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miércoles 11 de septiembre de 2013

La toca, la pisa y la amassa

La toca, la pisa y la amassa

Toda la centroderecha, obnubilada…

Si los 6 puntos de diferencia que Sergio Massa le sacó a Martín Insaurralde, en las PASO conmovieron al gobierno, y comenzaron a preocupar al resto del espectro de centroderecha; los 14 que varias encuestadoras le asignan, por estos días, los desespera a todos.

CFK
Cristina Kirchner atravesó, en un par de semanas, las tres primeras fases del modelo de Kübler-Ross. Fue la negación, al salir a decir que habían ganado en el país. Fue la ira, cuando desde el discurso descalificó a los que no votaron a sus candidatos, llamando suplentes a los que le ganaron, y entró en fase de negociación, cuando comenzó a reconocer problemas que se le señalaban desde mucho tiempo atrás, como el mínimo no imponible, la inseguridad, y la inflación. También entró en una negociación forzada, cuando tuvo que acudir a Daniel Scioli, el cacheteado, para que le trate de salvar el gobierno, consiguiendo que en Provincia de Buenos Aires el kirchnerismo no bajara de un 22% de los votos. Hay que decir con claridad que, si en la PASO,  Scioli se mantenía prescindente, el país hoy probablemente tuviera otro presidente.
Cabe la chance de que, luego de Octubre, cuando su derrota ya sea objeto de estudio para las ciencias políticas (- cómo perder tanto capital político en tan poco tiempo -) , acceda a las últimas dos fases del modelo que casi nunca falla: La depresión, y la final aceptación.
Scioli
Daniel Scioli es ese piloto postergado al que le dieron un muletto para que se de el gusto de correr una carrera. Su aspiración era heredar un gobierno fuerte y popular, ante la imposibilidad de CFK para volver a presentarse, y ahora se encuentra corriendo desesperado para que no se le sigan yendo los votos con rumbo al Tigre, y termine heredando nada. O, acaso, deudas.
Scioli no consigue credibilidad cuando hace anuncios sobre seguridad, y reformula prácticas de gobierno. Hace seis años que gobierna la provincia de Buenos Aires y el territorio sigue siendo el mismo reino de inseguridad, narcotráfico y precariedad de siempre.
Es muy posible que Scioli se de el gusto de heredar al kirchnerismo. Pero será una herencia tan testimonial como su gobernación. Por ahora el único sillón que parece quedarle bien es el de la conducción del Pj, para reestructurarlo. Pero tiene un serio problema a ese respecto, y es que la fuerza peronista se está encolumnando detrás de Sergio Massa. Y tras Scioli tan solo van quedando los que no pueden escaparse fácilmente del FPV. Los que por cuestiones de complicidad o de temor al carpetazo, terminan siendo rehenes de la desgracia de CFK. Habrá que ver, a la hora de que el Pj se reconfigure de cara al 2015, cuantos y quienes son los que aparecen en la foto con Scioli, que será el símbolo del pasado.
Macri
El caso de Mauricio Macri era, de alguna forma, previsible. En la medida en que no pudiera hacer pie en la Provincia de Buenos Aires, y afianzar una fuerte pata peronista nacional, su destino de tercera fuerza estaba sellado. Porque aunque se traten de definir como desarrollistas, está claro que el PRO es un armado de centroderecha; y, con un Pj reunificado en torno a Massa, ese espacio queda copado y el PRO no tiene muchas chances de escaparse del ámbito de la Capital Federal. Una eventual alianza con el liberalismo tan solo le reportaría un puñado de votos.
Massa quiere ser presidente y eso lo obliga a expandirse al resto de los distritos; más temprano que tarde desembarcará en la Capital, para recoger al electorado de centroderecha, y al kirchnerista desencantado. En ese marco, Macri solamente tiene para perder. No ha formado un partido político democrático, no ha conseguido convertirse en referente a nivel nacional, no proyecta nuevos dirigentes y hace tiempo que muestra las mismas caras; y, para colmo de males, tiene a la centroizquierda de UNEN complicándole las cosas para Octubre.
Hoy, superadas las PASO, y de cara a las legislativas, no se advierte por dónde pueda Macri intentar algun tipo de crecimiento. Si UNEN puede hacer una buena elección, consiguiendo un interesante bloque propio en la legislatura porteña, los negocios de Macrismo y Kirchnerismo pueden verse seriamente afectados, y varios de sus referentes pueden terminar alineados, de cara a 2015, con Massa. Eso dejaría al PRO casi como una fuerza vecinal, y en peligro de extinción.
Narváez y demás deudos
Lo del colorado Narváez era sencillo de entender desde la noche misma de las PASO. La consolidación del voto opositor fluiría raudamente hacia Sergio Massa, y el magro porcentaje del colorado se vería sensiblemente reducido. De alguna forma le ocurre algo parecido a lo de Macri. Otro espacio de centroderecha que cae frente a la conformación de un polo de poder del mismo signo. Igual suerte corrieron Amadeo y Rodríguez Saa. Uno se bajó antes y el otro después. Ambos comprendieron que los votos reales se estaban contando en otra parte. Pero, a diferencia de Macri, todos ellos saben que tendrán un lugar en el Pj massista. La incipiente precandidatura del gallego De la Sota, por estos días, se ve reducida a un posible candidato de unidad, ante eventuales e imprevistos conflictos internos. Nada más.
Mientras tanto, en Tigre…..
Ni en su mejor escenario pensó Massa en una adhesión tan determinante, que inevitablemente le acelera los tiempos. Haber triunfado por 6 puntos sobre el candidato de Cristina ya era rimbombante, pero la expectativa de superar los 10 de diferencia y acercarse a 14, superando el 40% de los votos, en Octubre, lo hace depositario de muchas más responsabilidades de las esperadas.
Por ponerlo de otra forma. Massa obtuvo 3 millones de votos en Agosto; si para Octubre, se aproximara a los 4 millones, estaría obteniendo, solo en Provincia de Buenos Aires, la misma cantidad de votos que obtuvo Néstor Kirchner, a nivel país, para las presidenciales de 2003…
Esto debería ser un indicativo de la magnitud de lo que Massa está construyendo en Buenos Aires, y de lo que eso significa, no solo para Cristina Kirchner, sino para todos los demás referentes de la centroderecha del país.
Y también para el pseudo stablishment local; el Círculo Rojo o como usted lo quiera llamar.
Porque una cosa era ir por un maleable Menem, un necesitado Duhalde, o un débil Kirchner; eran mucho más sencillos de cooptar. Pero otra distinta es ir por Massa, que se gana la adhesión por su propia astucia, y los va obligando a encolumnarse, paulatinamente, para no quedarse afuera del futuro.
Tal como lo preveíamos en enero, cuando dijimos «Si Massa rompe, los rompe», Cristina Kirchner ha sido absolutamente obliterada por el tigrense. Y lo que se está apreciando hoy, entrado Septiembre, es que el resto de los aspirantes del conglomerado de centroderecha, también van siendo opacados, y van viendo cómo se ponen en riesgo sus proyectos presidenciales para 2015.
Siempre y cuando Cristina Kirchner encuentre la forma de seguir siendo presidente de este país hasta diciembre de 2015. Algo para lo cual, toda la oposición deberá ayudarla, y bastante.