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jueves 3 de junio de 2004

La presión fiscal: ¿la prioridad la tiene el país o el fisco?

En la visión alberdiana, la riqueza del país era lo esencial y la del fisco lo accesorio. Importaba darle rango constitucional a este principio ya que “él solo constituye casi toda la revolución argentina contra España y su régimen colonial”.

“Hasta aquí el peor enemigo de la riqueza del país
ha sido la riqueza del Fisco.”

Juan Bautista Alberdi, Sistema Económico y Rentístico
de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853
,
Edición Escuela de Educación Económica, pág. 45.


La prioridad del país –o la Nación, como la llamaba– sobre el fisco se advierte al leer la Primera Parte de la Constitución Nacional, en donde al establecer derechos amplísimos para los habitantes, se veda al fisco del ejercicio de esos mismos derechos. Por ejemplo, en el artículo 14 el derecho a ejercer toda industria lícita es para “todos los habitantes” y no para “todos los habitantes y el Estado Nacional”.

El régimen español priorizaba al fisco y eso generaba una costumbre servil de resignación, que era al mismo tiempo la causa del atraso económico y de la carencia de libertades.

“Somos países de complexión fiscal, pueblos organizados para producir rentas reales. Simples tributarios o colonos por espacio de tres siglos somos hasta hoy la obra de ese antecedente que tiene mas poder que nuestras constituciones escritas”.

Pero la liberación de España ocurrida en 1816 no resolvía el problema: una cosa era la independencia de nuestro Estado Nacional respecto al español, pero otra la independencia del individuo frente al nuevo Estado Nacional. Mientras la Declaración de la Independencia de 1816 significaba lo primero, la Constitución de 1853 representaba lo segundo:

“Después de ser colonos de España lo hemos sido de nuestros gobiernos patrios, siempre Estados Fiscales, siempre máquinas serviles de rentas que jamás llegan, porque la miseria y el atraso nada pueden redituar.”

“El sistema económico de la Constitución argentina hiere a muerte a este principio de nuestro antiguo y moderno aniquilamiento colocando a la Nación primero que el Gobierno, la riqueza pública antes que la fiscal.”


La Argentina abandonó esta noción entre 1930 y 1946. Más que abandonar la visión, diríamos que venimos haciendo precisamente lo contrario, al punto de que hoy no tendremos al monarca español pero aquí hay un ejército de políticos y ñoquis que actúan como un ejército de ocupación colonial al cual hay que pagarle impuestos sin recibir servicios mínimos de seguridad.

Se impone volver a las fuentes y retomar el sentido de la sencillez y de las grandes verdades ya probadas que hicieron que la Argentina fuera una de las naciones más admiradas en todo el mundo. © www.economiaparatodos.com.ar




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