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jueves 19 de agosto de 2004

Importante aumento en los índices de popularidad de “Lula”

El presidente brasileño volvió a subir en las encuestas, tanto en las que miden su índice personal de aprobación como en las que evalúan su gestión de gobierno. Evidentemente, resignar el facilismo de los discursos de barricada y las medidas demagógicas está –lentamente– empezando a darle sus frutos.

Después de haber sufrido por espacio de largos meses, los índices de popularidad del Presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva están subiendo notoriamente. Al compás de una economía que está mejorando y de una política exterior realmente de excelente nivel, para su país.

Su índice personal de aprobación, que alguna vez estuviera en el 76%, subió del 54% de junio pasado, al 58% actual. En cambio, el de su gobierno –que siempre fue bastante menor– subió ahora mucho más dramáticamente. Del bajísimo 29% de junio pasado, a un realmente más saludable 38% actual.

Para aplaudir ciertamente. Porque esto es fruto y reflejo de no haber elegido los caminos –fáciles– de la retórica y de la patología, que muchas veces generan resultados atractivos de corto plazo, pero serios dolores de cabeza en el mediano plazo. Pero, además, porque reflejan satisfacción popular con los esfuerzos realizados en dos áreas que son absolutamente cruciales para el bienestar, mediato e inmediato, de la gente: la educación y la salud, que han merecido la atención preferencial del gobierno de “Lula”.

Esta mejoría es particularmente bienvenida, porque el próximo mes de octubre es un mes de elecciones locales que –según algunos– tendrán el carácter de “referéndum”, lo que francamente nos parece una exageración.

Pero también porque permitirán a “Lula” seguir apuntando a concretar las reformas estructurales que el Brasil necesita, algunas de las cuales han tenido que ser demoradas, cuando no desaceleradas, por razones de naturaleza política.

Mientras tanto, el Wall Street Journal acaba de publicar los índices anuales de mejoras en el consumo personal de los individuos y familias (el valor de lo consumido por ellas) en los distintos países de la región. Un índice importante, cuando de medir el bienestar real de la gente se trata.

La Argentina encabeza la mejoría, con un cambio positivo del 11,7%. Esto es naturalmente explicable como normal a la salida de una crisis que derivó en un importante ajuste cambiario, aunque proyecta una nueva mejoría, para este año, de sólo el 5,5%.

Los países más estables y maduros de la región reflejan cifras que son también positivas. México mejoró su índice en un 3,7% y, para este año, proyecta una mejoría adicional del 4,6%. Chile, por su parte, también mejoró su consumo en un 3,7%, y proyecta otra mejoría, aún mayor, para este año, del 3,9%. Venezuela, en cambio, pese a los altísimos precios del petróleo con los que se benefició, vio caer su consumo de un año a otro, en un 4,4%. Lo que presumiblemente volverá a repetirse este año. Sin comentarios.
© www.economiaparatodos.com.ar



Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante las Naciones Unidas.




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