El Papa Juan Pablo II brinda públicamente su apoyo al sindicato polaco Solidaridad
El 2 de enero de 1982 Juan Pablo II se jugaba por su patria
El papa Juan Pablo II brindó ayer por primera vez públicamente su apoyo a Solidaridad. Durante el primer encuentro del año en la plaza de San Pedro, ante miles de peregrinos de todo el mundo, habló prácticamente sólo de Polonia e hizo un vibrante elogio del sindicato independiente polaco, ahora en la clandestinidad.
«Solidarnosc», dijo el Papa, al ver en la plaza carteles con el nombre del sindicato, «es la expresión de un gran esfuerzo que los hombres del trabajo han realizado en mi patria para asegurar la verdadera dignidad del trabajador». Solidaridad, añadió, pertenece hoy «al patrimonio, de los trabajadores de Polonia y de todo el mundo», y es una parte «del bien común, de la justicia y de la paz».
En la plaza de San Pedro, bañada por la primera lluvia del año, ondeaban cientos de banderas polacas y numerosas pancartas que llevaban escrito en rojo la palabra polaca Solidaridad. Haciendo alusión a estas últimas pancartas, Juan Pablo II, después de agradecer las muestras de afecto hacia Polonia de los peregrinos, afirmó: «Solidaridad es una realidad ‘muy conocida y bien acogida en todo el mundo».
A renglón seguido, el Pontífice recordó «el derecho de todos los trabajadores de crear sindicatos autónomos», cuyo papel consiste, según el Papa, «precisamente en defender los derechos sociales, familiares e individuales».
En un italiano improvisado, Juan Pablo II afirmó, mientras lo saludaba la gente agitando en el aire las banderas y aplaudiendo con calor: «He hablado de mi patria en italiano porque veo que muchas de estas pancartas de solidaridad con Polonia están en manos de italianos, porque mis compatriotas ya dificilmente pueden venir a Roma y, sin embargo, desearía encontrarles aquí, en esta tierra y en esta patria».
Al comentar las palabras de la liturgia del día de ayer: «el Señor te conceda paz», el Papa afirmó: «Pronuncio esta palabra de bendición de modo muy particular, con el pensamiento puesto en mi patria, en la nación de la que soy hijo», y como orando añadió: «Que el Señor te ahorre la violencia del estado de guerra y de asedio y que te conceda la paz».
Juan Pablo II agregó que el problema de Polonia «es un problema importante para la historia del hombre y no sólo para la historia de un país». Y otra vez, como en una oración, afirmó: «¡Que no se pierda en mi patria la herencia de libertad y de paz que es obra de generaciones enteras! ¡Que no se pierda la herencia de estos dificiles meses y años!».
Todos los comentaristas afirmaban ayer que esta insistencia del Papa en los últimos días en condenar el estado de guerra en Polonia y la defensa de Solidaridad es la demostración de que de nuevo las negociaciones del Vaticano con el Gobierno polaco parecen estar estancadas.
Fuente: http://elpais.com/