– Su empresa creó a lo largo de los años prácticamente un genérico, como es el Paty. ¿Cuántos años de trayectoria tiene ya?
– Estamos desde el año 1960.
– O sea, 46 años de vida.
– Exactamente.
– Y ustedes siempre han invertido, han trabajado en el país y ahora, de pronto, se encuentran con que les dicen: “Ustedes se han preparado y ocupado de exportar, lo lamentamos, pero no pueden exportar más”. Quisiera que relate, no el drama personal que esto genera, pero sí lo que significa.
– Es realmente una situación extrema porque era difícil prever que se iba a llegar a esta situación. Indudablemente, ha habido una dificultad muy fuerte en materia de comunicación entre el sector y el Poder Ejecutivo, porque de otra forma no es imaginable pensar que se hubiera terminado así. Y esto significa, por ejemplo, que, por el momento, hay más de diez plantas paradas en la República Argentina, total o parcialmente. Y hay cerca de 10.000 personas que están sin actividad. Es decir, el gobierno les aseguró un salario de hasta 1.000 pesos por mes, pero sin hacer su aporte, que tiene que ver con el incremento en la calidad, dado por años de conocimiento y donde verdaderamente agregan valor a través de su trabajo.
– Se los transformó en alguna medida en desocupados.
– De alguna manera, sí. Transitoriamente. Y, por supuesto, todo esto conlleva, además, una señal extremadamente negativa sobre todo el tema inversión tanto para el campo, es decir, para la gente que produce los novillos pesados -que el mercado interno no lo privilegia y que están diseñados, por lo tanto, para la exportación-, así como también para todo el sector procesador en donde también se ha invertido para esto. Es muy malo para todos los eslabones de la cadena de la producción de carne.
– ¿Los principales afectados son las 10.000 personas que se quedaron sin trabajo?
– El problema no se corta ahí. Como está muy en falta la faena de animales pesados, determinados tipos de cueros están también faltando. Esta materia prima para la industria curtidora tuvo un incremento de precios muy fuerte, que por tanto afecta al sector del calzado, por ejemplo. A partir del curtido de cuero, de ahí en adelante, exportaciones y mercado interno se ven afectados. Es decir, que todo este tema tiene repercusiones que a veces de entrada es difícil de imaginar. Ahora, en medio de todo esto tan negativo, se suman más complicaciones porque también tenemos que decirles a nuestros clientes actuales que son importadores de países que nos compran a los argentinos hace muchísimos años –porque nuestro país es un exportador importante de carne desde hace 130 años– que, de buenas a primeras, la Argentina no exporta más. Eso hace que nuestra calificación como proveedor confiable quede muy lastimada y también queda dañada con respecto a los futuros clientes. Frente a aquellos que queremos que nos compren. Hay lugares que estamos esperando que nos acepten desde el punto de vista sanitario para poder conquistarlos después desde el punto de vista comercial y que son los mercados que más pagan la carne en el mundo. Entonces, lo cierto es que vamos a seguir esas gestiones para que ellos se reabran, en otra posición. Vamos a quedar muy golpeados con esto. En las negociaciones comerciales con la Organización Mundial de Comercio y con la Unión Europea la Argentina ha quedado muy parada y lo va a seguir estando por un buen tiempo.
– ¿Sigue vigente la prohibición de la exportación de la Cuota Hilton?
– En la letra está permitida, pero en la práctica sigue restringida. Recién ahora se está empezando lentamente a destrabar la situación.
– Cuando uno quiere entrar en otro mercado importante, por ejemplo, Rusia. ¿Qué significa ganar un mercado desde el punto de vista comercial? ¿Qué inversiones implica?
– Hay un esfuerzo de marketing importante de cada una de las firmas que participan del mercado. ¿Qué significa? Significa asistir a ferias, participar de eventos, hacer conocer la marca, etcétera. Significa tener un acuerdo con algún o algunos distribuidores que impulsen la marca de uno. Y todo esto tiene un costo que lo financia el exportador, o el importador, a veces la participación en ferias es financiada parcialmente por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna que, por supuesto, desde el 11 de marzo habría que preguntarse cuál es el rol que ocupa… Es decir, toda esta cuestión implica hacer un replanteo muy profundo de todo lo que estaba en pie y uno lo consideraba habitual. Es como un huracán, un terremoto. Pero ahora lo que hay que hacer ante esto es empezar a ver cómo salimos, porque no es lógico pensar que vamos a seguir toda la vida así. Tenemos que salir rápidamente de este atolladero y cuanto más rápido lo hagamos, menor va a ser el daño que le ocasionemos a la reputación del país como proveedor de carnes, a la marca “Carne Argentina” que es algo emblemático del país y a cada uno de los exportadores de manera individual. Entonces, ver cómo salimos debería ser la tarea número uno a resolver en este momento, tanto para el Poder Ejecutivo como para el sector privado. Y también para el Parlamento, que en todo esto no ha tenido ningún tipo de intervención, curiosamente.
– Un frigorífico que se dedica a la exportación tiene que cumplir con cierto requisitos impuestos desde el exterior.
– Sí, es así.
-¿Ese mismo frigorífico se puede reconvertir para el mercado interno fácilmente?
– No, la verdad que no. Es muy difícil porque está diseñado para producir un producto que es un corte en una caja que el mercado doméstico casi no demanda. Acá la distribución típica se hace en medias reses y entre esa media res y el proceso de valor agregado de una caja que tiene todo el mismo tipo de corte adentro hay una distancia muy grande. Parte de las ideas del plan ganadero que está por presentar el gobierno contemplan esta modernización de la distribución, pero claramente no se llega a tiempo para transformar un frigorífico exportador y que en el ínterin pueda participar en el mercado interno con productos de muy bajo de valor agregado para esperar al futuro cuando se exija otra cosa internamente. © www.economiaparatodos.com.ar |