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martes 10 de septiembre de 2013

Los niveles de deuda crediticia de China evocan el inicio de la crisis en EE.UU.

Los niveles de deuda crediticia de China evocan el inicio de la crisis en EE.UU.

Los inversionistas han ganado miles de millones apostando contra las economías en que la deuda asciende y los precios de la vivienda se han disparado. Han tenido éxito en particular centrándose en los bancos que financian estas burbujas.

En este momento, su blanco es China. Algunos la comparan con Estados Unidos en 2007. Otros hacen referencia a Japón antes del colapso de su sector inmobiliario de 1989. Los optimistas reconocen los riesgos pero indican que el gobierno tiene el dinero y la experiencia para calmar los problemas.

Hasta hace poco, los pesimistas llevaban la delantera, poniendo presión a la baja en los precios de los bancos chinos hasta que se convirtieron en los más baratos de las economías importantes en base a la relación precio-valor contable, una medida de la forma en la que los inversionistas evalúan la calidad de los activos de un banco. Pero recientemente, la economía china y los mercados han recibido un impulso. Los bancos chinos, según el índice financiero Hang Seng H, han avanzado 17% desde el 3 de julio, a pesar de que advirtieron sobre un aumento de las deudas incobrables e indicaron que probablemente tendrán que recaudar capital.

Los críticos, que aún tienen vivos los recuerdos de la crisis de la vivienda de EE.UU., ven puntos en común. «Las similitudes con EE.UU. son el uso excesivo del sistema crediticio para remplazar mejores fuentes de crecimiento económico con un telón de fondo de un aumento de la desigualdad en los ingresos», apunta George Magnus, un asesor económico independiente del banco suizo, UBS AG, quien ha escrito extensamente sobre crisis financieras. «Todas estas son pistas de un país en una etapa relativamente avanzada de inestabilidad financiera».

Una diferencia clave: «En el caso de Occidente, la respuesta oficial fue de negación o ignorancia total», apunta Magnus. En China, en donde el gobierno central controla la economía y los líderes fueron testigos de la crisis estadounidense, Beijing «podrá responder de formas que nosotros [en Occidente] no fuimos capaces. Pero eso no significa que sea indoloro», señala.

El crédito de las empresas y hogares de China ha aumentado velozmente, desde un 120% del Producto Interno Bruto en 2008 a más de 170% en este momento, según datos del Banco de Pagos Internacionales, que no incluye deudas que asumieron las empresas financieras.

En EE.UU., el crédito aumentó de 143% en 2001 a 177% en 2008. Japón tuvo una racha similar en la década previa a 1989. Los economistas dicen que los aumentos rápidos de la deuda —más que los niveles absolutos de la misma— son determinantes de futuras crisis.

«No sé de ningún país que haya experimentado un aumento tan grande de deuda y que no haya terminado sufriendo algún tipo de crisis», indica Mark Williams, economista jefe de Asia en Capital Economics, una firma independiente de investigación. No cree que sea inminente en China, y la «crisis» podría más bien implicar años de un crecimiento lento, en lugar de un colapso financiero.

Un segmento clave que provoca preocupación son los bancos chinos. Al igual que en EE.UU., buena parte del crecimiento de sus préstamos en años recientes ha ocurrido fuera de sus libros contables. En el caso de China, los productos de gestión patrimonial, entre otros productos, han permitido a los bancos seguir otorgando créditos a pesar de los esfuerzos de los reguladores de reducir el crédito.

Buena parte del crecimiento de esta «banca en las sombras», está siendo monitoreado por los reguladores. «La banca en las sombras ha sido conocida y bendecida por algún tiempo», señala Jaspal Bindra, presidente ejecutivo para Asia del banco británico Standard Chartered, el cual se concentra en mercados emergentes. «Luego creo que decidieron que la gente lo ha llevado a un punto en que ha sido abusado».

En mayo, los representantes del supervisor principal de bancos, la Comisión Reguladora de la Banca de China, le dijo a Bindra que una porción importante del crédito que está siendo generado en la economía este año viene del sistema bancario en las sombras, a menudo organizado por los bancos pero que no aparece en sus balances generales. El temor es que si los préstamos a través de estos productos de gestión patrimonial se disparan, los reguladores e inversionistas esperarán que los bancos los asuman en sus balances, perjudicando así su capital.

En junio, el sistema bancario chino sufrió una contracción crediticia, orquestada por el banco central para controlar lo que percibía como un crecimiento de crédito fuera de control impulsado por la banca en las sombras. Aunque causó agitación, la escasez crediticia se calmó cuando el banco central dejó que el efectivo circulara de nuevo. Fue una señal también de que los reguladores están conscientes de los problemas en el sistema.

Otra diferencia: la burbuja de Estados Unidos se originó con las hipotecas de vivienda. El furor en las compras de viviendas en China ha sido principalmente financiado con efectivo. El aumento en la deuda ha sido para las urbanizadoras, empresas y gobiernos locales, algunos de los cuales tienen respaldo implícito del gobierno.

Lo que también le da seguridad a China a diferencia de otros mercados emergentes, como India y Brasil, es que es un país con ahorros netos. Por años, ha registrado superávits de cuenta corriente, lo que significa que sus propios ahorros son suficientes para financiar su ascenso en deuda. Por tanto, si sus deudas se disparan, tendría la capacidad de rescatarse a sí misma.

Fuente: online.wsj.com