El viernes 9 de junio, el Boletín Oficial de la República Argentina reprodujo el texto del decreto 722/2006, suscripto por el propio presidente de nuestro país, el visionario don Néstor Kirchner.
Lo hizo justo en el momento en que el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, acababa de acusar -sorpresivamente- a Kirchner, aparentemente con mucha razón, de estar conduciendo un profundo y solapado “giro en dirección al socialismo”. Hacia la izquierda, entonces.
Exactamente lo mismo ha dicho, desde las columnas del influyente diario financiero The Wall Street Journal (porque ésa es la imagen de nuestro país prevaleciente en el exterior) la experimentada columnista Mary Anastasia O’Grady, justo el día anterior a la publicación del decreto en cuestión. Todos empezamos a creer que es cierto, entonces. Nos guste, o no. Lavagna puede estar en lo cierto y tiene ciertamente más información que nosotros.
Ese reciente decreto dispone que nuestra cancillería emita dos pasajes, curiosamente ambos en clase ejecutiva, lo que es todo un inusual privilegio, a favor de doña Hebe María Pastor de Bonafini y de doña María de las Mercedes Colas de Meroño, para ir y venir hasta Quito, Ecuador, para asistir allí al lanzamiento de un sello postal. Notable.
Esto me recuerda de inmediato algo que leí no hace mucho. Lo expresado -amarga y duramente- por una de las más conocidas biógrafas extranjeras de las Madres de Plaza de Mayo, Patricia Owen Steiner, en el libro: “Hebe’s Story: The inspiring rise and dismaying evolution of the Mothers of Plaza de Mayo” (2003), cuando, al final del mismo, habiendo desgraciadamente descubierto tarde la verdad, dice: “A pesar de lo atractivo que la primera imagen de las Madres de Plaza de Mayo fuera, ella no merece ser perpetuada”. Porque, “luego de la visita que Hebe realizara a Cuba en mayo del 2000, su retórica devino mucho más combativa”. Tanto, que “el pañuelo blanco que para tantas personas alrededor del mundo simbolizara la protesta pacífica, se ha transformado, como la propia Hebe le dijera al Comandante Marcos: ‘no en un símbolo de pacifismo, sino en uno de revolución’”. Bien distinto. Pero es así.
Ahora sus líderes viajan por el mundo, en clase ejecutiva, pagadas por todos nosotros, regalo del presidente Kirchner. Uno más, que es una nueva muestra evidente del “giro a la izquierda” que algunos denuncian y que otros tratan de seguir disimulando. Lavagna, ya no.
Hablando de mujeres de blanco, recomiendo leer el libro reciente de Erika Lüters Gamboa, “Las damas de Blanco. Las mujeres de los prisioneros de la Primavera Negra de Cuba”, 2006, que acaba de editar la Fundación CADAL. La de las “damas de blanco” es ciertamente una lucha pacífica, la verdadera contracara de la de nuestras “madres”, en este caso contra la dictadura marxista de Cuba. © www.economiaparatodos.com.ar |