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jueves 14 de julio de 2005

La verdad es que ya no engañamos a nadie

A pesar de los intentos del cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, no todo lo que se piensa, dice o escribe en los Estados Unidos respecto a nuestro país son halagos. Al contrario, las críticas se están haciendo sentir. Con fuerza.

Según relata la comunidad periodística en Nueva York, nuestro cónsul en esa ciudad, Héctor Timerman, curiosamente de profesión periodista y vinculado al fondo Dolphin, conducido por Marcelo Mindlin, se dedica -con poca suerte- a tratar de seducir o, en su caso, a procurar intimidar a sus colegas de esa ciudad que se ocupan de nuestra región.

Lo primero, si percibe que alguno tiene simpatía por la administración de Néstor Kirchner. Lo segundo, si, de repente, advierte en cambio que existe alguna actitud crítica respecto del “discurso único” que recitan monótonamente don Néstor y todos sus ad-láteres. Un discurso de corte totalitario que no admite jamás -según sabemos- ni disonancias, ni desacuerdos, ni disidencias. Ni matices, siquiera. El que no se “encolumna” detrás del patagónico y su “particular visión”, o está equivocado o -peor- está “en contra de nuestro país”. Así creen ellos, con muy poco apego a las libertades civiles, cuando sus efectos les molestan.

El segundo “objetivo profesional” del cónsul Timerman es el de “certificarnos” desde allí que todo lo que se escribe en los Estados Unidos sobre nosotros es siempre positivo. Un ininterrumpido mar de aplausos a nuestro talento. Al de Néstor, más bien, que es el único que importa.

Su misión es, entonces, que no haya críticas ni, mucho menos, discursos adversos. Y si los hay, que no se noten. “Todos nos aplauden”, nos afirma. “Nadie nos critica”, nos dice. Hasta el canciller Bielsa repite ese mensaje que, por cierto, no es verdad. Pero de éste recordamos su perfil poco veraz. Como cuando nos anunció que la Argentina había sido “reconocida” por la comunidad internacional con la presidencia del Consejo de Seguridad; o como cuando nos anunció un “maremoto” de inversiones chinas; o como cuando les dijo a los haitianos que la Argentina les compraría “preferencialmente” sus productos. Un aficionado al “guitarreo”, sin duda.

Una de las periodistas que, según nos dicen, estaría siendo acosada regularmente por Timerman es la excelente columnista de The Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady, quien desde hace muchos años cubre religiosamente, todos los viernes, lo que ocurre en América Latina.

Hasta no hace mucho, ella escribía relativamente poco sobre nuestro país. Pero desde que está siendo continuamente hostigada por Timerman ha puesto su atención particular sobre lo que hace la administración de Néstor Kirchner. Y, según se ha visto, parece conocernos bastante bien.

El martes 12 de julio pasado, La Nación y Ámbito Financiero reprodujeron simultáneamente su última nota, íntegramente. Ella es devastadora para Néstor Kirchner, quien deberá tratar de “fijar su vista” en su contenido, que contiene algunas verdades tremendas. Como la de la situación de impunidad de los terroristas “setentistas”.

El fracaso (no inesperado) de Timerman

Como usted podrá advertir, después de leer lo de la Sra. O’Grady, ella parece “darse cuenta” perfectamente de “lo que pasa” en la Argentina, realmente.

Timerman, en cambio, parece sólo un ineficaz “sapo de otro pozo” en Nueva York. Como podía esperarse de un “funcionario” cuyo principal “mérito” diplomático es su cercana amistad con nuestra “primera dama”, doña Cristina. Y su “peso” relativo, la mencionada cercanía (intimidad) con el financista Marcelo Midlin. © www.economiaparatodos.com.ar




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