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jueves 6 de abril de 2006

El kirchnerismo defiende a Bonadío (y así, indirectamente, a Irán)

A pesar de las graves acusaciones en su contra por no haber investigado en forma correcta la actuación de su colega Juan José Galeano, el Consejo de la Magistratura podría absolver al juez federal Claudio Bonadío.

El valiente comentarista político Adrián Ventura, desde una columna de la independiente y, por eso, perseguida La Nación del 22 de marzo pasado, informa (sin demasiados rodeos) que hay una grosera operación kirchnerista que se ha puesto abiertamente en marcha para “salvar” de la destitución a uno de los más cuestionados jueces del fuero federal: Claudio Bonadío. Se trata de una más de las típicas operaciones de esta “seria” administración.

Bonadío es el juez federal que cubrió -diligentemente- las espaldas del destituido juez federal Juan José Galeano (separado de su cargo por la altamente sospechosa falta de resultados en la investigación de los atentados terroristas cometidos hace más de una década contra la Embajada de Israel y la AMIA). Bonadío no investigó -para nada- la actuación de Galeano, como le había sido requerido. De allí que, por su obvia “mala conducta”, Bonadío está ahora siendo, él mismo, juzgado. Y debiera ser destituido, sin más extrañas contemplaciones.

Pero ocurre que Bonadío es claramente funcional al poder. Le es útil.

Desde hace rato ya, sus sentencias son complacientes con la izquierda, con la que sabemos simpatizan abiertamente algunos, en lo más alto del poder.

Fue él quien -precisamente- negó la extradición de un conocido terrorista de la ETA, requerido por España. Argumentando, sin pudor alguno, que el terrorismo no es un crimen de lesa humanidad. Fue también él quien negó la extradición del terrorista chileno que había sido requerido recientemente por las autoridades trasandinas. Pese a que era buscado nada menos que por el asesinato de un senador chileno y por el secuestro del hijo del dueño de El Mercurio. Otra vez, en apariencia complaciente, Bonadío la negó.

La notoria “utilidad” del juez Bonadío puede ahora, quizás, salvarle el cargo.

Pero de esta manera la Argentina estaría clara -aunque indirectamente- ayudando a Irán y haciendo el caldo gordo al terrorismo internacional. Lo que debiera darnos mucha vergüenza. Si es que nos queda alguna.

Para la comunidad judía en particular, y para todos en general, esto sería una nueva y grosera afrenta más. Que no debiéramos estar dispuestos a aceptar en silencio.

Para los argentinos todos, aparecería una nueva presunción que sugiere que Bonadío es, quizás, un juez “protegido” por el poder. Por razones poco transparentes.

Feo, como pocas cosas. Pero da que pensar. © www.economiaparatodos.com.ar




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