Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

viernes 3 de agosto de 2012

El nuevo Mercosur: El poder a cualquier costa

"Cristina lo dejó claro, bautizó al Mercosur, con Venezuela como socio, como el "nuevo polo de poder". Claro que del poder para ellos, porque a los ciudadanos comunes les imponen políticas cada vez represivas, como impedirles la compra de moneda extranjera.¿Cómo se explica que políticos como Cristina y Chávez hablen de “unión” mientras cierran sus fronteras, con aduanas cada vez más restrictivas, coartando el natural entremezclamiento entre pueblos y personas? Algunos dirán que sus discursos son pura demagogia. Pero lo que ahora me ocupa es por qué crean bloques para “unirse”, como el Mercosur, a la vez que impiden las naturales relaciones internacionales. Es simple: la intención real no es unir a las personas, a los pueblos, sino unirse ellos, los dirigentes. En el mejor de los casos, diríamos que se sienten mesiánicos, “salvadores” de los pueblos, imponiéndose sobre ellos.

Cristina lo dejó claro, bautizó al Mercosur, con Venezuela como socio, como el “nuevo polo de poder”. Claro que del poder para ellos, porque a los ciudadanos comunes les imponen políticas cada vez represivas, como impedirles la compra de moneda extranjera. Y no va a ser poco poder: es uno de los bloques más grandes del mundo, con 300 millones de habitantes y un PIB anual que supera los US$ 3.000 millones.

La Presidenta habló en el encuentro que compartió con sus pares de Brasil, Dilma Rousseff; de Uruguay, José Mujica; y de Venezuela, Hugo Chávez; en Brasilia, quienes habían decidido en junio suspender a Paraguay debido a la destitución del mandatario Fernando Lugo, sin que se consultara a los ciudadanos acerca de esta suspensión que les vino muy bien ya que el ingreso de Venezuela estaba pendiente desde 2006 debido a la falta de aprobación por parte del Congreso paraguayo.

Con la incorporación de Caracas al bloque regional, la Presidenta pidió seguir dando “una gran batalla cultural”, es decir, un gran lavado de cerebro porque las personas naturalmente no aceptan lo que ella intenta imponer coactivamente, precisamente porque va contra la naturaleza. En consecuencia, necesita una campaña propagandística feroz, al estilo Goebbels, y por eso además de abusar de la cadena nacional de radio y televisión, intenta doblegar a los medios opositores.

Luego, Cristina embistió contra los “países desarrollados” al atribuirles la responsabilidad sobre “la inseguridad financiera”. Lo dice la jefa de un Estado que produjo una de las mayores cesaciones de pago de la historia global. Y se quejó, y ahora sí con razón, porque ronda “la idea de poner un precio tope a nuestros commodities”.

Aunque poco le importan los precios “de referencia”, ya que ella los impone internamente, lo que le preocupa es que le ponen un tope a sus ingresos porque ella coactivamente “recauda” cifras astronómicas con las exportaciones de los productores argentinos.

“Les decimos que se queden tranquilos… Cada vez vamos a producir más y mejor alimento”, afirmó la titular de un gobierno que agredió tanto al sector rural que, solo en lo que va de este año, la venta de maquinaria agrícola cayó casi 50% como consecuencia de la caída en la producción del campo. Y reclamó que “terminen con el doble discurso”, dejando claro que los psiquiatras no están de más en este mundo.

En fin, Chávez aseguró que, con el ingreso de su país, se abre “un nuevo período de aceleración de la historia que estamos construyendo”. Sin dudas, la construcción de su propio poder personal que se impone usando el monopolio estatal de la violencia por sobre las personas.

Fuente: El Heraldo
Autor: Alejandro Tagliavini