Más estafas con celulares
Créditos que caducan sin explicación, tarjetas prepagas ya utilizadas y un servicio de atención al cliente que no colabora en la solución de los problemas.
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Soy uno de los muchos estafados por CLARO y por su mamá CTI MÓVIL. El 5 de septiembre de 2006 intenté cargar una tarjeta de $20, que había comprado cerrada en su sobre protector, pero el sistema rechazó el procedimiento. Me presenté en las oficinas de CTI MÓVIL y me dijeron que dicha tarjeta había sido cargada en la línea 3482543082, a las 12 horas del día 17 de junio de 2006. Que reconocían que ese fraude se podía cometer por tres procedimientos distintos, pero que no podían aceptar mi reclamo. El 12 de abril de 2008 la empresa CLARO me canceló el saldo de cuarenta y cinco pesos de mi teléfono celular, aún cuando la información proporcionada por la misma, decía que dicho saldo vencía el 7 de junio de 2008, es decir cincuenta y seis días después. Pese a mis reiterados reclamos escritos y telefónicos, solo logré que se me contestara que las cargas vencían a los sesenta días y que la información del servicio *555 era errónea por cuanto ese sistema estaba fallando. El 28 de agosto de 2008 el diario La Nación publicó una carta de mi autoría; además, presenté tres notas en la empresa, sin resultado alguno. La Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) me propuso un procedimiento que incluía la presentación personal de arbolito y vacuna antivariólica. Un par de amigos, que conocen bien el tema, me sugirieron que no perdiera tiempo, pues la CNC tiene marcada tendencia de darle la razón a la empresa. No pretendo desalentarlo, pero he decidido pasar los sesenta y cinco pesos al rubro "Pérdidas y Ganancias". ¡Viva la Nación Argentina! ¡Pobre mi Patria querida y yo que la quiero tanto! LUIS ADOLFO POZZO |
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