¿Estimular o castigar? ¿Desentenderse o protagonizar? ¿Entender o ser cómplices? Y así podríamos seguir con muchas preguntas que tienen en el espejo dispares respuestas.

Hace pocos días,la Fundación Proyecto Padres lanzó junto al Consejo Publicitario Argentino la campaña “Menores sin Humo” para prevenir el inicio de consumo de tabaco en menores de edad. La experiencia es riquísima, nos proponemos, como siempre, estimular el diálogo entre padres e hijos. Nos alientan los años de trabajo en todo el país, donde va prendiendo la idea de ser protagonistas de cambios que empiezan por casa. Para extenderse a la casa de nuestros vecinos, de nuestros amigos, de nuestros colegas en las empresas, en las universidades, en los lugares de trabajo y esparcimiento.

Hace sólo unos días que comenzó a sonar el teléfono del 0800 instalado para atender la demanda de todos aquellos que han decidido dejar de pre-ocuparse para pasar a ocuparse de este tema. Las llamadas, de distintos lugares de Argentina, evidencian la conciencia de riesgo y la dificultad para establecer una conducta que proteja, que sin asustar se manifieste concreta a la hora de dar respuestas abiertas,pero firmes. Lucía es una joven de 26 años, mamá de un niño de 3 años, que llama preguntando por un futuro que en su consulta es absoluto presente: siente que ha tenido en sus padres buenos referentes y en su marido un compañero de ruta seguro. Su consulta: no sabe cómo hacer, cómo obtener “buenos resultados”. Seguramente encontrará sus propias maneras, su estilo. Pero su pregunta inquieta cuando plantea que no siente que el entorno; el contexto, la favorezcan. Y en cambio olvida que los resultados son producto de un proceso que ella y el padre de su niño ya están caminando.

Acostumbrados a leer en diarios, revistas, y cuanta investigación se cite: los factores múltiples por los que una persona consume tabaco (y podemos extenderlo al alcohol u otras drogas) de manera adictiva, y por qué se consume cada vez a edades más tempranas, parece que nunca supiéramos que hay una cantidad enorme de jóvenes y adultos que no son consumidores y mucho menos adictos y que tienen motivos para no serlo. No son “rara avis”, simplemente han encontrado modos de enfrentar (o mejor atravesar) las distintas etapas vitales recurriendo a una caja de herramientas que les fue provista desde el nacimiento y durante muchos años: amor, respeto, autoestima, estímulos positivos, confianza, límites, valoración de los esfuerzos, reconocimiento de las faltas y capacidad de tolerancia.

No es esto lo que vemos en las playas este verano y como en una pantalla gigante se nos impone la despiadada soledad de quienes, huérfanos de adultos, huérfanos de padres, huérfanos de instituciones referentes y sólidas, se mimetizan con pares igualmente huérfanos. La orfandad duele y se hace herida y en algún momento cicatriz abierta cuando los padres están vivos y lo que hay es orfandad por abandono.

Desde la Fundación Proyecto Padres proponemos compartir esfuerzos, tomar desafíos que alienten a tomar el lugar que nadie tomará por nosotros. Ser padres es la tarea más maravillosa y reconfortante, si estamos decididos a asumirla. © www.economiaparatodos.com.ar