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lunes 29 de noviembre de 2010

Incongruencias, nada más…

¿Quién establece las prioridades en la Argentina? ¿Para qué se gastan cientos de pesos o más en encuestas y sondeos tratando de averiguar cuáles son las demandas perentorias de la sociedad?

Simultáneamente al anuncio que establece la implementación de un servicio Wi-Fi en 26 plazas de la ciudad para que la gente pueda acceder a Internet libremente, se decide enrejar un barrio en Villa Lugano para intentar frenar la usurpación, el vandalismo y la inseguridad. Ante tamaña incongruencia podría decirse que se da un paso hacia la libertad, retrocediendo dos o más hacia la barbarie y la imbecilidad.

¿Quién establece las prioridades en la Argentina? ¿Para qué se gastan cientos de pesos o más en encuestas y sondeos tratando de averiguar cuáles son las demandas perentorias de la sociedad?

Más paradójico aún resulta escuchar que uno de los primeros espacios verdes que contará con el servicio inalámbrico gratuito de acceso a la web será la Plaza Houssay, frente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Lindo escenario, a no ser por ciertas peculiaridades que se suceden allí.

Hace un par de semanas, ese sitio fue protagonista de una investigación periodística debido a los incesantes actos de vandalismo, arrebatos y robos de todo tipo.

Quién será el valiente que se atreva a frecuentarlo con una notebook, por ejemplo, es un dato aparentemente insignificante para las autoridades, pero podríamos decir, que únicamente lo hará algún kamikaze o desprevenido habitante de aquellos que prefieren evadirse de la realidad y se topan con ella con brutalidad.

Mayor asombro, a su vez, debería provocar que este tipo de avance tecnológico se justifique aduciendo que se busca equiparar a Buenos Aires con las principales ciudades europeas donde dicha prestación es habitual. Y es que lindante a la mencionada plaza elegida para comenzar la “era Wi-Fi” se encuentra el Hospital de Clínicas, cuyo estado nos devuelve raudamente a la realidad: la más vergonzante desidia y decadencia nacional.

Basta dar una vuelta por el lugar para observar ancianos prácticamente inmovilizados, subiendo escaleras interminables porque los ascensores no funcionan, o asfixiarse en los baños equiparables con algunos otros municipales.

Asimismo, este nuevo servicio que quiere ofrecérsele a la sociedad, cuyo objetivo es loable sin cuestionar, se proclama cuando se han denunciado varios casos de violación en la mismísima casa de estudios que circunda el lugar.

La decisión del gobierno ante estas evidencias surge casi demencial. Podría decirse que es como arrojar migas de pan para atraer a pájaros previamente acusados por destruir el espacio.

Algo no cierra, a no ser que se establezca la conexión Wi-Fi como señuelo para capturar a los delincuentes que merodean a diario y que solo el periodismo parece captar.

Estas incongruencias pueden pasar desapercibidas a simple vista y hasta simular que se va hacia un país pujante. Sin embargo, se dan en múltiples aspectos de la cotidianeidad.

El caso más absurdo, quizás, radica en el último anuncio de la Presidenta haciendo beneficencia con un puñado de jubilados a quienes se les “regalará” 500 pesos para celebrar la Navidad.

Esta erogación, vendida en la oratoria oficial como gesta magna de un gobierno que cuida a la tercera edad, se contrapone con los millones de dólares que se lleva a diario el “Fútbol para todos” (para todos los fracasados, si se tiene en cuenta el nivel de la actividad, las presencias de barras bravas y las deudas que cosechan los clubes más populares cuya gloria quedó viciada por la impunidad).

En síntesis, plata para patear la pelota hay; no así para cumplir la ley que establece el 82% móvil de aumento para el total de jubilados y que se vetó, sin lágrimas ni estenografía televisiva, en el Ejecutivo nacional.

El colmo de las incongruencias también pudo percibirse tras el (segundo) anuncio por cadena nacional del pago al Club de París, sin pasar por el maléfico Fondo Monetario Internacional.

Hoy dicho organismo está presto a arribar… claro, si no pretende hacerlo vía Aerolíneas Argentinas, que desde su estatización se ha llevado 1.500 millones de dólares en subsidios para vivir de paro en paro y atada al conflicto sindical.

Éste es el país que habitamos. La política ha entrado en su faz vacacional, pues culminadas las sesiones en el Congreso poco cabe esperar, máxime si se tiene en cuenta que hasta allí se han propagado magnánimas incongruencias.

Se suponía que habiendo perdido la mayoría el oficialismo, el recinto seria fuente de debate y equidad… El rol de la oposición, sin embargo, fue tan funcional a las veleidades del kircherismo que es inútil siquiera detenerse a analizar.

Así pasan los días, y el año se termina. Que acaso el pan dulce y la sidra ahora cuesten un 80 ó 100% más es apenas otro detalle de la falsedad y el desatino a la hora de proclamar un gobierno nacional y popular, cuyo modelo se basa en la "distribución del ingreso" y la inclusión social…

En materia de incongruencias no hay competencia. Una enciclopedia quedaría chica para describirlas, y en el último mes del año, pocos o ninguno, soportaría saber más.

Los mails de Jaime o los tobas de Formosa parecen distraer lo suficiente, aunque escondan mucho, demasiado o, como se suele decir en política, “eso y más”. © www.economiaparatodos.com.ar

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