En 1977, la situación económica en España era realmente explosiva. La solución llegó de la mano de acuerdos firmados por todas las fuerzas parlamentarias. Un ejemplo de unión de voluntades políticas en pos de una meta común.
La transición española hacia la democracia, luego de la muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975 y con ella del fin de la dictadura franquista, no estuvo exenta de innumerables problemas.
Luego de la asunción del rey Juan Carlos I, debieron realizarse profundas reformas políticas que incluyeron la celebración de las primeras elecciones generales libres después de 40 años y la redacción y aprobación de un nuevo texto constitucional (consultar la nota “La transición española contada por Adolfo Suárez”, publicada con anterioridad).
Sin embargo, no sólo en el campo político debieron encararse urgentes medidas. La economía era otro de los aspectos más acuciantes. España se encontraba inmersa en una profunda crisis. Para tratar de sanear la economía, todas las fuerzas políticas parlamentarias consensuaron una serie de medidas que se plasmaron en los documentos conocidos como los Pactos de la Moncloa.
El documento base de los acuerdos fue realizado por Enrique Fuente Quintana, quien por ese entonces hizo suya una declaración de un político republicano de 1932: “O los demócratas acaban con la crisis económica española o la crisis acaba con la democracia”.
Los Pactos de la Moncloa están formados por los siguientes documentos, firmados por todas las fuerzas políticas parlamentarias:
1) Acuerdo sobre el Programa de Saneamiento y Reforma de la Economía Consultar en la Base de Datos el documento completo, clickear
2) Acuerdo sobre el Programa de Actuación Jurídica y Política Consultar en la Base de Datos el documento completo, clickear
3) Acuerdos de Cortes sobre el Programa de Saneamiento y Reforma de la Economía y sobre el Programa de Actuación Jurídica Consultar en la Base de Datos el documento completo, clickear
En estos documentos se fijaban medidas a mediano plazo y otras urgentes que fueron aplicadas de inmediato, entre ellas: – una política monetaria que frenaba la expansión de la masa monetaria – una política presupuestaria que reducía el déficit público – la fijación de un cambio de la peseta realista que permitía reducir la deuda externa – la obligación de incrementar los salarios en base a la inflación prevista y no a la pasada – la aplación de normas que permiten hacer frente al alto desempleo, como aquellas que permiten la contratación temporal.
Los resultados no son inmediatos ni totalmente positivos en todos los aspectos, pero comienzan a hacerse notar y poco a poco la situación se va estabilizando. Lo que pone en evidencia la importancia del consenso político para lograr objetivos concretos. Y, por sobre todas las cosas, demuestra el pragmatismo y el realismo de la sociedad española y sus representantes políticos a la hora de realizar reformas estructurales y modernizar el Estado y sus instituciones. © www.economiaparatodos.com.ar |
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