Hacia el 2015…pero sin muletas…
Decíamos en el mes de abril que el mercado electoral está compuesto por cinco sectores de un 20% cada uno, porcentaje tomado como una pauta muy general…
El peronismo en sus diversas formas configuraría un 60% y el 40% restante estaría representado por el PRO y UNEN.
Las diversas formas del peronismo la constituirían el Kirchnerismo, el frente Renovador de Sergio Massa y el peronismo residual que confluiría en Scioli.
En líneas generales así estarían definidas dos grandes líneas el peronismo, incluyendo al Kirchnerismo y el no peronismo y lo que llamaría antikirchnerismo por el otro.
Sin embargo si vamos a los hechos vemos que predominan en el escenario actual nombres que disputan por un lado el voto peronista de modo exclusivo, serian los casos de Scioli, Masa y quizás Jose Manuel de la Sota en una primera línea, Urtubey, Uribarri agazapados intentando capturar mas bien la herencia Kristinista.
Otros nombres están alineados (o quizás alienados) en ese conglomerado llamado UNEN y allí podríamos mencionar a Hermes Biner, Julio Cobos, Ernesto Sanz, ¿Lilita Carrió?, como personas que disputarían la candidatura, pero con diferentes concepciones.
Sin embargo creo que todos ellos tienen plena conciencia que solo con UNEN no se gana una elección como la tiene el mismo Mauricio Macri con su PRO a cuestas.
UNEN y PRO, según nuestra opinión capturaría el voto “no peronista” y “anti o no Kirchnerista”, pero con ello no alcanza.
La tarea esencial que deben realizar de aquí en más lo que llamaría fuerzas de oposición: UNEN y PRO es configurar un programa y sobre todo con definiciones claras sobre el gasto público, las empresas estatizadas por los “K”, las reglas básicas que regirán para el funcionamiento de la economía y las prioridades que deberá tener en cuenta el próximo gobierno y especialmente una ratificación expresa por el respeto a la institucionalidad, lo que implica pleno respeto a la idoneidad como condición para acceder a un puesto público.
Como diría el nuevo Víctor Hugo Morales, siempre en la vida hay que tragarse sapos, lo que debemos evitar es que nos indigesten…
En la situación que está el país ya no alcanza con la constitución de una alianza o coalición solamente “anti”, ya que también esta eventual coalición necesitará del voto “peronista”.
Una vez acordado ese programa mínimo deberá ser propuesto a la ciudadanía y cada precandidato deberá explicar cómo lo aplicaría y con qué gente y finalmente en las PASO deberían surgir los candidatos definitivos.
Personalmente pienso que UNEN, el PRO y el FRENTE RENOVADOR, dejando personalismos de lado, deberían ser los artífices de esta verdadera coalición que fatalmente, lo reitero, necesitará la “pata peronista”.
La configuración de una coalición exige dejar de lado prejuicios, que son una muestra de debilidad y diría de incultura, tales como decir que mi límite es fulano o mengano. Los límites son otros, por ejemplo y en una línea muy general: definir las bases de un programa de acción común en el que unos deberán actuar como ejecutores y otros como custodios de su cumplimiento.
No debemos dejar de tener en cuenta el crecimiento de las fuerzas de extrema izquierda que recoge alegremente los desencuentros y egoísmos de los que deberían ser, por ahora en el orden de los principios, ni más ni menos que las fuerzas del sentido común de “todas y todos”.
En mi opinión esas fuerzas de extrema izquierda que solo tiene capacidad para promover el desorden social y la obtención de metas carentes de sentido, deben brillar como la luz amarilla de un semáforo, para todos los que creemos que si empezamos a trabajar con idoneidad, decencia y paciencia las próximas generaciones podrán tener un país con dignidad y merecedor del respeto ajeno.
La coalición o alianza o como se llame no debe ser una muleta, debe ser un medio para promover el bien común y su objetivo debe ir mucho más allá de ganar una elección…Recordemos que las muletas son auxilios para los que tienen dificultades para caminar…y por suerte los argentinos podemos caminar, solo nos faltan que nos guíen con afán a la esforzada tarea de construir un país y para ello hace falta una dirigencia ejemplar.
Los políticos ¿lo sabrán hacer…?
Esas son mis grandes dudas…
Veremos si nuestra sociedad será capaz de gestar buenas dirigencias…