La desinflada administración del premier español José Luis Rodríguez Zapatero está perdiendo rápidamente popularidad. Para tratar de recuperarla, el socialismo, entre otras cosas, acaba de anunciar una reforma tributaria cuyo objetivo central, en línea con lo que está ocurriendo particularmente en el Este de Europa, es la de disminuir la presión fiscal.

El ministro de Economía, Pedro Solbes, acaba de anunciar las líneas centrales de la reforma que ha sido diseñada por el socialismo, que permitirá reducir en 4 millones de euros la carga tributaria de los contribuyentes españoles.

En la actualidad, cualquier español con ingresos de más de 3.400 euros por año debe tributar impuesto a las ganancias. Casi nadie, entonces, está exento. La reforma propuesta eleva ese mínimo a 9.000 euros anuales, lo que permitirá a unos 20 millones de españoles pagar menos impuestos.

La reducción de la presión fiscal española promedio será del 6%, pero como se aumentará el mínimo no imponible, habrá un 60% del total de contribuyentes ibéricos que tributará un 17% menos.

La presión fiscal sobre las empresas, que hoy es del 35% de la utilidad neta, disminuirá al 30%. Las pequeñas y medianas empresas, por su parte, que hoy tributan el 30% sobre sus ingresos netos, pasarán a tributar tan sólo el 25%.

Hasta las alícuotas para los ingresos más altos han sufrido también reducciones. La alícuota máxima, que hoy es del 45%, disminuirá al 43% y se beneficiará también por el aumento del monto no imponible.

A su vez, la alícuota mínima, que es del 15%, se elevará al 24% de los ingresos. Esto último pese a que en el programa electoral el socialismo había prometido no aumentar la presión tributaria. Algunos no estarán demasiado contentos.

Para la oposición, esta reforma es tardía e insuficiente. La ausencia de Rodrigo Rato, el verdadero artífice del “milagro económico español”, hoy prestando servicios en el Fondo Monetario Internacional, se hace sentir.

España empieza a cansarse de visiones y propuestas que no son “ni chicha ni limonada”, a las que pomposamente se denomina “democracia social” o “liberalismo de izquierda”, en expresiones que, en lugar de aclarar, confunden. © www.economiaparatodos.com.ar