Goodbye Cristina…goodbye??
“La Historia es el relato del progreso de la libertad humana” (Lord Acton)
Falta menos de un año para que el voto de los argentinos disponga un nuevo gobierno del cual dependerá la suerte de millones de personas.
A quién votar es la pregunta que se debiera responder con responsabilidad ciudadana. Los elegidos son los que decidirán si cambian el rumbo de ideas poco liberales, confusas e inconsistentes del actual gobierno. También serán los que resuelvan si gobernarán respetando la Constitución y la democracia.
En Argentina, como en otros países latinoamericanos, la Justicia padece de graves limitaciones porque ha estado sujeta a decisiones arbitrarias de presidentes con apoyo popular. Esto ha gravitado sobre el sistema capitalista que pretende afirmar sobre suelo firme la propiedad privada, sin la cual se coarta la acción empresaria y con ello la producción y la productividad imprescindibles para el desarrollo económico.
Argentina necesita imperiosamente atraer inversiones, que no se trabe el motor de la economía y, también de la movilidad social a la que aspiran los sectores más necesitados de la sociedad.
Si se ha aprendido de los errores la política exterior debiera cambiar radicalmente orientándose a la amistad y cooperación con los países democráticos del Mundo, tal como lo hacen los países que progresan política, cultural y económicamente. Si se persigue la opción contraria, la cual reina en nuestro país, nos seguiremos atrasando no solamente en tecnología sino también en educación y calidad de trabajo.
Volver las cosas a su lugar es disminuir los controles del Estado sobre la sociedad civil con políticas que provoquen la creación de múltiples poderes externos al estado que viven y se desarrollan en ella.
En resumen: Deberíamos votar por el cambio que deje en el camino las ideas nacionalistas, fascistas y socialistas, contenidas en el populismo, repetidas aún por muchos periodistas, profesores, políticos e intelectuales.
Valorizar la democracia liberal, permite vincular las necesidades y conflictos de la gente con el Estado y la Justicia. Con ello se puede normalizar las elecciones, permitiendo a su vez la expansión y fortalecimiento de los custodios del sistema de libertad que promueve la Ley Fundamental: los partidos, la opinión pública y el sector privado..
El cambio está en proveernos de políticos de fuste que se afanen en tomar el pulso a la sociedad, reconociendo los problemas para tratar de solucionarlos, dentro de un orden constituido por normas que se basen en valores que respeten los derechos individuales, sin olvidar que la división de poderes nació para proteger a los ciudadanos del poder absolutista.
Desde el poder, se debiera educar para que los argentinos aprendamos a comprender y gozar la libertad. Este es el camino.
Elena Valero Narváez
Vicepresidente 1ª UCEDE (CABA)
(Periodista, historiadora y analista política)
evaleronarvaez@hotmail.com