Las revelaciones surgidas en el caso del ingreso de 800 mil dólares en forma ilegal por parte de Guido Antonini Wilson en Agosto pasado, en un vuelo rentado por la empresa ENARSA, y en donde viajaban funcionarios argentinos y venezolanos, pueden afectar gravemente al gobierno argentino, relacionándolo fatalmente con la corrupción.

El hecho de que el dinero pueda tener como destino la financiación de la campaña política de Cristina Fernández de Kirchner, posicionaría al caso en niveles similares al escándalo de Watergate, que hizo caer al entonces Presidente de los EE.UU., Richard Nixon, en 1974.

Observando a priori la forma en que se desarrolló el acontecimiento, surgen paralelos con lo ocurrido en los Estados Unidos. Una primera coincidencia es que el hecho desencadenante del futuro caso, fue un evento ocurrido en plena campaña electoral.

En Watergate, unos individuos fueron descubiertos instalando micrófonos y cámaras ocultas en la sede del comité electoral del Partido Demócrata, en Junio de 1972 (año de elecciones), ubicada en el Hotel con dicho nombre. Luego se supo que los hombres pertenecían a la CIA, y uno de ellos tenía el cargo de Director de Seguridad para el Comité de Reelección de Nixon.

En el caso de Antonini, este fue detenido por personal de la Aduana en Agosto pasado (plena campaña), luego de viajar desde Venezuela con funcionarios oficiales venezolanos ligados a la empresa PDVSA y junto con Claudio Uberti, por entonces Director del Órgano de Control de Concesiones Viales, y hombre de confianza del Ministro de Planificación Julio De Vido. En los dos casos entonces ya se ven involucrados hombres cercanos al máximo nivel del poder.

Ambos hechos tuvieron relevancia en los sucesivos días, pero luego fueron perdiendo importancia hasta que la circunstancia pasó a mayores. La posterior investigación de los hechos comenzó a publicar datos más comprometedores con los gobiernos luego de celebradas las elecciones, en donde ambas administraciones fueron reelectas por amplio margen.

¿Qué ocurrió luego con Watergate? Las investigaciones empezaron a comprobar no solo que el propio Nixon sabía de la operación y conocía a los hombres que la realizaron, sino que salió a la luz un sistema global de espionaje gubernamental orquestado desde la misma Casa Blanca, que involucraba a miembros del gabinete presidencial, y por ende, a la figura de Nixon en sí.

Watergate fue solo una expresión de muchos sucesos de corrupción y abuso de poder que contaban con el conocimiento y amparo del Presidente. El final de la historia es ya conocido, con Nixon renunciando un año y medio después de asumir su segundo mandato, frente a la posibilidad de ser sometido a juicio político.

¿Qué ocurrirá con el caso de la valija y Antonini? Como primera información se tienen indicios de que el dinero estaba destinado a financiar la campaña política de Cristina Kirchner. Si esto llegase a comprobarse, sería un duro golpe al gobierno y la Presidente debería dar sus respectivas explicaciones.

Pero también podría ser que el caso nos revele como el gobierno es eje de un sistema de corrupción general que tiene al destino de los fondos públicos como parte fundamental de lo que se denomina la “matriz de corrupción”. El caso Skanska y diversas denuncias que pesan sobre funcionarios del gobierno podrían revelar como el uso discrecional y sin control de miles de millones de dólares, gozan del amparo a los máximos niveles de gobierno, actuando con abuso de poder e impunidad.

Un ejemplo de ello sería la compra de voluntades políticas de los Intendentes con costosas obras públicas, o la financiación encubierta de organizaciones sociales identificadas con el kirchnerismo (tal como se indicó en su momento era el destino original de los dólares de la valija).

¿Cuáles serían las consecuencias de todo ello? En un país como la Argentina, difícil de saber, ya que la justicia siempre depende del poder político y las acusaciones siempre terminan archivadas.

Igualmente, una de las posibilidades es que el caso comprometa de lleno al gobierno, llevándolo a una pérdida de reconocimiento y legitimidad que debiliten su actual poder político. Las similitudes con Watergate y sus consecuencias podrían profundizar el fenómeno.

El escenario futuro aún es difícil de descifrar, frente a un kirchnerismo que siempre ha encontrado la forma de salir bien plantado de muchos escándalos sucedidos en los últimos tiempos (Indec, Skanska, Miceli). Éste caso parece ser clave, ya que de seguir por los caminos actuales, pondría al gobierno frente a su desafío político más importante. © www.economiaparatodos.com.ar