Medidas que responden a un voluntarismo inconcebible
Parecería ser que la decisión de la nueva conducción del BCRA, aunque fue desmentida, sería la de frenar esa pérdida de divisas. Así, el BCRA pretende llegar sin demasiados tropiezos a marzo, que es cuando empieza el ingreso de divisas de los grandes exportadores
Panorama argentino
Si bien la imposición del “cepo cambiario” fue la principal acción que caracterizó las últimas gestiones oficiales de Guillermo Moreno y Mercedes Marcó del Pont, también es cierto que en los meses recientes hubo una política discrecional que permitió a algunas empresas mineras el giro de dividendos al exterior. Pero ahora parecería ser que la decisión de la nueva conducción del BCRA, aunque fue desmentida, sería la de frenar esa pérdida de divisas. Así, el BCRA pretende llegar sin demasiados tropiezos a marzo, que es cuando empieza el ingreso de divisas de los grandes exportadores de cereales y productos oleaginosos. Hay que tener en cuenta que el Gobierno deberá pagar el 31 de diciembre un vencimiento de USD 800 millones correspondientes a los bonos Par y Discount emitidos en moneda extranjera. Y a eso se agrega ahora la propuesta del Gobierno para que las grandes cerealeras anticipen el ingreso cuanto antes de hasta USD 2.000 millones de dólares a cambio de una letra atada a la devaluación, con plazo de vencimiento a los 180 días, y que pagará una tasa de interés del 3,65%. Hasta el viernes se habían hecho operaciones por un total de USD 168 millones. Asimismo, Chevron comenzó a ingresar (USD 300 millones la semana pasada), unos USSD 940 millones correspondientes a su inversión en Vaca Muerta y, por otro lado, YPF consiguió colocar USD 500 millones de un bono internacional a una tasa del 8,8%. Y en ese mismo sentido actuó el Ministerio de Economía, que exigió a las autoridades del MERVAL que liberaran y permitieran a partir del viernes comprar dólares en la plaza local a través de la compra venta de títulos públicos, que había prohibido Guillermo Moreno en julio pasado. Además, según pudo trascender, cuatro importantes bancos extranjeros le acercaron una propuesta al BCRA para otorgarle USD 2.000 millones como mínimo contra la entrega de títulos públicos que la entidad posee en cartera, pudiendo ser el plazo de ese financiamiento de hasta siete años. Por otro lado, resultó un hecho significativo la acordada de la Corte Suprema de Justicia, mediante la que ratificó el derecho de una pensionada italiana a seguir cobrando su haber en la Argentina en euros, prestación que quedará así exceptuada del “cepo cambiario”, con esperadas lógicas consecuencias. Pero el viernes hubo otra sorpresa. Con la Resolución 3572, la AFIP estableció la obligación de un empadronamiento a los fines de fiscalizar operaciones entre empresas con algún tipo de vinculación y además dispuso que aquéllas mensualmente informen las operaciones de compras, ventas y servicios, siempre que se trate de vinculadas. Como puede verse, lo relatado no forma parte de un plan de acción armado y explicitado sino a medidas aisladas que se caracterizan por responder sólo a un voluntarismo inconcebible. Y en este escenario tuvo que operar el MULC argentino, limitado siempre por las estrictas normas que siguen afectando su accionar. No obstante, es oportuno señalar que ha experimentado un cambio, no del todo positivo aún, pero sí importante para su futuro. Es que el BCRA le ha dejado dar el primer paso para su futura liberalización, que sigue siendo la única solución para terminar con el problema cambiario en la Argentina. Y esa novedad tiene que ver con la mayor libertad de movimiento que se le permite diariamente a la oferta y la demanda como primer paso para fijar el tipo de cambio de equilibrio, que es característica fundamental del sistema de “flotación administrada” que rige en el mundo civilizado. Mientras, ante la lógica incertidumbre que provoca lo no intervención permanente del BCRA en el mercado, se puede advertir que los bancos operan con un mayor spread entre los precios comprador y vendedor para cubrirse de los fuertes movimientos de los tipos de cambio, del 2% en las últimas jornadas, instancia menos previsible que a las que estaban acostumbrados. La devaluación del peso en la semana pasada fue del 2,1%, elevándose al 4,6% en el mes y al 30,6% en el año, al fijar el Banco Nación su cierre vendedor de transferencia el viernes pasado en $ 6,4250. Y también hubo otra novedad por el lado de las reservas del BCRA, que después de mucho tiempo lograron subir, en el mismo período, unos USD 168 millones, hasta un total de USD 30.677 millones, según cifra oficial aún no ajustada. Por su parte, el ente monetario tuvo también un resultado positivo en sus intervenciones, habiendo comprado unos USD 135 millones. El volumen operado entre entidades sumó en la semana unos USD 1.585 millones, con un promedio diario de USD 317 millones, un 12% menor al del similar período anterior. En el mercado de futuros de New York el peso/dólar quedó cotizando a un año de plazo a $ 9,7505 (51,8%), mientras que en el Rofex para fin de septiembre de 2014, que fue el plazo más largo cotizado, se ofrecía a $ 8,5200 (43%).
Panorama internacinal
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) decidió el miércoles pasado que a partir de enero reducirá el ritmo de las compras de activos (“tapering”) mensuales a 75.000 millones de dólares, desde los 85.000 millones que durante el último año ha destinado cada mes a la compra de deuda, reflejándose en esa decisión la confianza del banco central estadounidense en la recuperación económica del país. Por otro lado, mantuvo una vez más las tasas de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, y volvió a garantizar unos tipos en niveles «excepcionalmente bajos«, al menos hasta que la tasa de desempleo caiga por debajo de un 6,5% y mientras las expectativas de inflación a uno o dos años no superen el 2,5%. Mientras, del otro lado del Atlántico el presidente del BCE, Mario Draghi, explicó la semana pasada ante el Parlamento Europeo que la recuperación económica en la eurozona todavía es débil y que la inflación podría mantenerse baja por un largo período de tiempo. Reiteró que las tasas de interés se mantendrían en los niveles actuales o incluso más bajos por un período extenso y añadió que “ajustar los tipos de interés no siempre es suficiente para mantener la estabilidad de precios”. Draghi también aseguró que el organismo que preside continuaría vigilando de cerca las condiciones del mercado de dinero y que estaba preparado para utilizar cualquier instrumento si fuera necesario. Los ministros de Finanzas de la Unión Europea acordaron el miércoles a última hora un nuevo sistema para centralizar el control de los bancos quebrados de la eurozona, con la esperanza de terminar con la costosa crisis bancaria que está poniendo en dificultades las finanzas de países enteros. El acuerdo de los ministros busca el equilibrio entre la propuesta original para una autoridad de toma de decisiones y un fondo centralizados y los repetidos llamamientos de Alemania para crear una red de autoridades de resolución de banca nacionales que serían responsables de los problemas de las entidades. Y al filo de la semana la agencia Standard & Poor’s sorprendió cuando dispuso rebajar la calificación crediticia a largo plazo de la Unión Europea a “AA+” desde “AAA”. El euro operará con resistencias en 1,3738 y 1,3772 y soportes en 1,3653 y 1,3619, habiendo cerrado en New York el viernes a USD 1,3681.
Fuente: http://www.abcmercadodecambios.com/