos diarios, hoy no llegan a transportar unos 300.000 metros cúbicos. Nada, entonces.

• Bolivia ha notificado a Uruguay la interrupción de las conversaciones sobre suministro de gas natural, ya que “las nuevas estimaciones de las reservas disponibles marcan una severa reducción de la oferta disponible en los próximos años”. Cuando el presidente Kirchner ha hecho concesiones espectaculares en materia de precios al país del norte (que Brasil, defendiendo un contrato en “curso de ejecución” se niega, con todo derecho, a hacer) y ahora se apresta a consentir el aumento de los precios a partir del año que viene, con la promesa de que Bolivia nos venderá más gas, lo que acaba de revelar Uruguay nos obligará a ser prudentes y a no apostar demasiado a la provisión desde Bolivia.

• Los gasoductos entre Argentina y Chile también están vacíos. Antes de abril de 2004, trasportaban unos 22 millones de metros cúbicos diarios. Hoy, trasportan menos de la mitad de ese volumen. Y aún menos en los momentos de “demanda pico”. Por esto, Chile está construyendo dos plantas de re-gasificación de gas. Una en la Bahía de Quinteros (en las inmediaciones de Valdivia). Ella se alimentará con gas del Pacífico, que llegará en buques aptos para el transporte de metano y entrará a funcionar en la segunda mitad de 2008. Otra planta se construirá en la zona norte del país, la cuprífera, a través de un consorcio de empresas encabezado por la propia Codelco.

• Brasil, cansada de Bolivia y de sus presiones, ha decidido reducir sus inversiones en el país andino, de unos 2.000 millones de dólares que se habían previsto a apenas 90 millones que se invertirán en el período 2007-2011. La inversión se destinará a ampliar la capacidad de transporte de gas para llevarla de 24 millones de metros cúbicos diarios a unos 30 millones. Sólo a eso. En cambio, Brasil ha acelerado el desarrollo de sus campos gasíferos “costa afuera” en Espíritu Santo, Río, y Sao Paulo. Y, además, avanzará a tambor redoblado en la construcción de dos plantas re-gasificadoras, que alimentará con gas proveniente de Angola (donde Petrobrás es un gigantesco inversor) y de Trinidad-Tobago, una ex colonia británica en el Caribe, reconocida por su confiabilidad.

Nada nuevo bajo el sol, claramente.

El mundo de los proveedores se divide, generalmente, entre los confiables y los no confiables.

Bolivia siempre estuvo en el segundo grupo. La Argentina, no. Pero acaba de entrar a él, a partir del 18 de abril de 2004. Ésa es nuestra nueva reputación. Y nada menos que entre nuestros propios vecinos, que son quienes más nos conocen.

Hemos ido definitivamente para atrás, de la mano de los vociferantes esposos Kirchner y sus conocidos ad-lateres.

Una pena, pero es así. Más allá de las afirmaciones de éxito –siempre rotundas y terminantes– que nos llegan desde el Gobierno, prolijamente amplificadas y reproducidas –una y mil veces– por sus aliados circunstanciales en los medios de comunicación masiva. Como en la época de las Malvinas, nos dicen que “estamos ganando”. Veremos cómo termina esta historia, pero afuera nos ven de una manera muy distinta, llena de desconfianza. Por algo será. © www.economiaparatodos.com.ar