Juego de espías
Si bien los argentinos tenemos una “buena tradición” en el arte de bucear en las intimidades de la gente, sea para desprestigiar, descalificar o incluso para tronchar ambiciones políticas, como lo sufrieron últimamente en carne propia Enrique Olivera, lo que le impidió competir por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y Francisco de Narváez, que quizás paradójicamente se vio favorecido por una grosera denuncia, inventando hechos como fueron la existencia de un “inexistente cuenta bancaria” en el exterior en el primer caso o participación en el tráfico de drogas, en el segundo.
Hasta ahora esta manía por espiar se dirigía desde el gobierno hacia la gente, pero como suele ocurrir el “espionaje” se generaliza y ya nadie queda liberado, porque este espionaje se ha convertido en un negocio que en algún momento puede ser muy lucrativo con solo decir “mirá que estas grabado” y poco importa la legitimidad de las eventuales grabaciones. Cuantos funcionarios “k” recién ahora estarán advirtiendo que solo se es dueño de los propios silencios…
Lo cierto es que es difícil saber hasta donde hemos sido y somos espiados y esa incertidumbre debe ser uno de los hechos que mas podría mortificar a Kristina, que es no saber que saben los que espían.
La denuncia del fiscal Alberto Nisman, no puede ser ponderada legal o jurídicamente, por una sencilla razón solo se conocen algunos pasajes merced a versiones periodísticas, mas aun podría ser que muchas de las “escuchas” ofrecidas como prueba carezcan de valor probatorio, aunque revelen hechos reales, por ese motivo soy escéptico sobre la suerte judicial de la denuncia.
Sin embargo esa denuncia pone de manifiesto otros hechos. Uno que mencionó Roberto Garcia en su columna de los sábados en “PERFIL” tiene que ver con el uso que le da el gobierno al “dinero de los argentinos”.
Con parte de ese dinero se financia este juego de espías de todos contra todos, un juego sin reglamento, sin árbitros y por tanto sin control alguno que paradójicamente puso al descubierto una trama que llamaría siniestra de la política argentina, por parte de un gobierno que dijo que a su izquierda solo hay una pared.
En este caso kristina ha quedado atrapada y esclavizada por circunstancias que le fueron legadas en parte por él, y en parte por “ella” misma, como la “amistad” existente entre “él” con agentes de los servicios de información (o alcahuetería) (caso “jaime Stiusso”, con la designación de Milani como jefe del Ejército, con el famoso Plan o proyecto “x” de la época de Garre, descubierto por sus propias víctimas; por su propia ignorancia y suficiencia y así en vez de escribir la historia solo ha logrado ser protagonista de una vulgar historieta sobre el ridículo del que para su desgracia, es imposible regresar.
Carlos Marx en el “18 de Brumario de Luis Bonaparte” dice: “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su exilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”
Así Kristina ha llevado a nivel de farsa lo que fue y es la tragedia del espionaje interno o de este juego de espías que Dios sabe cuánto nos ha costado, a “…los argentinos…” y lo peor para diversión y mérito exclusivo de los propios espías.
Pero esta denuncia de Alberto Nisman, más allá de su valor legal, políticamente puede alterar y modificar el escenario político.
Si las grabaciones que según Nisman, incluyen a “ella”, llegaran a tener estado público se pondría en evidencia el nivel de hipocresía de un gobierno que negoció derechos sobre la vida de argentinos muertos en un atentado por un puñado de barriles de petróleo, para disimular los efectos de una política que nos llevó desde el autoabastecimiento a la dependencia de la importación de energía.
El memorándum de entendimiento con Irán, declarado inconstitucional por un Tribunal federal, quedó convertido en una farsa palabra que según la Real Academia tiene estas acepciones: Compañía de farsantes, obra dramática desarreglada, chabacana y grotesca, enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar. Esto último es lo que intentaría demostrar el fiscal Alberto Nisman.
El kirchnerismo logró convertir la tragedia de la AMIA en una farsa para vergüenza de “…todas y todos…”, gracias a estos juegos de espías de los que solo se sabe que la traición es un mérito y la verdad una antigüedad.
No cabe duda que la sociedad espera de los partidos políticos una clara definición sobre los servicios de “des-inteligencia” sobre la “SI” y esencialmente sobre los fondos reservados de los que se nutren los espías para sus juegos que nos salen más caros que “futbol para todos”.
Es interesante leer la propuesta que Miguel Bonasso le habría hecho a los “Kirchner” y que fuera rechazada con relación a los servicios de “informaciones” y que cuenta en algunos capítulos de su libro “Lo que no dije en recuerdo de la muerte”
Si lo del fiscal Nisman llegara a ser “pescado podrido” quedaría en evidencia que el sistema institucional argentino apenas es una bagatela.
En definitiva el juego de los espías tiene un riesgo y es que nunca se sabe, como en el póker, quien es el ganador…, lo cierto es que después de la denuncia de Nisman, alguien perdió…lo que no sabemos es si saltará la banca…
Lo cierto que hasta ahora los “k” solo atinaron a la descalificación y amenazaron con ir con los tapones de punta…para sacar a Nisman de este juego de espías…
La cuestión es que habrá en las grabaciones…cuya elocuencia podría ser impiadosa…