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martes 16 de julio de 2013

El próximo gran tratado de libre comercio

El próximo gran tratado de libre comercio

Como región de libre comercio, la Alianza del Pacífico será formidable. Su población —casi 210 millones de habitantes— representa 36% de Latinoamérica y es más grande que la de Brasil. En 2012, las cuatro economías combinadas fueron responsables de 36% del Producto Interno Bruto de la región

La Alianza del Pacífico ya desgravó el 92% de su comercio». Las negociaciones en torno al 8% restante están relacionadas con el ritmo al que se eliminarán las tarifas, no si se levantarán. Para cerrar la cumbre, la ministra colombiana de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, afirmó: «Hemos avanzado tan rápido que los derroteros están casi todos cumplidos».
Después de una década de chavismo, estos cuatro países son lo que queda de la democracia liberal en América Latina. El denominador común que explica su supervivencia es la apertura.
Cada uno de los miembros ya tiene un tratado de libre comercio con los demás y también con EE.UU. Perú comenzó a abrir sus mercados durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000). Con casi 20 años bajo el TLCAN y una década de lidiar con productores chinos, las empresas mexicanas se han acostumbrado a la competencia extranjera y están hambrientas de nuevos mercados. Chile ha estado abriendo sus mercados de forma unilateral desde hace décadas y los productores del país son de primer nivel mundial. Colombia, tal vez el menos abierto del grupo, es liderado por un presidente pro-mercado, Juan Manuel Santos.
Como región de libre comercio, la Alianza del Pacífico será formidable. Su población —casi 210 millones de habitantes— representa 36% de Latinoamérica y es más grande que la de Brasil. En 2012, las cuatro economías combinadas fueron responsables de 36% del Producto Interno Bruto de la región y cerca de la mitad de sus exportaciones e importaciones. Asimismo, la Alianza sería la octava mayor economía del mundo y el séptimo exportador, según la Secretaría de Economía de México.
La alianza también liberalizará la competencia en servicios y proveerá un marco de seguridad y estabilidad regulatoria para los inversionistas extranjeros. La «acumulación de normas de origen» permitirá a los productores agregar valor a importaciones de un país miembro y exportarlas a otro. Los países miembros ya no requerirán visas para los turistas y los viajeros de negocios. México afirma que ya ha eliminado requisitos de visas para turistas peruanos y colombianos, y ha registrado un aumento de 63% en las visitas de personas de esos países entre diciembre y mayo.
La alianza no será un nirvana comercial. No todos los sectores estarán abiertos a la inversión foránea, ya que las leyes nacionales que prohíben la propiedad extranjera, por ejemplo, en los sectores de energía y telecomunicaciones, obstaculizarán el tratado. Poderosos intereses especiales pueden demorar —aunque no bloquear— las reducciones de aranceles sobre algunos bienes.
De todos modos, no hay dudas de que tanto el texto como el espíritu del acuerdo son extraordinariamente ambiciosos. Costa Rica ha iniciado el proceso para unirse y se espera que Panamá le siga los pasos en un futuro cercano.
Otros catorce países, incluyendo siete de América Latina, EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Japón, se han incorporado como «observadores», una designación que indica interés. Se dice que Canadá ya se habría unido si no fuera por el requisito de eliminar las visas de turista y de negocios. Ese problema se podría resolver con una excepción que permitiría el ingreso con una visa estadounidense.
Dentro de Latinoamérica, una Alianza del Pacífico exitosa probablemente cree un fuerte contrapeso al retrógrado proteccionismo y estatismo de Brasil, Venezuela, Argentina y Bolivia. Y habrá nacido con la original idea de que deberían postularse sólo aquellos países interesados en el libre comercio.Publicado en The Wall Street Journal