Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

jueves 11 de julio de 2013

La ONU y el orden criminal

La ONU y el orden criminal

Vivimos en un orden mundial criminal y caníbal, donde las pequeñas oligarquías del capital financiero deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no

Los izquierdistas han sido desde hace décadas los mayores defensores de la ONU y toda su burocracia internacional. No es, desde luego, porque defiendan la libertad y los derechos humanos. Sus mayores enemigos, como Cuba, han integrado e incluso presidido la Comisión de Derechos Humanos. Su objetivo fue siempre el desvanecimiento relativo de las responsabilidades del socialismo. No se trata de negarlas, eso no, porque no son estúpidos. Se trata de disolverlas en un mundo cruel donde los malos por antonomasia son los nazis, no los comunistas. El dictador realmente es Pinochet, no Fidel Castro. Las matanzas fueron culpa de los franquistas, no de sus adversarios. Y así siguiendo.

Como es obvio, la izquierda simplemente idolatra a la ONU. Puede que allí no obtenga siempre avales, pero muy rara vez se la pondrá radicalmente en cuestión. Y, como es obvio, las figuras de las burocracias internacionales son muy elogiadas en los medios de comunicación. Así sucede con el célebre Jean Ziegler, que es nada menos que vicepresidente del consejo consultivo de Derechos Humanos de la ONU, y que es capaz de soltar perlas como esta:

 

Vivimos en un orden mundial criminal y caníbal, donde las pequeñas oligarquías del capital financiero deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no. Por tanto, estos especuladores financieros deben ser juzgados y condenados, reeditando una especie de Tribunal de Núremberg.

 

A esta frase la acompañan las habituales consignas progresistas: los grandes demonios son el capitalismo, el mercado, el liberalismo; necesitamos más democracia; y nada de liberalismo, sino crecimiento.

El problema con este abanico de ficciones es, precisamente eso: no son verdad. Curiosamente, donde sí sucede lo que Ziegler describe es en el comunismo, que no se destaca en criticar. Allí sí que unas pequeñas oligarquías decidían quiénes morían de hambre, o a tiros. Y fueron millones las víctimas de ese sistema criminal y caníbal. En ese sistema se aplicaron las recetas que este prócer recomienda ahora: «Ocupar masivamente los bancos, nacionalizarlos y confiscar las arrogantes riquezas robadas por los especuladores financieros». Eso fue lo que hicieron, empezando por los rusos en 1917 y siguiendo por todos los demás.

Pero nada contra el socialismo va a decir este hombre, gran admirador del Che Guevara. ¿Juzgar a dictadores asesinos? Claro, pero sólo a los fascistas. Los juicios de estos defensores de los derechos humanos son sólo los de Nuremberg, sólo contra los nazis. Porque, como cualquiera sabe, ningún otro orden criminal quebrantó los derechos humanos en el mundo.