(Artículo publicado en Yahoo! España Finanzas) – Si la democracia se inventó en la Antigua Grecia, hay un país que en la actualidad se está convirtiendo en una especie de paraíso de esta forma de gobierno. Hablamos de Islandia.

Porque el país famoso por sus cientos de volcanes está eligiendo su constitución a través de Internet. El consejo de 25 personas encargadas de redactar la nueva constitución está aceptando sugerencias a través de Facebook, You Tube o Flickr.

Islandia, cuya población es de 330.000 personas, es uno de los países con más ordenadores por habitante, y más de dos tercios de sus ciudadanos tiene un perfil en Facebook. Así que no es de extrañar que las reuniones semanales del consejo constitucional se retransmitan en directo a través de Facebook y se admitan sugerencias.

Una mezcla de peticiones absurdas y sensatas

Las hay de lo más estúpido como por ejemplo una que pide "menos volcanes" y otras bastante interesantes, como exigir un mejor trato a los animales o proteger el medio ambiente islandés, para considerar la sostenibilidad como un derecho constitucional.

La constitución islandesa que está vigente en la actualidad data de 1944, cuando la isla se independizó de Dinamarca. Los políticos de la época debían ser un poco vagos, y ha que copiaron por completo la constitución danesa, y tan solo se limitaron a cambiar la palabra "rey" (muy presente en la danesa) por la de "presidente", ya que en Islandia no existe monarquía.

Ejemplo de democracia 2.0

Después de que hace dos años su economía rozará la bancarrota, en la actualidad están abandonando los revueltos mares de la crisis económica y navegan hacia la estabilidad en asuntos monetarios. Las principales medidas que se tomaron para poder encontrar la estabilidad se sometieron a votación popular (lo nunca visto) y funcionaron. Los banqueros y ejecutivos que actuaron de forma irresponsable y que casi hundieron al país, están o en busca y captura, o directamente, en espera de juicio.

Con esta medida, Islandia sigue a la vanguardia de la democracia. A lo mejor, en las próximas elecciones generales sus habitantes votan por Twitter. Quién sabe.